La proposición 29: exige a las clínicas de diálisis tener al menos un médico

Las compañía de diálisis aseguran que detrás de la medida hay un complot para sindicalizar a los trabajadores

De nuevo en la boleta electoral, una medida para que las clínicas de diálisis en el estado tengan un médico en sus instalaciones. (Archivo/La Opinión)

De nuevo en la boleta electoral, una medida para que las clínicas de diálisis en el estado tengan un médico en sus instalaciones. (Archivo/La Opinión) Crédito: Impremedia

Por tercera vez en California, los grupos sindicales buscan que los electores decidan si las clínicas de diálisis deben contar con por lo menos un doctor, una enfermera o un asistente de médico en sus instalaciones durante sus horas de atención a los pacientes.

Ya en dos ocasiones, esta medida electoral ha fracasado, pero la última palabra la tendrán los electores en la elección del martes 8 de noviembre.

La proposición 29 requiere además que las clínicas reporten las tasas de infección por estado, así como que publiquen la lista de médicos que tengan una participación del 5% o más en una clínica.​​

También prohíbe que las clínicas cierren o reduzcan sus servicios sin aprobación estatal, y rechacen dar tratamiento con base en su aseguranza.

Para Kathy Fairbanks, vocera de la campaña No a la Proposición 29, la insistencia en que se apruebe esta medida es parte de un complot para sindicalizar a los trabajadores de las clínicas de diálisis en California.

“La proposición 23 fracasó por 23 puntos en 2020, y la proposición 29 es casi idéntica”, señaló.

“Cada una de estas medidas electorales han estresado a los pacientes, porque están constantemente preocupados al ser puestos en medio de esta pelea entre los proveedores de diálisis y el sindicato Service Employees International Union-United Healthcare Workers West”.

Precisó que la Oficina del Analista Legislativo, una organización no partidista, ha dicho que la proposición 29 costará a cada clínica de diálisis cientos de millones de dólares al año, por los doctores, enfermeras y asistentes médicos que se requerirán en todas las horas de operación.

“Es completamente innecesaria porque cada clínica de diálisis es vigilada por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades y siguen más de 300 regulaciones. Una de esas, exige tener un director médico y un médico nefrólogo en el equipo”.

Pero además, enfatizó que cada paciente de diálisis, tiene su propio nefrólogo, responsable de su tratamiento de diálisis, y un equipo asignado de una enfermera o un técnico durante el proceso.

“También disponen de un dietista y un trabajador social, un equipo muy especializado y entrenado. Los doctores, bajo las reglas de la proposición 29, no podrán involucrarse con la diálisis y estarán atrapados en un papel burocrático y administrativo porque ya hay enfermeras de diálisis”.

Así que dijo que esta medida que suena muy bien a los votantes, es completamente innecesaria, y cada clínica tendría que contratar por los menos dos nuevas posiciones para cumplir con la proposición 29, ya que están abiertas 8 horas en promedio.

Y enfatizó que tendrá un gran impacto en las clínicas rurales, las cuales no podrían mantenerse abiertas con tan altos costos. 

“Nuestra investigación muestra que casi la mitad de las clínicas estarían en problemas si la proposición 29 es aprobada por los votantes. La pregunta es qué va a pasar. Nuestro argumento es que muchas van a cerrar, y eso pondrá en riesgo las vidas de nuestros pacientes que van  a diálisis, tres veces a la semana, por cerca de tres horas”.

Dahlia Ackerman, una enfermera registrada quien ha trabajado en diálisis en los últimos 20 años en Bakersfield en el Valle Central, dijo que el principal problema que tiene con la proposición 29, es que toma como blanco a los latinos y afroamericanos que son las comunidades que más tienden a desarrollar diabetes e hipertensión, las causas número uno y dos que llevan a las enfermedades crónicas del riñón.

Pero además destacó que los más afectados con el cierre de clínicas van a ser las personas que viven en las áreas rurales.

Dijo que cuando su abuela era una paciente de diálisis, ella vivía en un área rural, y tenía que viajar casi media hora para recibir su tratamiento.

“Por fortuna, ahora tenemos un centro de diálisis en la comunidad que estaría en riesgo de cerrar si se aprueba la proposición 29”.

Mencionó que otro problemas es que California no tiene un exceso de médicos para llenar las posiciones que requeriría esta medida. “En la actualidad, hay un déficit”.

Y por más de 30 años, subrayó, las clínicas de diálisis no han requerido tener un doctor las 24 horas del día.

“Los problemas que han ocurrido como un paciente que le da un ataque al corazón, no tienen que ver con la diálisis. Lo único que podría hacer un doctor en esos casos, y es algo que podemos hacer las enfermeras y los técnicos de cuidado del paciente, es proveer medidas para salvarle la vida mientras llega la ambulancia que lo lleva al hospital, pero esto no es algo que pase con regularidad. Puede pasar un año sin que se presente ningún problema”.

DeWayne Cox, un paciente de diálisis de Van Nuys quien creció en el sur de Chicago, dijo que debido a que la nutrición no fue algo importante en su hogar, con unos padres adictos a la heroína, a los 16 años, lo diagnosticaron con alta presión, y hace 13 años comenzaron a hacerle diálisis.

“Cuando el doctor me dijo que un riñón me estaba fallando, no tenía idea dónde estaban y para qué servían”.

Como muchos pacientes, acude tres veces a la semana a una clínica a que le hagan diálisis durante 4 horas.

“Estadísticamente si falto a una de esas sesiones, tengo un riesgo de mortalidad de 30%; y una vez que falté 6 días, terminé en emergencias con dificultad para respirar”.

Consideró que es muy peligroso que se apruebe la proposición 29, porque las clínicas no podrán hacer frente a los costos extras y van a cerrar o reducir horarios, lo que haría que algunos pacientes perdieran sesiones con el riesgo de vida que eso implica.

En California hay cerca de 650 clínicas de diálisis con 80,000 pacientes.

Quienes están a favor son, la Federación del Trabajo de California, Service Employees International Union-United Healthcare Workers West y el Partido Demócrata, argumentan que las compañías de diálisis no invierten lo suficiente en el cuidado y seguridad del pacientes, a pesar de tener altas ganancias

En contra está la Asociación de Médicos de California, la Asociación Americana de Enfermeras, la Cámara de Comercio de California y la Academia Americana de Nefrología PAs y las compañías de diálisis Da Vita Inc y Fresenius Medical Care.

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