Salvadoreño en la lucha por la comida vegana en Un Solo Sol

En su restaurante encuentras platillos de la cocina de todo el mundo pero hechos a base de vegetales y granos

El salvadoreño Carlos Ortez promueve la comida vegana en un Solo Sol. (Cortesía Carlos Ortez)

El salvadoreño Carlos Ortez promueve la comida vegana en un Solo Sol. (Cortesía Carlos Ortez) Crédito: Cortesía

A pesar de los golpes que le ha dado la crisis económica acentuada por la pandemia de covid-19, el salvadoreño Carlos Ortez está dispuesto a seguir en lucha por sacar adelante su restaurante de comida vegana Un Solo Sol, ubicado en el barrio de Boyle Heights de Los Ángeles.

“No ha sido fácil desde marzo de 2020; y desde que se inició la crisis en 2018, empecé a mover piezas, algunas acertadas, otra no, pero sigo adelante porque creo en lo que estoy haciendo”.

En un Solo Sol, Carlos  promueve un concepto de alimentación basado en el naturismo. 

Lo que estoy proponiendo es provida: un sistema de vida más saludable en el cual el sistema inmunológico se fortifique y salvaguardemos a los animales”.

Carlos nació en Santa Rosa de Lima al oriente de El Salvador. En un lugar al que describe como “siempre marginado del resto del país”.

Carlos Ortez, afuera de su restaurante Un Solo Sol. (Araceli Martínez/La Opinión)

Cuando su papá compitió para alcalde de Santa Rosa y perdió – dice – de manera fraudulenta, se mudaron a San Salvador.

“A mi papá le dieron trabajo en el rastro. Luego fue vendedor de estufas de gas propano. Y salió la oportunidad de que se hiciera de una de las gasolineras que estaban dejando en los años 50 y 60; y le fue bien”.

Su padre llegó a ser presidente vitalicio de la Asociación de Gasolineras de El Salvador hasta que murió a los 59 años.

Fue en el año 1980 cuando se graduó de bachiller en la Escuela de los Jesuitas que sus padres lo mandaron a Estados Unidos.

“En ese año se inicia la Guerra Civil en El Salvador.  Yo me había formado en la Teología de la Liberación, y como andaba muy activo en los grupos juveniles, mis padres temían que me pasara algo”.

En Los Ángeles se reunió con su hermana y unas tías que ya estaban aquí. 

“Tenía 18 años cuando llegué, y solo venía por dos años, porque pretendía ser cura jesuita”.

Carlos Ortez quiere hacer de su restaurante Un Solo Sol, un espacio donde los artistas expongan su arte. (Araceli Martínez/La Opinión)

Entró con una visa de turista, pero eventualmente solicitó asilo porque tenía miedo que al regresar lo fueran a matar por sus posturas antimilitares.

“Me negaron el asilo. Perdieron mis papeles. Hasta cuando me hice ciudadano, los encontraron”.

Carlos relata que su primer trabajo como inmigrante recién llegado fue en Taco Bell, pero también trabajó en un Seven-11 y como ayudante en un estacionamiento. 

“Al mismo tiempo que trabajaba nunca dejé de ir a la escuela. Me gradué como ingeniero mecánico de Cal State Long Beach. Me casé y me hice padre de tres hijos”.

Y tras trabajar durante 17 años para el gobierno estatal, ejerciendo su profesión, se jubiló de manera temprana en 2017.

Su salud y el veganismo

El abrir un restaurante vegano está muy ligado a su propia salud y la de su familia.

“Desde que tenía 15 años, tuve condiciones crónicas de salud, a pesar de que era conocido por ser atleta. Tenía problemas con el hígado. Comía mucha masa, mucho almidón, mucho maíz, mucho trigo, mucha leche y golosinas. Jugaba fútbol y lo primero que pedía al terminar el juego era un litro de Coca Cola para refrescarme”.

Su forma de alimentación – dice – lo llevaba a sufrir dolores en las coyunturas, en problemas intestinales y cuadros constantes de gripas.

“El 28 de julio de 1992 cuando mi hija, la mediana, desarrolló asma, como consecuencia de la aplicación de antibióticos, fui a ver al naturista Miguel Meléndez en El Salvador; y me dijo que tenía el hígado muy débil”.

Esa visita cambió la vida de Carlos porque a su regreso de El Salvador, decidió iniciar el proceso para consumir más semillas, vegetales y frutas.

“En 1992 empecé con un naturismo mal hecho, pero fui aprendiendo. Ha sido todo un proceso”.

En 2003, su entonces esposa abrió el restaurante Plaza Café. También en ese local se estableció el primer Homeboy Cafe. Pero ninguno de ellos era vegano.

En 2010 el Plaza Sol se convirtió en Un Solo Sol, pero no fue sino hasta el 2021 que se hizo completamente vegano”.

La transformación de Un Solo Sol coincidió casi con el cambio personal de alimentación de Carlos.

“En 2014 dejé las carnes y poco a poco, deje lácteos y huevos”.

La decisión de hacer de Un Solo Sol, un restaurante especializado en comida vegana se dio un año después de iniciada la pandemia.

“La gente no ha regresado a Un Solo Sol porque seamos veganos. Todos los dueños de restaurantes, sin importar el tipo de comida, hemos experimentado un bajón sustancial de clientes a partir de la pandemia. Hay una gran inestabilidad en los negocios. De repente, hay noches que se nos llena, y los clientes se van malencarados porque no hay asientos; y hay otras noches en las que el local está solo”.

Considera que esto se debe a no hay dinero suficiente.

“He visto que la gente que ordenaba un plato principal para cada uno, ahora piden un aperitivo y el plato principal lo comparten”.

Dice que él sigue ofreciendo precios muy económicos, con los platillos principales a un precio promedio de $14 cuando en cualquier parte no bajan de $16.

Carlos relata que antes de la pandemia, llegó a tener 14 empleados, y ahora solo son dos, la cocinera y él.

“En 2016 y 2017 estuvimos muy bien; en 2020, nos mantuvimos abiertos, vendiendo comida para llevar, pero tuve que agarrar un préstamo con los bancos que utilicé en los empleados”.

Una de las cosas que más le gustan es que su menú está lleno de opciones de comida vegana internacional: comida mexicana como el pozole, el guacamole, los taquitos; de la India, el kheer bowl; del medio oriente encontramos el tabbouleh, el fatteh; del Caribe, El Caribe Bowl con arroz, frijol, plátanos fritos y de El Salvador, las tradicionales pupusas.

“Las pupusas eran veganas originalmente. Con la colonización les pusieron el queso que trae muchas alergias y mucosidad”.

Carlos dice que le gustaría que las corporaciones que están inundando la industria de la comida chatarra para llevar con restaurantes virtuales o fantasmas, ofrecieran opciones más saludables.

“Mi sueño es hacer el mayor esfuerzo físico para mantener Un Solo Sol a como está ahora hasta que se vea clara la cosa. Tengo que hacerme el fuerte”.

Cabe decir que la alimentación vegana y el naturismo hicieron que su hija sanara del asma, mientras que Carlos asegura que la salud de su hígado es excelente.

Carlos Ortez posa junto al mural de Un Solo Sol. (Araceli Martínez/La Opinion)

Un Solo Sol

Horario: De miércoles a sábado de 12:00 a 3:00 pm; y de 6:00 a 9:)) pm; y el domingo de 12:00 a 3:00 p.m.

Dirección: 1818 1st Street.  Los Ángeles, 90033. Frente a la Plaza del Mariachi.

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