James Oliver Huberty ‘McMurder’ abrió fuego un estacionamiento y asesinó a más de 20 personas
En tan solo diez minutos, James Oliver Huberty asesinó a 20 personas dentro de un McDonald´s, fueron tantos los disparos que la policía creyó que había más de un tirador.
James Oliver Huberty tenía antecedentes de enfermedades mentales. Crédito: FREDERIC J. BROWN | AFP / Getty Images
James Oliver Huberty abrió fuego, el 18 de julio de 1984, en un restaurante McDonald’s lleno de gente en San Ysidro, California, matando a 21 personas e hiriendo a otras 19 con varias armas semiautomáticas. Minutos antes, Huberty se había ido de casa y le había dicho a su esposa: “Me voy a cazar… a cazar humanos”.
Huberty, que tenía antecedentes de problemas mentales, perdió su trabajo en Ohio el año anterior. Llevó a su familia a San Diego y trabajó como guardia de seguridad hasta que lo despidieron nuevamente, un mes antes del tiroteo.
Su esposa afirmó que Huberty llamó a una clínica de salud mental para programar una cita de asesoramiento, pero nunca le devolvieron la llamada.
El criminal tenía una historia de amor con las armas y guardaba un pequeño arsenal en su dormitorio. Los vecinos lo describieron como una persona muy enojada.
Al llevar varias de estas armas al McDonald’s a dos millas de la frontera con México, Huberty exigió que los 45 clientes se tiraran al piso. Luego caminó por el restaurante, disparando tranquilamente a la gente. Mató a 20 en los primeros diez minutos, incluidos cuatro que intentaron escapar.
Hubo tantos disparos que la policía primero asumió que había más de un pistolero adentro. Huberty disparó contra un camión de bomberos que respondió a la escena y también rozó a un bombero con una bala.
Una hora después de que comenzara el tiroteo, un empleado logró escapar por el sótano e informar al equipo SWAT que Huberty estaba solo y sin rehenes. Con esta información, se les dijo a los francotiradores que “lo sacaran”.
Un tirador disparó al pecho de Huberty y lo mató. Después de asegurarse de que estaba muerto, la policía finalmente entró al restaurante.
El jefe de policía de San Diego, William Kolender, dijo: “Espero en Dios no volver a ver algo así”.
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