Joven restaurantero decidido a que la comida salvadoreña conquiste el gusto de todos

'La única forma de crecer como negocio es hacer que no solo los salvadoreños la disfruten sino todo mundo'

Alex Navarrete decidido a impulsar la comida salvadoreña en el gusto de diversos grupos étnicos. (Araceli Martínez/La Opinión)

Alex Navarrete decidido a impulsar la comida salvadoreña en el gusto de diversos grupos étnicos. (Araceli Martínez/La Opinión) Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

Alex Navarrete nació y creció entre las mesas de La Flor Blanca, el restaurante salvadoreño que abrió su padre en 1999 en el sur de Los Ángeles. 26 años después, es el propietario y quiere dejar su propia huella aplicando sus conocimientos de programación para hacer crecer la comida tradicional de El Salvador en el gusto de todos sin importar razas.

La historia de La Flor Blanca nace con Edgar Rolando Navarrete, el padre de Alex.

“Soy hijo de un padre salvadoreño y una mamá mexicana. Mi papá era del área de San Miguel en El Salvador, y vino cuando tenía 22 años a este país”.

La Flor Blanca se estableció en 1992 en las calles Vernon y Broadway del sur de Los Ángeles. Fueron sus tíos y su papá quienes se unieron para abrirlo, al ver la demanda por la comida y los productos salvadoreños que se dio con la llegada de los salvadoreños que escapando de la Guerra Civil de su país, buscaban refugio en Estados Unidos.

“Hasta donde sé, cuando mis tíos y mi papá compraron el restaurante en 1992, ya se llamaba La Flor Blanca y se quedaron con el mismo nombre. Y mi papá cuando se independizó de mi tíos, no lo cambió. Por eso vemos muchos restaurantes que se llaman igual”.

Alex Navarrete quiere aplicar las nuevas tecnologías a su restaurante La Flor Blanca en el sur de Los Ángeles. (Araceli Martínez/La Opinión)

Cuando en 1999 su padre abrió su propia Flor Blanca en el 1279 al oeste del boulevard Jefferson en Los Ángeles, Alex cuenta que apenas ganaba como 50 dólares al día.

“En esa época no eran suficientes para pagar empleados, gas y los gastos. Así que enseguida del restaurante tuvo que abrir un negocio de envío de paquetes”.

Alex platica que creció en La Flor Blanca de su padre y desde los 5 años ayudaba limpiando meses.

“Recuerdo que limpiaba también la pared blanca del mostrador que los niños, hijos de los clientes ensuciaban al patear y dejar sus marcas”.

También acompañaba a su padre a hacer las compras.

“A los 8 años me pusieron a trabajar como cajero en el negocio los fines de semana”.

Así que desde niño supo del manejo del restaurante, y ya de grande se puso a estudiar para ingeniero de software y codificación.

“Cuando la pandemia llegó, fue un poco difícil. Ya no podíamos dar las mismas horas de trabajo a los empleados, y las regulaciones para los negocios de comida cambiaban de un día para otro”.

La Flor Blanca se recupera de la pandemia de covid-19. (Araceli Martínez/La Opinión)

A tres años de la pandemia, dice que las ventas no se han recuperado del todo.

“Este restaurante dependía mucho de la gente mayor; y muchos fallecieron”.

Entre los fallecidos estuvo su padre, a quien un paro cardíaco le arrebató la vida en el 2020 cuando tenía 56 años, cuando estaba tratando de arreglar unos mosaicos del piso del restaurante.

“Cuando él murió, ya tenía dos años de haberse retirado, y yo ya era el dueño”.

Dice que su padre le enseñó a manejar el restaurante, ahora dice que es su turno para llevarlo a un segundo nivel.

“Las nuevas generaciones que se están quedando con los restaurantes salvadoreños de sus padres están haciendo como una fusión de comida y una mezcla de menús que se ha vuelto más americano que salvadoreño”.

Alex quiere que La Flor Blanca siga especializada exclusivamente en comida salvadoreña.

“Los dueños de restaurantes de comida salvadoreña tenemos que asegurarnos que no nos roben nuestras recetas como le ha pasado a los mexicanos que Chipotle y otros se las han robado”.

Alex Navarrete se vale de las diferentes tecnologías para impulsar su Flor Blanca. (Araceli Martínez/La Opinión)

En La Flor Blanca, cuenta que lo que más les pide la gente son las pupusas y la sopa de gallina, pero tienen una amplía variedad de platillos típicos del país centroamericano.

Confía que su visión es introducir la comida salvadoreña a gente de otras razas para crecer como negocio.

Ahora los restaurantes salvadoreños estamos compartiendo los mismos clientes, y el mercado no está creciendo; pero para que funcione debemos crecer más”. 

Pescado frito salvadoreño. (Cortesía La Flor Blanca)

Precisó que hay más de 150 restaurantes salvadoreños en el Corredor Salvadoreño, peleando por los mismos clientes.

“Yo me hice cargo de La Flor Blanca y tengo mi propia visión. De 1999 a 2018, mi padre fue el dueño. Hizo lo que quería, ahora es mi turno”.

Con la partida de su padre, Alex confiesa que ya no se puede darse el lujo de consultarle algo sobre el negocio porque ya no está. “Mi mamá está aprendiendo porque ella no estaba involucrada”.

Sin embargo, dice que a él le toca sacar adelante el negocio y ver cómo le hará para comprar una casa cuando en el barrio donde está La Flor Blanca, las casas cuestan mínimo un millón de dólares.

“Me interesa hacer pedidos grandes de comida salvadoreña para eventos”, dice.

También le apuesta a que su preparación en programación, codificación y las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial le ayuden a crecer el negocio heredado.

“Ya no existen las barreras. Estamos viviendo una nueva época, nos tenemos que adelantar a donde está el futuro”.

Alex dice que le gustaría no solo crecer La Flor Blanca sino explorar otros tipos de negocios, y convertirse en un gran empresario en Los Ángeles.

La Flor Blanca abre todos los días de 10 am a 9:00 pm.

Se localiza en 1279 W. Jefferson Blvd. Los Angeles, California.

En Instagram la encuentras como la.flor.blanca; y en Tik Tok como @SalviPapiii

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