El gobierno de EE.UU. afirmó que ningún enemigo causó el “Síndrome de La Habana”
La comunidad de inteligencia de EE.UU. sostiene que ningún otro país es responsable del Síndrome de La Habana que afectó a funcionarios estadounidenses en el exterior
La comunidad de inteligencia de Estados Unidos considera “muy poco probable” que un adversario extranjero o un arma de energía sea la causa del llamado Síndrome de La Habana”, dijeron funcionarios de la Casa Blanca el miércoles.
El Consejo Nacional de Inteligencia, que agrupa a varias agencias, publicó un informe sobre el “síndrome de La Habana”, un conjunto de problemas de salud como mareos y náuseas sufrido por diplomáticos estadounidenses desplegados por el mundo, y dijo que es “muy improbable que un adversario extranjero fuera el responsable de las anomalías de salud”.
“Los síntomas del personal de Estados Unidos fueron probablemente resultado de factores que no involucran a un adversario extranjero, como condiciones preexistentes, enfermedades convencionales o factores ambientales”, remarca el documento.
La directora de Inteligencia Nacional, Avril Haines, dijo en un comunicado que los eventos, a los que se hace referencia oficialmente como Incidentes de salud anómalos, probablemente fueron el resultado de otros factores como “condiciones preexistentes, enfermedades convencionales y factores ambientales”.
La primera vez que se detectaron estas dolencias fue a finales de 2016 entre el personal diplomático en La Habana, y en 2017 el entonces presidente Donald Trump acusó al gobierno de Cuba de haber perpetrado “ataques acústicos” en contra de los trabajadores de la Embajada y suspendió los servicios consulares en la isla.
El Consejo Nacional de Inteligencia ha revisado documentos clasificados y literatura tanto científica como médica para determinar finalmente que “no hay evidencia creíble de que un adversario extranjero cuente con un arma o dispositivo” capaz de provocar esos problemas de salud.
También detectó “limitaciones metodológicas” en los informes médicos que desarrollaron la teoría del “síndrome de La Habana”.
En una rueda de prensa, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, explicó que “no hay un denominador común” entre todos los afectados, ya que algunos casos se pueden explicar por “causas naturales”, otros por “efectos ambientales” y algunos están todavía por determinar.
Price remarcó que el gobierno del presidente Joe Biden permanece comprometido a seguir brindando la asistencia sanitaria necesaria para aquellos trabajadores que siguen afectados por estas dolencias.
Más de 200 diplomáticos estadounidenses y familiares destinados a diferentes países han padecido síntomas del llamado “síndrome de La Habana”, como mareos, náuseas, problemas auditivos o migrañas.
Además de en Cuba, donde se detectaron los primeros casos en 2016 y 2017, ha habido incidentes similares en China, Austria, Alemania e incluso en Washington.
El presidente Joe Biden firmó en 2021 una legislación bautizada como “Ley de La Habana”, que establece la obligación de ayudar a los trabajadores que sufren esos síntomas.
En enero del año pasado, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ya descartó que las molestias descritas fuesen resultado de una campaña dirigida por un país enemigo como Rusia, frente a lo que se había especulado.