Genoma de Beethoven, secuenciado por primera vez, da pistas sobre la causa de su muerte
Beethoven sufrió innumerables problemas de salud, entre los que destaca su sordera generalizada en 1818
Sin duda Ludwig van Beethoven es uno de los más grandes compositores de todos los tiempos, pero también uno de los que más afecciones físicas sufrió durante su vida, ahora un grupo de investigadores analizó su genoma para tener más pistas sobre lo que generó su muerte.
A lo largo de su vida, Beethoven sufrió innumerables problemas de salud, entre los que destaca su sordera generalizada en 1818. Estos problemas afectaron sin duda a su carrera y a su estado emocional.
Casi dos siglos después del fallecimiento del compositor, los científicos afirman haber secuenciado su genoma a partir de mechones de pelo del músico conservados.
Según un nuevo artículo publicado en la revista Current Biology, Beethoven, sí presentaba numerosos factores de riesgo de enfermedades hepáticas y estaba infectado por la hepatitis B.
“No podemos afirmar con seguridad qué mató a Beethoven, pero ahora podemos confirmar al menos la presencia de un riesgo hereditario significativo y una infección por el virus de la hepatitis B“, afirma Johannes Krause, coautor del trabajo y experto en ADN antiguo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.
Los investigadores también encontraron pruebas genéticas de que en algún lugar de la línea paterna de Beethoven, un antepasado tuvo una relación extramatrimonial.
Las dolencias de Beethoven
Beethoven empezó a perder audición entre los 20 y los 30 años, con tinnitus y pérdida de frecuencias de tonos agudos en particular. Afirmaba que todo empezó con un ataque en 1798 provocado por una pelea con una cantante.
A mediados de los 40, era sordo funcional e incapaz de dar conciertos públicos, aunque aún podía componer música. También padeció durante toda su vida dolencias gástricas crónicas, como dolores abdominales persistentes y diarreas prolongadas. En 1821, el compositor mostraba signos de enfermedad hepática, marcada por el primero de dos graves ataques de ictericia.
En diciembre de 1826, Beethoven estaba bastante enfermo, con un segundo ataque de ictericia y extremidades hinchadas, fiebre, hidropesía y respiración dificultosa.
El 24 de marzo de 1827, supuestamente dijo a los visitantes: “Plaudite, amici, comoedia finita est” (“Aplaudid, amigos, la comedia ha terminado”). Dos días después murió.
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