Doctores mexicanos cubren necesidades de salud de comunidades desatendidas en California

Los médicos están reduciendo las disparidades en la atención médica en el estado con más migrantes de los Estados Unidos

Doctores mexicanos.

Doctores mexicanos. Crédito: Cortesía | Cortesía

Los estudios demuestran que la prestación de servicios cultural y lingüísticamente oportunos resulta esencial para mejorar la salud de los pacientes. La capacidad de entender lo que dice un paciente en su lengua materna establece confianza en la relación entre el paciente y el médico, lo que puede generar mejores resultados en la salud. 

Sin embargo, con demasiada frecuencia, los trabajadores migrantes de California NO reciben atención de salud médica de parte de profesionales que hablan su idioma y entienden su cultura.

La legislación presentada por el difunto miembro de la Asamblea Marco Firebaugh, de Los Ángeles, abordaba este problema al establecer el Programa Piloto de Médicos y Dentistas Certificados de México. Este programa permite que hasta 30 médicos certificados en México y especializados en medicina familiar, medicina interna, pediatría y ginecobstetricia ejerzan en California por un término máximo de tres años.

La Agencia de Negocios, Servicios al Consumidor y Vivienda (BCSH, por sus siglas en inglés) de California, por medio de la Junta Médica de California, del Departamento de Asuntos del Consumidor, se asoció con la Universidad Autónoma de México (UNAM) y la Universidad de California Davis para implementar este programa privado. En Salinas, Tulare, Hollister y el área de Los Ángeles, cuatro centros médicos comunitarios participan en el programa, con 18 médicos ya certificados y una docena más en camino.

Hace poco, en una tarde soleada, nos reunimos en Salinas con miembros de la comunidad para escuchar sus experiencias de los éxitos iniciales del programa en su primer año. En mesas decoradas con flores frescas, más de 50 personas se reunieron en una mesa redonda comunitaria auspiciada por la Clínica de Salud del Valle en Salinas, que ha estado prestando servicios médicos a las familias de agricultores en el condado de Monterey desde la década de 1980.

Los miembros de la comunidad y varios médicos que actualmente participan en el primer programa piloto binacional compartieron cómo los médicos capacitados y certificados en México que ejercen en las áreas desatendidas de California están reduciendo las disparidades en la atención médica.

Desde los líderes de la comunidad hasta el personal de la clínica, todos tenían una historia que contar sobre el tremendo impacto que están teniendo estos médicos durante el primer año del programa piloto para mejorar los resultados de salud para los obreros migrantes y sus familias.

Un ejemplo que sobresale

Un médico de la clínica nos contó de un paciente que afirmaba que “se le subió el muerto”. Si bien un hablante no nativo quedaría perplejo con esta expresión si la tomara de forma literal, el médico mexicano entendió de inmediato esta frase idiomática habitual que se refiere a la parálisis del sueño.

Todas las personas con quienes hablamos nos dijeron que este tipo de comprensión lingüística y cultural hace mucho más probable que los pacientes con padecimientos como diabetes e hipertensión se sientan más cómodos para procurar atención médica y para preguntar sin reservas.

También están más dispuestos a hablar sobre su estrés y sus problemas de salud mental, “que van desde la inseguridad de la vivienda hasta la ansiedad por la familia o por su condición de indocumentados”. Dicho de otro modo, aspectos que se omitirían por miedo, si se usara un traductor, se comunican sin vergüenza y con confianza a los profesionales médicos mexicanos.

El programa también les hace bien a los propios médicos. Nos contaron que, si bien están lejos de sus familias y de su país, esto los hace sentirse útiles y, lógicamente, se sienten orgullosos de su labor, en la que a menudo atienden a más de 30 pacientes al día en algunas clínicas.

Sabemos que hacen falta más médicos y recursos para brindar atención médica a las comunidades desatendidas.

El gobernador Newsom y la Legislatura ampliaron la cobertura de Medi-Cal en el Presupuesto de 2022-23 a una cifra estimada de 700,000 californianos indocumentados, con lo cual las personas de 26 a 49 años de edad que cumplan los requisitos de ingresos pueden optar por este programa.

El presupuesto también incluye 1.7 mil millones de dólares por tres años en inversiones en fuerza laboral para la atención médica, donde una parte de esta cifra se dedicará a aumentar las capacidades lingüísticas y culturales instando a reclutar, capacitar y contratar una fuerza laboral de servicios de salud y humanos étnica y culturalmente inclusiva, lo cual mejoraría los resultados en cuanto a diversidad, salarios y equidad en la salud.

Todo esto ayudará en gran medida, sobre todo si se acompaña de profesionales de la salud lingüística y culturalmente competentes como los médicos y el personal de las clínicas que conocimos en Salinas.

Es demasiado pronto para medir el éxito del Programa Piloto de Médicos y Dentistas Certificados de México. El Centro para la Reducción de Disparidades en la Atención Médica de UC Davis evaluará durante los próximos dos años el impacto y el futuro del programa piloto.

Pero los resultados iniciales parecen prometedores. Ya era hora de reconocer la necesidad de que exista una atención médica con mayor capacidad cultural para las poblaciones desatendidas de California.

Lourdes Castro Ramírez es Secretaria de la Agencia de Negocios, Servicios al Consumidor y Vivienda de California.

Anna Caballero representa en el Senado al distrito 12 del estado de California, al cual pertenece Salinas. 

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