Cómo vivir con la fibromialgia: disciplinarse, no hacerse las víctimas y levantarse aunque a veces parezca imposible hacerlo

Recurrí a todas las especialidades médicas que puedan imaginar y me encontré con algo que me sorprendió demasiado: los médicos no me creían, o me decían que era hipocondriaca. Así es con la fibromialgia

Adriana Niño de Rivera, periodista y autora.
Adriana Niño de Rivera, periodista y autora.
Foto: Cortesía

Soy Adriana Niño de Rivera Mejía, mexicana, tengo 52 años y soy licenciada en Ciencias de la Comunicación. Literal, desde el día que nací me enfrenté a la adversidad: nací prematura de seis meses y medio, pero me aferré a la vida.

Nunca tuve la salud deseada, ni de niña, adolescente, pero cuando entré a la universidad empezó el vía crucis. Comencé el primer semestre de la carrera y comencé con dolor de cuello izquierdo, muy fuerte, tenía 21 años. Para ser honesta siempre he tenido un carácter alegre, soy optimista y sobre todo no me doy por vencida tan fácil, así que seguí mi vida, pero pronto comencé con más molestias.

Lo primero que hice fue ir al ortopedista, y me mandaron RX, antinflamatorios, tanto tópicos como orales. Nada funcionó y con el tiempo esto se volvió insoportable. Para no hace tan largo el cuento, comencé a sentir rigidez y con el tiempo episodios de no poder ni levantarme de la cama por cansancio, dolor muscular (lo que yo llamaba inflamación) y diversos síntomas como ojos llorosos, escalofríos, muchísima ansiedad, insomnio, depresión por la misma situación, y no tenía ganas de seguir, porque el cuerpo no me daba. Tenía de repente días buenos, pero otros fatales.

Así que regresaba a los médicos para pedir que me mandaran algún otro estudio que arrojara qué era lo que me pasaba, y en las resonancias magnéticas no salía absolutamente nada, así como en las pruebas de laboratorio, y pruebas más específicas, tampoco. Había sido gimnasta de los 5 a los 13 años, y pensaba que quizá era alguna lesión por tanto esfuerzo físico, pero tampoco.

Los médicos me mandaban a tomar grandes cantidades de medicamentos como antidepresivos, anticonvulsionantes, así como ansiolíticos, pero además ibuprofeno, el cuál tomé por años (después me enteré que me afectó muchísimo la microbiota intestinal y trajo graves consecuencias).

El doloroso camino para descubrir que tenía fibromialgia

Así pasó el tiempo, y entre medicamentos (que terminé por dejarlos, pues nunca me hicieron sentir bien), pude de alguna manera seguir, incluso me ejercitaba, pero el dolor de cuello, estrés y el malestar general permanecía. A los 27 años comencé a trabajar como reportera de la revista Tele Guía, posteriormente en la revista Geomundo. Las cargas de trabajo eran fuertes, después de tres años, tuve que dejar aquel trabajo y parar definitivamente ya que mi salud física y emocional no daban más.

Esta vez recurrí a todas las especialidades médicas que puedan imaginar y me encontré con algo que me sorprendió demasiado: los médicos no me creían, o me decían que era hipocondriaca, o simplemente que era puro estrés. Siempre he sido alguien que se arregla, maquilla, que usa zapatillas o que le gusta andar arreglada, incluso en mis peores días, así que sumando que en la pruebas médicas no salía nada, siempre me tacharon que estaba inventando, o que quería llamar la atención. Y así pasaron los años, hasta que alguien me dijo que fuera a un reumatólogo.

Y por fin a los treinta y tantos años me diagnosticaron con fibromialgia.

Ese día pensé: “Por fin sé lo que tengo, y hasta nombre tiene”. Pero mi felicidad duró poco y después de graves problemas ginecológicos (sangrados por miomas por los cuáles casi pierdo la vida) vinieron otras consecuencias que me llevaron al límite. Pero seguí aferrándome a la vida y pensando que si había sobrevivido al nacer, tenía que continuar y sacar fuerza incluso aunque ya no podía seguir más, pues llevaba enfrentando treinta y tantos años este infierno.

Así que al iniciar la pandemia y al ver que nadie podía hacer nada por mí y seguían sin creerme tanto médicos, amigos, familiares e incluso los que habían sido mis parejas, me di a la tarea de hacer una investigación para tener calidad de vida, y sobre todo entender qué es lo que a ciencia cierta me pasaba, aunque ya sabía que se trataba de fibromialgia.

Busqué en internet cómo contactar asociaciones de la enfermedad en España, pues ya había investigado que aquel país tenía un alto porcentaje de dicho padecimiento. Muy emocionada me di a la tarea de entrevistar médicos, enfermos (especialistas en el tema), nutriólogos, y gente experta la cual me llevó a
entender que es un padecimiento real (y que no estaba volviéndome loca, como muchos me dijeron), pero además debido a las investigaciones que se han hecho de la fibromialgia en España, había manera de sobrellevar la enfermedad, pese a que no hay cura.

La fibromialgia tiene su día mundial

Es una enfermedad tan desconocida que fue hasta 1992 cuando la OMS la reconoció como tal, y es el 12 de mayo cuando se conmemora su día mundialmente. Para finalizar quiero decir que me di a la tarea de investigar más de este padecimiento músculo esquelético para tener mejor calidad de vida, y plasmé en un libro mi testimonio de vida, entrevistas médicas, y lo que me ha llevado a tener mejor calidad de vida.

Cabe aclarar que para quienes padezcan de fibromialgia es muy importante acudir a un médico reumatólogo a que los diagnostique, ya que se confunde con otros padecimientos, y jamás automedicarse.

Con mi libro tampoco pretendo que hagan todo al pie de la letra como yo, es mi experiencia de
vida y los cambios que hecho en ella, y que me han servido. Mi consejo principal: que si ya están diagnosticados o no, nunca pierdan la fe. Nada en la vida es fácil, pero se puede vivir con fibromialgia, es cuestión de disciplinarse, no hacerse las víctimas y levantarse, aunque a veces parezca que ya no se puede seguir. Y como lo digo en mi libro: “Si yo pude, cualquiera puede”.

Adriana Niño de Rivera es una comunicadora mexicana. Su libro “Mi Lucha con la Fibromialgia” está disponible en Amazon.com. Twitter: @pildorin / Instagram: @adriananderivera / EMail: adrianan60@yahoo.com.mx.

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