Donde la fe y la lucha por sobrevivir la pandemia del COVID-19 se unen

Lo más sorprendente es que las comunidades de color, ya profundamente arraigadas en la lucha contra la violencia del racismo y la injusticia, continúan luchando más duro aún contra el brutal ataque de este virus y sus extensas secuelas

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Crédito: Cortesía

Traductoras: Maythé Ruffino y Damaris Bernard 

“Si quieres ir rápido, ve solo, si quieres llegar lejos, ve con tu pareja”.  Empiezo con esa declaración para subrayar la importancia de los esfuerzos colectivos realizados por las organizaciones religiosas en la lucha contra la pandemia del coronavirus del SARS.  

La pandemia del coronavirus del SARS ha estado en el epicentro de nuestra propia existencia desde el 2019. Lo más sorprendente es que las comunidades de color, ya profundamente arraigadas en la lucha contra la violencia del racismo y la injusticia, continúan luchando más duro aún contra el brutal ataque de este virus y sus extensas secuelas. 

Estas comunidades, fueron reclutadas para participar en ensayos clínicos, pruebas y vacunas, son las mismas comunidades que nunca podrán olvidar numerosas e inhumanas atrocidades de investigación llevadas a cabo a costa de ellas a lo largo de la historia. Estas invitaciones a participar en los estudios para combatir el COVID-19, llegaron al mismo tiempo en que las comunidades estaban en las calles rogando a este país que pusiera fin a los continuos asesinatos de hombres y mujeres negros desarmados. Sin que pudieran acaso recibir la promesa de detener estos linchamientos modernos o la garantía de retribución y recuperación por parte de los seres queridos de las víctimas.  Las respuestas débiles e insensibles hicieron que el llamado de clarín, “Black Lives Matter” (las vidas de los negros importan), fuera ineficaz e intrascendente en este país. Convencer a la comunidad afroamericana de que el mismo país que los violentaba y asesinaba tenía la intención de crear una vacuna que los protegería y salvaría resultó profundamente difícil de creer y de generar confianza. Los esfuerzos para ganar esta batalla por el reclutamiento y la participación tanto en ensayos clínicos como en vacunas requerían un enfoque que implicara unir fuerzas en varias partes de la comunidad.  Llegaron a ayudar las Organizaciones Basadas en la Fe, OBF (En inglés , Faith Based Organizations, FBO).

Uno de los métodos más gratificantes y prometedores ha sido el desarrollo de asociaciones con Organizaciones Basadas en la Fe, OBF.  Históricamente, las OBF han sido y siguen siendo una de las entidades más confiables, si no es que las más confiables, en las comunidades negras y la gente indígena de color. (Por sus siglas en inglés: Black and Indigenous People of Color, BIPOC).  Las instituciones académicas trabajaron para aumentar y fortalecer las relaciones entre la comunidad y ellos mismos con la asistencia de sus socios comunitarios, como la Facultad Comunitaria de la Universidad de Medicina y Ciencia Charles R. Drew y numerosas Juntas Asesoras Comunitarias dentro de la Ciencia Clínica y Traslacional de UCLA. 

Esos y otros esfuerzos similares han dado como resultado que numerosas Organizaciones Basadas en la Fe, OBF se unan a estas asociaciones cuyo objetivo principal es el de detener esta pandemia.  Los enfoques nuevos y efectivos en estas casas de fe han sido: reuniones comunitarias en el día de celebración de los ritos judíos del Sabbath. Estos eventos y otros esfuerzos están destinados a aumentar la confianza en las vacunas que conducen directamente a un mayor índice de vacunación. Las OBF también ayudan a alojar y promover clínicas de vacunación en sus instalaciones; a producir formas creativas de aumentar las reuniones de sus miembros (reunirse en la Iglesia después del atardecer) que proporcionan una plataforma para aumentar el conocimiento sobre las vacunas. También trabajan activamente para desacreditar los mitos que se encuentran en las plataformas de redes sociales poco confiables que aumentan el miedo y la confusión con respecto a las vacunas. Buscan desarrollar estrategias de seguridad para los servicios de fe que se basan en las recomendaciones de salud pública más actuales de entidades confiables como los Centros para el Control de Enfermedades.

Un ejemplo específico de actividades culturalmente informadas y realizadas en colaboración de la comunidad y los académicos fue la producción y organización de clínicas de vacunación emergentes, en especial la que se organizó durante el fin de semana festivo de Juneteenth por parte de numerosas OBF en sus instalaciones. Cientos de feligreses y miembros de la comunidad en general fueron vacunados durante esas reuniones.  

Los centros religiosos han sido continuamente fundamentales en la lucha contra el COVID-19 al difundir en sus medios de comunicación impresos (boletines de la iglesia, boletines, gran cantidad de avisos electrónicos, páginas web, etc.) información que concientiza sobre las vacunas. Las OBF han desarrollado y organizado eventos en los que presentaron a los investigadores, proveedores de servicios médicos y líderes académico como los expertos en el tema del COVID-19 que su comunidad podría aprovechar para obtener orientación y respuestas a preguntas y temores sobre el virus y los mejores métodos de supervivencia. Como esta pandemia no parece terminar, aplaudimos a nuestras OBF y promovemos el entrelazar los brazos unidos en la batalla contra este virus implacable y también contra otras injusticias en el área de la salud. ¡La lucha continúa!

Aziza Lucas Wright es Maestra en Educación y miembro del Instituto Clínico y de Ciencia Translacional de la Universidad de California, Los Ángeles y del Programa de Compromiso con la Comunidad ( en inglés: M.Ed., UCLA- Clinical and Translational Science Institute- Community Engagement Program)

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