Aumentan la renta un 300% a inquilinos en viviendas de Chinatown en Los Ángeles

Decenas de familias latinas están endeudadas hasta el tope; el dueño del edificio les sube el alquiler a más de $3,000 mensuales y ahora están en peligro de quedar en la calle

Alejandro Gutiérrez es el representante de los inquilinos afectados.

Alejandro Gutiérrez es el representante de los inquilinos afectados.  Crédito: Jorge Luis Macía | Impremedia

Mónica Ruiz tiene 24 años viviendo en The Hillside Villa Apartments en el área de Chinatown y, al igual que otras 60 familias se debaten en una misión imposible de cumplir: nadie puede ni podría pagar una renta mensual de $3,200.

Tom Botz, el millonario arrendador, los quiere a todos fuera de su edificio. Además de aumentarles el alquiler entre el 100% al 300%, a los inquilinos les aplica pagos extras de $100 mensuales por un espacio de estacionamiento y $50 más por mascota.

A Mónica, quien al igual que numerosos vecinos ya recibió una orden de desalojo, vivir en un departamento de tres recámaras le costaría actualmente $3,200.  El edificio se localiza en el 636 norte de Hill Place, en el área de Chinatown.

 En 2019 ella pagaba $1,000, pero en febrero de este año, el aumento súbito a $3,200  la tiene al borde del desalojo.

Unas 60 familias están siendo afectadas.
Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

Mónica Ruiz y los demás no han pagado. Se declararon en huelga de pagos desde abril de este año.

Así, su deuda acumulada ronda muy cerca de los $25,000.

“Imagínese, ¿De dónde yo voy a sacar tanto dinero?”, dice la afligida residente de The Hillside Villa Apartments.

Para colmo de sus males, su esposo, quien trabajaba en la construcción se encuentra enfermo. Tiene problemas del corazón y apenas si labora uno o dos días por semana.

 Beneficiado con fondos públicos

Alejandro Gutiérrez, líder de los inquilinos, dijo a La Opinión que, a finales de la década de 1980, el dueño Tom Botz recibió 5.5 millones de dólares en préstamos sin intereses, tanto del gobierno federal como de la Agencia de Reurbanización Comunitaria de la ciudad de Los Ángeles.

Inquilinos esperan apoyo del ayuntamiento de la ciudad.
Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

De acuerdo con el contrato original, una vez que terminaron los 30 años de alquileres asequibles, el propietario tenía la libertad de aumentar los alquileres a las tasas del mercado.

“Aunque el plazo venció, el dueño llegó a un acuerdo con el concejal Gil Cedillo (distrito 1 de LA) para no subir la renta, pero después se retractó y no quiso saber más nada”, declaró Gutiérrez.

“A partir de su decisión comenzamos a recibir notificaciones de aumento de alquiler del 300%”.

 El líder de inquilinos considera que Boltz se aprovechó de los dólares públicos para extraer las máximas ganancias de las familias de bajos ingresos en The Hillside Villa Apartments.

“Yo perdí a mi esposo hace poco tiempo”, dijo entre lágrimas Sandra Sullivan, una mujer anglosajona de 72 años, quien vive sola en un departamento y cuyos ingresos económicos dependen exclusivamente de una pensión.

Por su parte Rosario Hernández de 61 años de edad, dijo que ella pagaba antes $1,300, pero ahora le quieren cobrar $3,2051.

 “Tuvimos una junta con él [[Tom Botz] y nos dijo que, como solución, si no podíamos pagar, que nos saliéramos o que aplicáramos para la Sección 8”.

La señora Hernández informó que trabaja en un centro de cuidado de niños, pero no todos los días. Si le va bien, pudiera ganar hasta $2,400 quincenales.

“Pero si no hay trabajo, simplemente no gano nada”, dijo. “Mi hijo trabaja y me ayuda; solo así podemos pagar la renta”.

Desde finales de 2018 comenzaron los drásticos aumentos de alquiler, los cuales entrarían en vigor a partir del 1 de junio de 2019. Justo a mitad de la pandemia.

Sabiendo que estaba a punto de ser echada a la calle, la michoacana Adela Cortez, de 62 años, decidió pelear, ya que ha vivido en The Hillside Villa Apartments por tres décadas.

“Igual que los demás, dejé de pagar”, dijo Adela. “Cuando la ciudad decidió la expansión del Centro de Convenciones, yo fui desplazada de donde vivía, y no podía permitir que nuevamente me quieran desplazar”.

Pero la notificación de seis meses de los aumentos solamente fue la mecha que encendió el pleito con el dueño, con el respaldo del Sindicato de Inquilinos de Los Ángeles (LATU) , del cual el autor es miembro) y la Comunidad de Chinatown para el Desarrollo Equitativo (CCED),  formaron una asociación de inquilinos que integra a latinos, afroamericanos y anglosajones.

“Yo pagaba de renta $1,084 y el viejo me la aumentó a $2,600”, dijo Adela, quien, haciendo cuentas individuales dice que ha pagado en renta un promedio de $432,000 en tres décadas. En el edificio hay 124 unidades de departamentos.

 Dominio eminente, la solución

En mayo, el concejo de Los Ángeles votó a favor de la compra del edificio a Tom Botz, a través del dominio eminente. Botz no respondió a un pedido de entrevista para el diario La Opinión.

 Justamente, a través de este proceso fue como Adela Cortez tuvo que mudarse del barrio donde vivía,  porque la ciudad dio paso a la ampliación del Centro de Convenciones. El dominio eminente se da cuando el gobierno o alguna entidad facultada por él, toma propiedad privada para uso público.

 De hecho, la Quinta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos establece, en parte, que “no se tomará la propiedad privada para uso público, sin una compensación justa”.

“Seguiremos peleando por el dominio eminente, más porque este señor (Tom Botz) utilizó dinero público para beneficiarse solo él mismo”, consideró Annie Shaw, organizadora de la Comunidad de Chinatown para el Desarrollo Equitativo (CCED.

Alejandro Gutiérrez, líder de la asociación de inquilinos en The Hillside Villa Apartments, manifestó que la ciudad, en colaboración con el Departamento de Vivienda de Los Ángeles ha evaluado el precio del edificio.

Temor de ser desplazados

A los estratosféricos aumentos de la renta se suman los temores del desplazamiento.

En las inmediaciones del edificio, particularmente cerca de estación de la línea L de Metro, en Chinatown, un inversionista planea construir un edificio de 725 departamentos; otro más de 414 apartamentos en el 760 norte de la calle Hill. Y no muy lejos de dicha zona céntrica de Los Ángeles se está edificando otro complejo de 318 unidades residenciales llamado Llewellyn, en el 1101 al norte de la calle Main.

“A mí me subieron la renta de $1,200 a $1,400 y después a $2,670”, dijo a La Opinión, Guadalupe Romero, una mujer salvadoreña que vende tortas, tacos y pupusas en la esquina de las calles 5th., y Broadway, en el centro de Los Ángeles. “Eso es mucho dinero, y, además, la gente ya no compra como antes”.

Por su parte, Daniel Carrara, un mexicano soltero que trabaja en la construcción señaló que, por una recámara él pagaba $1,200 y el dueño del edificio le aumentó el alquiler al doble.

Por su parte, René Alexander, quien padece de diabetes y trastorno de estrés postraumático, manifestó que en el departamento donde vivía con su esposo, su hermana y dos sobrinas tuvieron que vivir algún tiempo en hoteles porque tuvieron una infestación de chinches.

“Mi esposo y yo comenzamos a fumigar, pero fue insuficiente lo que hicimos y todas nuestras pertenencias se dañaron”, dijo. “No nos quedó más remedio que demandar al dueño del edificio”.

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