Cuando los inmigrantes no entienden que traicionan a su patria

Si apoyas a la oposición en México estás respaldando, sin darte cuenta, más a industrias internacionales que al pueblo mismo

El gobierno de Biden propone cómo contar mejor a los latinos en EE.UU.

El 76.% de los residentes de Santa Ana son latinos. Crédito: Archivo/Ciro Cesar | Impremedia

Ya no puede haber excusas. Si después de cuatro años de ver todo lo que defiende la oposición política en México todavía la apoyas, entonces, al igual que sus integrantes, y seguramente sin quererlo, estás traicionando a México.

Según la Real Academia Española la palabra traición es una falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener.

Por el peso y lo serio de su significado, esta palabra no se debe de utilizar a la ligera; pero si se utiliza se debe de justificar. De lo contrario, el texto pierde valor y se convierte en propaganda o ataque político.

No obstante, no encuentro otro objetivo cuando veo a un grupo de políticos del Partido Acción Nacional (PAN), del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) defender más a los intereses de las empresas trasnacionales que a su propio pueblo. De tal modo que si apoyamos a estos partidos, ¿entonces en qué nos convertimos?

Eso fue lo que pasó con la reforma energética. El objetivo con esa reforma era cuidar y mantener los intereses de la nación, asegurarnos de que los recursos del país no cayeran en control total de manos extranjeras y que nos dejaran a merced de la iniciativa privada, como le pasó a Europa, continente que después de iniciado el conflicto entre Ucrania y Rusia tomó medidas drásticas, pero a beneficio de su pueblo.

El problema de los precios del gas llegó a tal nivel en Francia y Alemania, que tuvieron que nacionalizar las industrias del gas porque su pueblo estaba sufriendo las consecuencias de los altos precios de este recurso, elemento indispensable para el diario vivir de sus ciudadanos.

Curiosamente a estas intervenciones del estado Francés y Alemán no se les calificó de “comunistas”  o “dictatoriales”; pero si el pueblo de México quiere proteger su industria del gas empieza la propaganda de la oposición y la gran mayoría de los medios de comunicación masiva., que inmediatamente acusan al gobierno de querer crear un monopolio y de llevar al país a situaciones similares a “Venezuela” o al “comunismo”. A ellos no les importa que el gobierno le esté dando un 46% de participación a la industria privada, a fin de que el estado garantice el control del mercado para no llegar a situaciones como las de Europa. Sin embargo, a la oposición y a esos medios que amplifican su voz no les importa la verdad, sólo prefieren seguir mintiendo y manipulando para regresar al poder.

Es más, me atrevería a decir que estos grupos rezan porque le vaya mal al gobierno y a México para facilitar su regreso en 2024.

Y a ese llamado se le unen esos políticos de oposición, quienes claramente defienden más los intereses de las trasnacionales que al pueblo mismo. Por eso subrayo que si seguimos apoyando a esos partidos nos convertiremos en sus cómplices y, por lo tanto, en traidores a la patria.

Afortunadamente hubo un plan B del gobierno mexicano, que la Suprema Corte de Justicia no consideró inconstitucional, pues la medida fortalecía a la Comisión Federal de Electricidad. Si se hubiera declarado inconstitucional, la iniciativa privada iba a terminar controlando casi toda la industria para antes del 2030; además de seguir saqueando al país con contratos leoninos muy jugosos para sus bolsillos. Obviamente, todo esto apoyado por la oposición en México. Una verdadera lástima.

Esto es solo un ejemplo de cientos o posiblemente miles de amparos con los que la oposición, en diferentes industrias, ha tratado de frenar los avances de la actual administración, sin importar si se trata de la construcción de una refinería; el Tren Maya; un aeropuerto o programas de reforestación como Sembrando Vida; apoyo a la tercera edad, a los jóvenes y los incrementos al salario mínimo, que desde 2018 aumentó de 88 a 207 pesos diarios.

Todo eso sin considerar la inflación a consecuencia de la pandemia y la guerra en Ucrania. No olvidemos que a consecuencia de otros gobiernos, el actual no se ha endeudado e inclusive en 2021 pagó una parte de esa deuda contraída por los gobiernos pasados.

Por si fuera poco, la oposición rechazó la ley que hubiera llevado a la cárcel a personas que roban al erario al no pagar impuestos en cifras millonarias; se opuso a leyes que castigan el huachicoleo (robo de gasolina); y a reformar la industria de la comunicación (ley de datos biométricos) que hubiera ayudado a evitar los secuestros.

Es por eso que utilizar la palabra traición no es una cosa menor cuando se apoya a la oposición, esa que gobernó hasta 2018 y por la cual millones de mexicanos tuvieron que salir de su país, abandonando a su familia y seres queridos. De hecho, es una contradicción ser inmigrante y apoyar a la oposición. Ojalá se percate de eso la mayoría. Entiendo que toda nación necesita contrapesos, pero no del calibre que tenemos ahora en México con los miembros de la “oposición”: traicioneros y vendepatrias. Se necesita una verdadera oposición, que busque el beneficio de los mexicanos y que no sólo defienda los intereses de la industria privada, incluyendo la internacional.

*Agustín Durán es editor de Metro en La Opinión, único diario en español en California.  Gracias por leer hasta el final. 

Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain