La computación, una ventana hacia un nuevo mundo al cual se integran los inmigrantes adultos

Algunos estudiantes no hablan inglés, no saben escribir o leer y otros son individuos de mayor edad

Los estudiantes se reunen en una de las cinco oficinas de SPIRITT. (Suministrada)

Los estudiantes se reunen en una de las cinco oficinas de SPIRITT. (Suministrada) Crédito: SPIRITT | Cortesía

Emocionados y algunos aún incrédulos de haber culminado su curso, un grupo de 31 adultos del este del condado de Los Ángeles se graduaron el sábado de un curso de computación de ocho semanas.

Los graduados no solamente recibieron su certificado de haber completado su curso, pero también cada uno recibió una computadora portátil para que continúen aprendiendo en sus hogares.

En el grupo estaba la señora Claudia Hernández, de 49 años, quién dio las gracias a la organización SPIRITT Family Centers por haber organizado el taller educativo y a su familia que la apoyó en el proceso.

Claudia dijo que se enteró del programa de computación mediante su grupo local “Mujeres con Poder” que se reúne en la oficina que tiene SPIRITT en la ciudad de Whittier.

“Me impresionaron las herramientas que ofrece el programa de computación para empezar a nuestro propio ritmo. Uno como ama de casa se siente con ese beneficio de no estar estresada y poder trabajar en su propio tiempo”, aseveró la mexicana madre de tres hijos.

Explicó que cuando comenzó la pandemia del covid-19 se vio en la necesidad de aprender más ya que ella es una madre muy involucrada en las escuelas de sus hijos. En ese entonces solamente sabía hacer cosas muy básicas como ingresar a las videollamadas o mandar un mensaje electrónico.

Al mismo tiempo, Luis Hernández —no relacionado con Claudia— dijo que sabía un poco de computadora. También se enteró del programa mediante el grupo de Comunidades Unidas en West Covina donde la organización tienen otra empresa.

El decidió participar no solamente para aprender más en lo personal, sino también para ayudar a otros padres de familia que sabían muy poco o nada de computación.

Los estudiantes participan en una de las clases en las oficinas de SPIRITT. (Suministrada) Crédito: SPIRITT | Cortesía

Luis contó que al inicio de la pandemia, él constantemente participaba en las reuniones de padres de familia vía zoom para enterarse del avance académico de sus dos hijas.

“Yo no entendía porque otros padres no asistían a las reuniones de zoom para saber de sus hijos, pensé que no les importaba, pero me di cuenta que es porque no sabían utilizar el zoom ni su email”, relató el padre de familia de 47 años de edad.  

Sobre el curso, Luis dijo que ha aprendido desde cómo crear una reunión de zoom, cómo utilizar las páginas de internet que enseñan a las personas a usar el teclado de las computadoras y hasta como realizar pequeños vídeos.

“Son actividades bien interactivas y fáciles de usar”, dijo Luis. “Aparte cada día salen cosas muy nuevas en las computadoras que uno va aprendiendo”.

Los obstáculos no los detienen

Eduardo Estrada, coordinador de alcance con SPIRITT Family Center, dijo que iniciaron este primer curso de computación después de ver que constantemente llegaban personas a sus oficinas para pedir ayuda relacionada a las computadoras. Ya sea en cómo participar en una reunión vía zoom o cómo contestar o enviar un email.

Él se contactó con una compañía de computadoras la cual había ofrecido clases de computación y al final del curso les daban a los estudiantes una tarjeta de $100 para que la utilizaran en la compra de su computadora.

En este caso las clases son completamente gratuitas y SPIRITT se encargó de pagar el resto del costo de cada computadora para que los estudiantes no tuvieran que gastar de su bolsillo. Los participantes usualmente son personas con menos recursos.

Los estudiantes que se graduaron tienen entre 35 y 70 años.

Las clases se llevaron a cabo de forma híbrida; en línea y en persona para aquellos que necesitaban más ayuda.

Lo más impactante que experimentó el coordinador durante los talleres, fue el tener que enseñarles a algunos estudiantes prácticamente desde cero el cómo usar la computadora.

Contó que había una persona que no sabía cómo utilizar el sensor del ratón de la computadora portátil y él literalmente le tuvo que agarrar la mano para hacerlo juntos y que entendiera cómo funcionaba.

“Es muy impresionante porque algunos de ellos no saben leer ni escribir ni en español, pero aquí les hemos proveído el apoyo necesario”, dijo el coordinador. “Una señora nos dio las gracias de que ahora ya se puede comunicar con sus hijos que están en las fuerzas armadas por zoom y les puede compartir recetas para cocinar”.

Aseveró que el trabajo en grupo es muy gratificante y sobre todo cuando se ve el progreso de los estudiantes.

Claudia dijo que hoy en día es extremadamente importante aprender a usar la tecnología y agradeció que hayan grupos dispuestos a enseñarles.

“Por medio de los emails, chat y otras herramientas podemos ayudar a nuestros hijos y les demostramos que sí se puede”, aseveró.

SPIRITT tiene cinco oficinas en las ciudades de El Monte, Pomona, Whittier, West Covina y Bell Gardens. Cada una cuenta con un grupo dedicado a ayudar a los estudiantes con las clases de computación. Los horarios y días son basados en cada grupo.

Para mayor información puede llamar al (626) 404-6750. Para saber más acerca de la organización visite: https://www.spiritt.org/

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