Hacer ejercicio en la naturaleza produce grandes beneficios para la salud de nuestro cerebro

Realizar actividad física en ambientes naturales, llamado “ejercicio verde”, es positivo porque se experimenta como más placentero, relajante y fácil

Hacer ejercicio en la naturaleza produce grandes beneficios para la salud de nuestro cerebro

Debido a los niveles de estrés a los que constantemente estamos sometidos, los científicos están cada vez más interesados en hacer del entrenamiento físico una actividad placentera. Crédito: Antonio Guillem | Shutterstock

Hacer ejercicio en presencia de la naturaleza, incluso la naturaleza virtual, ofrece beneficios psicológicos en comparación con hacer ejercicio sin ella.

Así lo demostró un estudio, publicado en International Journal of Psychophysiology, que identificó áreas del cerebro que pueden ser responsables de estos efectos.

La investigación sugiere que hacer ejercicio en ambientes naturales, llamado “ejercicio verde”, es especialmente beneficioso ya que se experimenta como más placentero, relajante y más fácil de seguir en comparación con el ejercicio en interiores.

Los autores del nuevo estudio intentaron comprender mejor estos mecanismos subyacentes al explorar lo que sucede en el cerebro cuando las personas caminan por la naturaleza.

“Las razones por las que estamos tan interesados ​​en hacer del ejercicio una experiencia más placentera se deben principalmente a los niveles de estrés que experimentamos actualmente la mayoría de nosotros”, dijo el autor del estudio Marcelo Bigliassi, profesor asistente de psicofisiología y neurociencia en la Universidad Internacional de Florida.

Bigliassi dice que ellos son conscientes de los beneficios del ejercicio verde, pero la realidad es que no saben mucho sobre lo que sucede en el cerebro cuando hacemos ejercicio en presencia de la naturaleza.

La mayoría de las respuestas psicológicas y perceptivas reportadas en nuestro estudio eran esperadas hasta cierto punto, pero también estábamos tratando de desentrañar los mecanismos cerebrales que subyacen a esos estados emocionales”, explica.

Ejercicio “verde”

Los participantes del estudio fueron 17 mujeres y 13 hombres con una edad promedio de 24 años y se les instruyó que caminaran ¼ de milla a su propio ritmo.

En la condición de ejercicio verde, los participantes caminaron por un sendero rodeado de árboles, vegetación y sonidos naturales. En la condición de ejercicio verde virtual, los participantes caminaron en el interior de una caminadora mientras miraban y escuchaban un video de la ruta del sendero.

A lo largo de las caminatas, se controló la actividad cerebral a través de un casco de electroencefalografía (EEG) que se ajustaba a la cabeza del participante y se controló la variabilidad del ritmo cardíaco a través de un monitor de ritmo cardíaco conectado al pecho.

Al principio, a la mitad y al final de cada caminata, los participantes calificaron su enfoque atencional (interno a externo), sus sentimientos (muy malos a muy buenos) y excitación (baja a alta).

En su mayor parte, tanto el ejercicio verde como el ejercicio verde virtual tuvieron efectos significativos en las medidas del estudio. Sin embargo, los efectos tendieron a ser más fuertes para el ejercicio verde.

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