Vendedora de tacos de canasta se enorgullece de que los clientes la buscan todo el tiempo

Verenay Lagos vende el tradicional platillo afuera del Consulado de México en Los Ángeles

Verenay Lagos  es originaria de Hildago y lleva 16 años vendiendo tacos. (Jacqueline García/La Opinión)

Verenay Lagos es originaria de Hildago y lleva 16 años vendiendo tacos. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

De lunes a viernes los aficionados a los tacos de canasta estilo Ciudad de México llegan a un pequeño puesto instalado afuera del Consulado de México en Los Ángeles para comprar su delicioso almuerzo. Los comensales degustan desde los clásicos tacos de frijol, papa y los mixtos como papa molida con chicharrón, mole con pollo deshebrado y papa con chorizo.

Verenay Lagos, la dueña del pequeño negocio, dijo que ya lleva 16 años vendiendo sus tacos en la misma localidad. Esto le ha hecho ganar clientela que inicialmente la conocen cuando van a hacer algún trámite al consulado y ya después llegan solos a buscarla.

La mujer inmigrante explicó que a la gente le gusta y aprecia que todos los ingredientes de sus tacos están hechos en casa para darles su sazón original. Subrayó que sus clientes son conocedores y saben distinguir los sabores de un buen platillo, es por eso que por ningún motivo utiliza ingredientes de lata.

“Estos tacos son la comida de muchos campesinos allá en México, del obrero y de personas de no muchos recursos. Los tacos típicos no llevan carne, solo son de papa y frijol”, dijo Lagos.

“También hago otras comidas como tacos dorados, guisados y tamales”, dijo la originaria de Hidalgo, un estado en el centro de México.

Subrayó que tanta ha sido su popularidad y gusto de la clientela que hasta la contratan para eventos privados como fiestas. “Ha habido influencers que me incluyen en sus videos promoviendo los tacos”.

Los tacos son de frijol, papa y los mixtos de papa molida con chicharrón, entre otros.(Suministrada) Crédito: Verenay Lagos | Cortesía

Sus inicios

Lagos contó que la venta de tacos y comida fue una salida a su necesidad de crear ingresos hace casi 20 años. Tuvo a su primer hijo a los 17 años y después de sufrir violencia domestica huyó de su pareja. Para entonces ya estaba embarazada de su segunda hija.

Sin la ayuda de nadie y con mucha valentía, Lagos emigró hacia Los Ángeles con sus niños y decidió comenzar una nueva vida.

“Yo empecé a vender porque era madre soltera y para sacar dinero vendía tamales. Después empecé a hacer los tacos y me salía a venderlos”, recordó Lagos.

La inmigrante y ahora vendedora de los tacos de canasta viene de familia de comerciantes y desde pequeña le enseñaron a trabajar. Aprendió a cocinar solo lo básico en su natal estado de Hidalgo. Sin embargo, fue con la práctica en Los Ángeles que fue aprendiendo a cocinar más guisados.

“Primero hacia la comida muy mal pero después fui mejorando por mi cuenta”, dijo Lagos.

Una vez que se estableció en Los Ángeles comenzó a trabajar en lo que se presentara. Hubo un tiempo que cuidó niños para que también pudiera cuidar a sus propios hijos. Mientras tanto, también cocinaba almuerzos, cenas y siempre se encargaba de vender comida.

Verenay Lagos explicó que la necesidad la llevó a no rendirse y convertirse en toda una emprendedora. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

El proceso de hacer los tacos

La residente del Este de Los Ángeles dijo que a su canasta le caben hasta 1,000 tacos, pero debido a las bajas ventas que se suscitaron después del inicio de la pandemia del Covid-19, ahora prepara menos tacos para que no se le queden.

“Los tacos solo se venden al día, ya no se pueden vender recalentados”, dijo Lagos.

Agregó que en los momentos más difíciles de la pandemia el consulado estuvo cerrado y con su lenta apertura comenzaron dando unas 50 citas por día. Lagos subrayó que en ese tiempo solo iba dos o tres veces por semana, pero intentaba estar ahí para que sus clientes no se olvidaran de ella.  

Mientras tanto estuvo vendiendo comida de casa, le llamaba a sus clientes, principalmente a los de los negocios y les ofrecía platos de comida. En algunos establecimientos le pedían cinco platos, en otros dos o tres y ella misma se dedicaba a entregarlos.

“Estuve haciendo mucho movimiento por muchos lugares, nunca me quedé sin hacer nada, dijo Lagos.

Ahora que la situación poco a poco vuelve a la normalidad, las ventas han mejorado un poco lo que le permite a la emprendedora estar nuevamente los cinco días de la semana. Usualmente se levanta a las 5 de la mañana para comenzar su jornada. Lo más laborioso es hacer los guisados, explicó.

El ensamblaje de los tacos es lo más fácil ya que le toma aproximadamente una hora.

“Como vivo en un lugar con escaleras, subir y bajar con todo lo de la venta es lo que cuesta”, explica la vendedora. “Aunque en ocasiones mi esposo me ayuda a cargar la camioneta”.

Ahora que ella ve la trayectoria de su vida, agradece las enseñanzas y principalmente que sus dos hijos de 21 y 23 años se han convertido en adultos responsables. Ella se volvió a casar y actualmente tiene un niño de 9 años.

Lagos vende sus tacos de canasta afuera del consulado de Los Ángeles de lunes a viernes de las 11 de la mañana a las 4 de la tarde.

El Consulado de México está localizado en el 2401 W. 6th Street en Los Ángeles, y los tacos de canasta de Lagos se encuentran a unos pasos de la entrada principal.

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