Activistas y víctimas de crímenes abogan por comunidades más seguras

Se crean más leyes contra el acceso de armas, al mismo tiempo que la Corte Suprema facilita el portar armas en público; mientras la violencia y los crímenes de odio se incrementan

Aaron Salter lll (centro) es hijo de una víctima del tiroteo en un supermercado de Buffalo, NY. (Jacqueline García/La Opinión)

Aaron Salter lll (centro) es hijo de una víctima del tiroteo en un supermercado de Buffalo, NY. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

El miércoles por la mañana un grupo de personas se reunieron afuera de la iglesia presbiteriana Bel-Air en Los Ángeles para pedir un alto a la violencia armada, el odio y los crímenes raciales.

El movimiento ocurre apenas a una semana de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmara la ley bipartidista de Comunidades Más Seguras, la cual pide un proceso mejorado de verificación de antecedentes para los compradores de armas menores de 21 años, entre otras medidas.

Pero la misma semana el Tribunal Supremo de Estados Unidos anuló una ley de licencias de armas de fuego en el estado de Nueva York que requería que los residentes que quisieran portar un arma de fuego en público demostraran una necesidad especial de defenderse.

Y esta semana en California, el fiscal general Rob Bonta reveló el informe de crímenes de odio del 2021 que demostró que los delitos de odio contra los latinos aumentaron en un 29% con 197 incidentes en el estado. Los delitos de odio contra los negros son los más frecuentes en general con 513 incidentes, un aumento del 12.5 % y contra los asiáticos también aumentaron un 177.5% en los últimos dos años con 247 incidentes.

Esto ha causado controversia y dudas entre activistas y afectados que tratan de entender si se está haciendo lo suficiente por ayudar a las comunidades a evitar la violencia, o solo es una burla con medidas aprobadas que no disminuyen el crimen de odio y con armas de fuego.

En la conferencia de prensa del martes estaban dos víctimas del tiroteo en Buffalo, Nueva York ocurrido el pasado 14 de mayo que dejó 10 muertos. Ese día un hombre quien se identificaba como supremacista blanco viajó varias horas para llegar a Tops Friendly Market —en una comunidad primordialmente negra— y disparó indiscriminadamente contra todos. Una publicación en sus redes sociales demostraba que era un crimen de odio contra los negros.

Recordando la tragedia

Aaron Salter lll, cuyo padre estuvo entre los asesinados, dijo que su novia le notificó del tiroteo por mensaje de texto y él llegó en cuestión de minutos.

“Le llamé dos veces a mi papá y no me contestó, cuando llegué [al supermercado] traté de entrar a la escena del crimen pero no me dejaron. Después me notificaron lo que había sucedido”, dijo el joven de 29 años.

Su padre, Aaron Salter Jr., de 55 años, un ex teniente de la policía de Buffalo y guardia de seguridad del supermercado, falleció en su intento por detener al tirador.

Salter lll dijo que no vivía con sus padres pero los visitaba a menudo y habían celebrado el día de las madres juntos.

“Dimos una vuelta en unas scooters y pasamos muy buen tiempo”, dijo Salter lll sin imaginar que sería la última vez que compartiría tiempo de calidad con su padre.

“Queremos que se detenga el odio y el racismo”, dijo Salter lll. “Sabemos que si alguien te hace algo o hace algo que no te gusta, está bien que no te caiga bien esa persona, pero no puedes ir por el mundo odiando a todas las personas y hacer que todos paguen por eso”.

Desde el tiroteo de Buffalo a la fecha se han reportado casi 100 tiroteos adicionales en Estados Unidos, indica Gun Violence Archive. Entre los peores se encuentra el de Uvalde, Texas, donde un tirador de 18 años mató a 19 niños de primaria y dos maestras con rifles que había comprado previamente.

Eroll Segal, empresario de una compañía de reciclaje en el sur de Los Ángeles y filántropo, quien convocó la conferencia de prensa, dijo que él está cansado de ver todo el odio y violencia que ocurre alrededor del área donde él ha trabajado por más de 48 años.

Errol Segal, dueño de negocio en el sur de Los Ángeles, abogó por un alto a los crímenes de odio. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

Indicó que él no considera que haya nada malo con tener armas y sobre todo si es para proteger el hogar. Pero tener un rifle de asalto como el AK-15 es como tener una máquina de guerra.

“Yo no creo que las personas deban tener en su poder un arma de guerra, hay muchas otras pistolas más pequeñas que pueden obtener legalmente”, dijo Segal. “Nunca escuchamos de tiroteos masivos con una pistola, siempre son los rifles de asalto”.

El historiador y profesor del Pomona College en Claremont, Miguel Tinker-Salas, dijo que lo que se está haciendo a nivel nacional es un buen primer acto pero un primer acto tardío.

“[La ley de Comunidades Más Seguras] llega en el momento en el que el Tribunal Supremo de Justicia dicta que personas pueden portar armas en público, entonces es como tener una desconexión entre la realidad y la política”, dijo Tinker-Salas.

Añadió que el hecho de que ahora haya mayor seguridad para que personas menores de 21 años compren un arma no va a detener la violencia puesto que muchos de estos tiroteos han sido ocasionados por personas mayores de 21 años.

“No se trata de un tema generacional, se trata de un tema social donde se ha normalizado el uso y acceso a las armas”, dijo el profesor. “Se convirtió la Segunda Enmienda en un tema mítico de que cada persona debe tener el derecho a portar armas, cuando en realidad inicialmente la Segunda Enmienda no se refería a individuos, se refería a una milicia controlada por el estado”.

Tinker-Salas opina que el tema de las armas es un tema político que se usa para movilizar a un sector de la población —principalmente conservador— al igual que la religión y el aborto.

Avance a nivel estatal

Najee Ali, activista comunitario del sur de Los Ángeles, explicó que pese a que California es el estado con mayor control de armas, también es el estado que lidera en crímenes de odio.

“Debemos detener el odio y debemos mantener un diálogo para llegar a conocer la raza y cultura de todos en lugar de tenernos miedo y luchar unos contra otros”, dijo Ali.

En California la propuesta de ley AB 2870, del asambleísta Miguel Santiago, avanzó en el comité de seguridad pública del Senado. Esta ley pide ampliar las Leyes de “Bandera Roja” para permitir que más familiares y miembros de la comunidad presenten Órdenes de Restricción de Violencia con Armas (GVRO); el objetivo es mantener las armas fuera del alcance de las personas que representan una amenaza para ellos mismos o para otros.

El asambleísta dijo que mientras el Congreso de Estados Unidos aprueba legislaciones adicionales sobre seguridad de armas, California tiene la oportunidad de liderar la nación y tomar medidas aún más estrictas sobre la seguridad de las armas, como lo hacen con la medida AB 2870.

“Con la violencia armada y los tiroteos masivos en aumento, California continúa liderando la nación en seguridad de armas para que podamos proteger nuestras escuelas, iglesias y comunidades de la violencia armada sin sentido”, dijo Santiago. “Las leyes de armas de fuego de California salvan vidas, y debemos seguir mejorando nuestras leyes de seguridad para proteger a los miembros de nuestra comunidad”.

Las Leyes de “Bandera Roja” de California han evitado al menos 58 tiroteos masivos desde 2016, según Santiago.

Se espera que la ley llegue para votación y sea aprobada en el Senado para agosto; el gobernador de California, Gavin Newsom, quien también la apoya, tiene hasta finales de octubre para firmarla.

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