La importancia y significado de las graduaciones para los latinos
Contenido Patrocinado
Hay fechas y momentos importantes que recordamos a lo largo de nuestras vidas. Por supuesto, entre esos recuerdos, están el nacimiento de los hijos, sus primeras palabras, el momento en que empiezan a caminar, van a la escuela, a la universidad y se gradúan.
Tan resumido se lee como así lo sienten muchos padres. Entre añoranza y orgullo comprueban que el tiempo avanza y esos niños, que hasta hace nada eran solo unos adolescentes, ahora son jóvenes graduados universitarios con ganas de brillar en el terreno laboral y seguir cumpliendo sueños.
La vida avanza y por eso debemos valorar la importancia de los logros conseguidos y los que están por venir. En estos días en los que se celebran las ya tradicionales graduaciones de los estudiantes, muchas familias latinas viven de manera especial el día más importante de la vida académica de sus vástagos. Un día regado de orgullo y honor por el esfuerzo conseguido. Porque no nos engañemos, no es nada fácil llegar al momento de vestirse la toga y el birrete.
Mónica Mendoza, colombiana afincada en Miami, lo sabe bien. Nada viene regalado.
Esta periodista, madre de dos varones, no solo celebra el éxito de sus hijos, sino también el suyo propio. Después de muchos logros laborales como periodista, se acaba de graduar de un curso de Harvard sobre retórica y la importancia de los discursos. Lo ha hecho en inglés, algo que no imaginaba pudiera hacer cuando llegó a Estados Unidos hace años, con una maleta y poco más, como se suele decir. En la maleta traía muchas metas y las ha ido cumpliendo.
Ahora les toca a sus hijos cumplir sus sueños. A ellos les ha enseñado lo importante que es el conocimiento y mantener el cerebro activo, al día con los avances, las nuevas tecnologías, etc.
“Trato de inculcarles la importancia del conocimiento y el hacerse expertos en algo, buscar su nicho, eso en lo que pueden ejercer con pasión y que representa un camino de posibilidades en las que ejercer con estabilidad económica”.
Su hijo mayor decidió estudiar veterinaria, pero en Estados Unidos no es una carrera que se ofrezca en muchas universidades. En las que se imparte, el plan de estudios puede demorar hasta ochos años cumplirlo.
“Aparte los costos son excesivamente altos. Por eso decidimos que era mejor estudiar en Santo Domingo (República Dominicana), lo cual representa graduarse de médico veterinario en cuatro años validando el título aquí. Después de tomar esa decisión me he sorprendido cuántos médicos y veterinarios en Estados Unidos se han graduado en República Dominicana”, afirma Mónica.
Graduarse es un paso más y un momento que se recuerda en la vida, que significa que te estás construyendo un camino.
Para las familias latinas es especialmente importante. “Para los inmigrantes en general”, confirma Mendoza.
“Construir tu vida en otro país en el que tienes más oportunidades que en el tuyo, creo que es un gran motivo para avanzar. No solo tú si no también impulsar a tus hijos para que lo hagan”.
Por eso decidió volver ella misma a la universidad y obtener un certificado en Harvard. Quiere seguir formándose y avanzar como periodista y productora. Seguramente, pronto volverá a vivir otra graduación, la de su segundo hijo que quiere cursar música. O la suya, poniéndose el birrete y lanzándolo al aire.
“Vivo con la idea que se inspira con el ejemplo y en lo personal, cuando sea viejita quiero poder mirar atrás y sentirme orgullosa que logré hacer posible lo que parecía imposible para mi”, explica.
Las graduaciones son un momento especial que retrata la satisfacción por cumplir metas. Es la cumbre de una gran subida que estuvo llena de esfuerzos y sacrificios, pero se logró. Por eso, ¡lancemos el birrete al cielo! Y pensemos que este es uno de esos grandes momentos que recordaremos en nuestras vidas, pero, sobre todo, pensemos que lo mejor está por llegar.