La dona pupusa, la deliciosa creación que mezcla la cultura salvadoreña con la de EE.UU.

Un inmigrante salvadoreño que fue traído de niño crea la original dona pupusa, y la convierte en una marca registrada

John Adi Flores creador de las donas pupusas en Los Ángeles. (Araceli Martínez/La Opinión)

John Adi Flores creador de las donas pupusas en Los Ángeles. (Araceli Martínez/La Opinión) Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

Cuando en 2019, John Adi Flores creó su dona pupusa, una singular pupusa hecha con harina para donas, fue criticado duramente por su osadía de atreverse a romper con la receta tradicional que dicta que las pupusas se hacen con harina de maíz o de arroz.

“De cuál te fumaste para que hayas inventado esto, me llegaron a decir, y me maltrataban”, recuerda John Adi.

Pero no tardó ni un año cuando se empezó a correr la voz de sus donas pupusas y sus paisanos salvadoreños que antes lo criticaban, se convirtieron en sus principales clientes.

John Adi dice que nadie más que él hace la dona pupusa en el mundo por lo que su receta ha quedado ya como una marca registrada de su tienda de café y donas Winstar Donuts.

La historia de la dona pupusa nació a raíz de que John Adi abrió las puertas de su negocio Winstar Donuts en la ciudad de Lynwood.

John Adi junto a su madre Apolonia Hércules, su brazo derecho en WInstar Donuts. (Araceli Martínez/La Opinión)

Pero primero veamos quién es John Adi. Nació en el norte de El Salvador, y su madre Apolonia Hércules lo trajo a este país cuando tenía 14 años. Creció en el sur-centro de Los Ángeles y durante 30 años se dedicó a las ventas de teléfonos. 

“Cuando dejó de ser redituable y muchas compañías comenzaron a cerrar, me fui a trabajar a un banco”.

Pero dentro de sí, John Adi siempre guardaba la idea de tener un restaurante, y como era un cliente habitual del café con donas por las mañanas, pensó en un negocio de café y donas. 

“Me convencí aún más cuando leí que los americanos comemos un promedio de 33 donas por año”.

John Adi dice que se pasó tres años planeando su negocio. 

“Me puse a estudiar y a investigar de cafés, leches y harinas”. Y al principio – reconoce – que no le salían muy buenas, pero le encontró el punto al sabor.

“En 2019 abrimos Winstar Donuts en la ciudad de Lynwood, a un lado de la Plaza México. Comenzamos con 6 empleados y ofreciendo alrededor de 15 diferentes tipos de donas”.

Sus primeros clientes – dice – fueron sus vecinos.

Poco tiempo después, sus clientes veganos, cuyas edades van de los 13 a los 28 años, le empezaron a pedir donas veganas y no tardó mucho para complacerlos e incluirlas en su menú.

Cuando la pandemia llegó en 2020, a John Adi ya le empezaba a ir muy bien con sus donas, pero a como todos los negocios, la covid-19 lo puso en apuros. “Abríamos y cerrábamos. Casi todo era para llevar. Lo más difícil fue quedarme sin empleados”.

A cuatro años de abrir su negocio de donas, dice que ya es rentable. “Vivimos nueve familias de aquí, incluyendo la mía”.

Y considera que la clave para que el cliente regrese, es ofrecer un producto que sabe rico, cae bien al estómago y tiene un buen precio.

“Hoy en día ofrecemos unos 30 tipos de donas. Las que más se venden son las glaseadas, la tradicional de azúcar, la de chocolate y la de coco”.

De las veganas ofrecen unos 16 tipos, y también incorporó a su menú pan de dulce mexicanos como las conchitas de cocoa y de vainilla, pan bolillo y unos diez tipos de sándwiches diferentes. Sin faltar el café, las sodas y los jugos naturales. 

“El café es una mezcla de granos de Guatemala, El Salvador y Colombia”.

La dona pupusa, marca registrada de Windstar. (Araceli Martínez/La Opinión)

La dona pupusa es una historia que se cocina aparte, ya que nació del propósito de John Adi de ofrecer algo único.

“Un día me estaba bañando pensando que quería hacer algo diferente, algo que mezclara la cultura salvadoreña con la anglosajona”.

Entonces se le vino a la cabeza la dona pupusa que no es otra cosa más que una pupusa con la harina de trigo con la que se hace la dona.  “Se me ocurrió al principio del negocio, pero no le podía dar ese sabor auténtico. Me animé a sacarlas a la venta hasta un año después, y todavía me tomó unos 7 meses que quedaran bien”.

Fue su madre quien entró en su rescate para darle ese toque que le hacía falta a las donas pupusas. “Hasta la fecha mi mamá prepara el queso con el loroco, los frijoles y el chicharrón que llevan las donas pupusas”.

Apolonia Hércules le pone su sabor a las dona pupusas. (Cortesía)
John Adi con su madre Apolonia Hércules y su tía María Chavarría. (Araceli Martínez/La Opinión)

En la actualidad, tiene tres tipos de donas pupusas: de queso, con jalapeños y loroco; de frijol con queso y loroco; y la de frijol con queso, loroco y chicharrón. Esta última es la más solicitada, dice John Adi, quien confiesa que se siente muy contento con los resultados.

Y revela que su meta es hacer crecer su negocio de donas, ya que si algo le enseñó su madre es a no darse por vencido. Doña Apolonia va a cumplir 80 años, y dice que no podía estar más orgullosa de su hijo.

 “Me gustaría tener unas 200 por todo Los Ángeles y hacer franquicias de WinStar”, agrega John Adi.

John Adi Flores crea Windstar Donuts. (Araceli Martínez/La Opinión)

El nombre de Winstar Donuts dice que lo pensó mucho y lo escogió porque win quiere decir en español ganar, y star, estrella. 

“Es que todos los días, me levanto con la idea de brillar y ser el mejor chico de las donas. Y para eso se va a ocupar una dona y un café”, dice sonriendo.

La tienda Winstar Donuts, hogar de la dona pupusa, se localiza en 11326 Long Beach Blvd. Lynwood, California, 90262

Abren de 5 de la mañana a 8 de la noche, todos los días.

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