Un respiro de aire fresco: Urgen inversiones para un transporte limpio en California
California tiene el aire más sucio del país, y el transporte es el principal responsable. Casi todos los californianos respiran un aire que incumple las normas nacionales y estatales de calidad del aire, lo que pone en peligro su salud y su vida

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Los californianos tenemos el privilegio de vivir en un estado famoso por su belleza natural y su innovación. Sin embargo, bajo la superficie de este poderoso estado existe una grave preocupación: el alarmante estado de la calidad de nuestro aire.
El People’s Collective for Environmental Justice (PC4EJ) y las comunidades de justicia ambiental de todo el estado de California presentan una petición urgente de acción dirigida al gobernador Gavin Newsom y a la Asamblea Legislativa para que den prioridad a las inversiones en transporte limpio en el presupuesto revisado del estado de California. Hace tiempo que debemos actuar. Nuestras comunidades han sufrido las consecuencias mortales de la pésima calidad del aire y nuestra salud sigue estando en peligro en nuestros propios hogares y escuelas. En California ya estamos sufriendo desastres climáticos extremos y las consecuencias de la quema de combustibles fósiles. Juntos, tenemos la oportunidad de actuar ahora.
Expresamos nuestra gratitud al Gobernador Newsom y a la Asamblea Legislativa por su compromiso en el proceso presupuestario durante estos tiempos de incertidumbre fiscal. Las líneas claras de comunicación son vitales a medida que navegamos recursos limitados y una necesidad urgente de cambio. Aunque apreciamos que la revisión de mayo del presupuesto del Estado de California no propusiera más recortes al transporte limpio, debemos enfatizar que necesitamos inversiones más significativas para combatir el grave estado de nuestro aire.
Afrontemos la cruda realidad: California tiene el aire más sucio del país, y el transporte es el principal responsable. Casi todos los californianos respiran un aire que incumple las normas nacionales y estatales de calidad del aire, lo que pone en peligro su salud y su vida. El peso de esta carga recae de forma desproporcionada en las comunidades de bajos ingresos y marginadas, cuyos barrios han sido históricamente objeto de desinversión y, en consecuencia, elegidos como ubicación de rutas y centros de transporte. Estas comunidades han soportado décadas de injusticia medioambiental, agravada por un acceso limitado a alternativas de transporte limpias.
En el Inland Empire, el desarrollo de almacenes ha provocado un aumento de los desplazamientos de camiones y de la exposición a emisiones diésel. Además, aparte de las desproporcionadas tasas de asma y cáncer en lugares como San Bernardino, las comunidades y los trabajadores también se enfrentan ahora al desplazamiento como consecuencia del crecimiento descontrolado de la industria. California tiene la inmensa oportunidad de colaborar con los defensores de la justicia medioambiental para aportar grandes beneficios comunitarios a las familias de Inland Empire mediante una transición justa y sin emisiones.
El People’s Collective for Environmental Justice hace un llamamiento a los líderes estatales para que cumplan, en la mayor medida posible, el paquete prometido de 10 billones de dólares para vehículos de emisiones cero aprobado en los presupuestos de 2021 y 2022.
Aunque este compromiso es significativo, se queda corto con respecto a los 150 billones de dólares que se estiman necesarios para la transición de nuestros coches, camiones y autobuses a vehículos de emisiones cero y para establecer la infraestructura de recarga necesaria. Los ciudadanos deben unir fuerzas con la financiación pública para garantizar una transición oportuna, desbloqueando un trillón de dólares estimado en beneficios, incluyendo la reducción de los costes de combustible, la mejora de la salud pública y la disminución de la contaminación por carbono.
Aunque el mercado de vehículos de emisiones cero se está expandiendo rápidamente, los beneficios del transporte limpio no llegan a todos los californianos por igual. Las comunidades de color y de bajos ingresos se enfrentan a enormes barreras, desde el alto coste de los vehículos eléctricos hasta el acceso limitado a una financiación asequible y a una infraestructura de recarga fiable. Estas comunidades también se enfrentan a un riesgo mayor y más mortífero de resultados adversos para la salud debido a la contaminación cancerígena del diésel. Es imperativo que California dé prioridad a programas climáticos y de transporte limpio que beneficien directamente a estas comunidades.
Los esfuerzos de reducción de la contaminación de California dependen de la urgente sustitución de los camiones de peso medio y pesado, responsables de un asombroso 82% de las partículas diésel cancerígenas y del 58% de los contaminantes que forman el smog en nuestro aire. El estado debe invertir en programas para vehículos medianos y pesados, desarrollo de infraestructuras e iniciativas de capacitación para salvaguardar la salud de las comunidades en las que la industria logística sigue apuntando y expandiéndose en nuestros barrios.
Nos encontramos en una encrucijada en la que las decisiones que se tomen hoy determinarán el futuro de regiones como el Inland Empire y la vida de sus habitantes. California debe aprovechar esta oportunidad para crear un flujo de financiación permanente y estable para el transporte limpio. El ciclo perpetuo de auge y caída de la financiación del transporte limpio sólo dificulta una planificación eficaz a largo plazo.
Al priorizar las inversiones en transporte limpio, California puede dar vida a las comunidades de color y de bajos ingresos, aliviar las injusticias medioambientales y allanar el camino hacia un futuro más saludable y sostenible. Ha llegado el momento de actuar. Hagamos inquebrantable nuestro compromiso con un aire más limpio, justicia para nuestras comunidades de primera línea y un futuro más brillante.
Andrea Vidaurre (ella/ella) creció en los territorios no cedidos de Tongva, también conocido como el “Inland Empire” del sur de California y se graduó con una licenciatura en Estudios Globales de la Universidad de California, Riverside. Ha vivido en las intersecciones de múltiples problemas que la llevaron a participar en un trabajo que mejora la calidad de vida de sus comunidades. Durante los últimos dos años, ha trabajado en temas de justicia ambiental en todo el Inland Empire. Es cofundadora, miembro y analista de políticas de Peoples Collective for Environmental Justice, una organización comunitaria enfocada en combatir el racismo ambiental y encontrar soluciones a través del trabajo comunitario.