Hispano revoluciona venta de comida en la calle con sus originales carritos

Diseña los primeros carritos para la venta formal de comida caliente como tamales y hot dogs en Los Ángeles

Richard Gómez al centro con sus socios Patrick Lennon y Matt Geller. (Cortesía)

Richard Gómez al centro con sus socios Patrick Lennon y Matt Geller. (Cortesía) Crédito: Cortesía

Richard Gómez junto con dos de sus amigos han revolucionado las ventas ambulantes al crear los primeros carritos para que los vendedores callejeros expendan su comida caliente de manera formal con un permiso del Departamento de Salud del condado de Los Ángeles.

“A partir del activismo, dos amigos y yo creamos la empresa Revolution Carts para diseñar carritos para los vendedores ambulantes. Y le pusimos Revolution Carts porque mucha gente nos decía que estábamos haciendo una revolución al ofrecer una forma segura y nueva de vender comida caliente en la calle”. 

De los tres, Richard es el único hispano. Nació en Guadalajara, México, pero a los 9 años sus padres lo trajeron a vivir al sur-centro de Los Ángeles.

“Soy ingeniero y desde hace 23 años trabajo en una compañía que diseña camiones loncheras (food trucks) para grandes cadenas y personas independientes”, dice Richard.

 Patrick Lennon, Richard Gómez y Matt Geller de Revolution Carts. (Cortesía)

Pero antes de ser empresario, se hizo activista a favor de los propietarios de loncheras y los vendedores ambulantes.

“Todo comenzó cuando en 2008, la Junta de Supervisores aprobó una ordenanza presentada por Gloria Molina que limitaba las ventas de las loncheras a 30 minutos en la calle, y después tenían que moverse a otro lugar”.

La inquietud de Richard por las ventas ambulantes nació en ese momento al ver que dicha medida ponía en riesgo a las loncheras.

“Así fue como arrancó un movimiento de activistas, y empezamos a demandar a las ciudades y a enfrentarnos con las personas que escriben las leyes”.

Dice que lograron echar abajo la ordenanza de los 30 minutos, y ganaron una demanda contra la ciudad de Monrovia, que planeaba hacer lo mismo.

“Desde 2015 comenzamos a pensar en un diseño de los carritos de venta de comida en la calle para formalizar estos negocios”.

“Cuando llegó la pandemia, los únicos que estaban en la calle, eran las loncheras y los puestos de comida callejera. Muchos de los vendedores que pusieron el pellejo, murieron afectados por covid, sin tener acceso a ninguna ayuda”.

Eduardo Zúñiga, vendedor de comida en su carrito.(Cortesía y arte Ruben Ochoa )

Entre 2021 y 2022, los primeros carritos diseñados por Revolution Carts para vender tamales y hot dogs hicieron su aparición pública con el nombre de El Tamalero.

“Para diseñarlo me fui al libro de códigos para que los carritos cumplieran con todas las reglas y también tuvimos que hablar con los vendedores ambulantes para considerar su opinión”.

Cuenta que en esta primera etapa se enfocaron en el carrito El Tamalero porque hay más de 5,000 vendedores de tamales en las calles de Los Ángeles.

“El primer permiso del Departamento de Salud del condado de Los Ángeles, lo sacamos a nuestro nombre porque queríamos experimentar nosotros mismos el proceso, pero luego trabajamos para que se aprobaran cuatro permisos más para vendedores ambulantes y logramos que la empresa Rockstar que vende bebidas energéticas, donara los primeros carritos”.

Yunia Funes de Tamales Olmeca. (Cortesía Revolution Carts/arte Francisco Reyes)

Entre los primeros vendedores de tamales que obtuvieron sus carritos donados estuvieron Beverly Estrada, dueña de At Best Tamales, quien vende afuera del Home Depot de la ciudad de Downey; la segunda fue Cristina Torres, una asistente de maestro que se quedó sin trabajo durante la pandemia y se puso a vender tamales. “Ahora vende tamales en su carrito solo en eventos especiales”.

Cristina Torres – @lamasitafina.la

Yunia Funes – @olmeca._

Beverly Estrada @AtBev’s_Tamales

Alfonso (Poncho) Martinez @ponchostlayudas

Richard recordó que el diseño del carrito El Tamalero fue aprobado en 2021 tras un proceso de tres años. “Trabaja a base de gas propano contenido en un galón, tiene un quemador y un cajón para guardar utensilios. Cuenta con insolación para evitar que se caliente y alguien se pueda quemar”, dice.

Y precisa que la seguridad y sanidad del carrito El Tamalero fue certificado por un laboratorio nacional. 

“Pesa de 280 a 300 libras”, dice.

Cristina Torres de La Masita Fina.(Cortesía Revolution Carts)

Dice que le puso tanto énfasis a la parte estética del carrito que cuando estuvo listo lo llevó a Beverly Grove en Beverly Hills para ver la reacción de la gente. “Llamó mucho la atención, y la gente se paraba para ver qué vendíamos”.

Agrega que Levy Restaurants compró cuatro carritos para vender sus hot dogs en el estadio de Los Dodgers.

“Estoy trabajando con las Tortas Ahogadas El Rey porque su dueño quiere crear un sistema para proveer tortas a los vendedores ambulantes, y establecer la primera colaboración entre ellos y un restaurante”. 

El precio del carrito El Tamalero es de $7,500 más impuestos y $393 por el costo del permiso anual del Departamento de Salud del Condado de Los Ángeles.

“Nosotros les vendemos su carrito y los encaminamos para que obtengan su permiso de salubridad. Los ayudamos a llenar el papeleo y los preparamos para que presenten su plan de trabajo porque es muy difícil conseguir el permiso y los requisitos”.

Pero además dice que es muy importante que la gente sepa que hay opciones de financiamiento con bajos intereses para adquirir el carrito a través de instituciones como Inclusive Action o Accecity que trabajan con programas respaldados por el gobierno.

El carrito El Tamalero se puede guardar en la casa o en un lugar de la vivienda que quede bajo techo y encerrado.

Juan y Luz Aguilar de Tamales El Primo. (Cortesía Ruben Ochoa)

Richard, quien es miembro de la Asociación Nacional contra los Incendios, confiesa que se siente muy orgulloso y motivado de ver el cambio y lo animado que están los vendedores ambulantes que han adquirido el carrito El Tamalero

“Eso me motiva más a seguir porque no solo se trata de ir a tirarles la comida a los vendedores ambulantes sino de motivarlos a que sean parte de la formalidad, mostrándoles todos los beneficios y oportunidades que pueden obtener”.

También es muy importante que la gente tome conciencia y respete a los vendedores ambulantes. “Debemos pagarles lo justo. Pagamos $7 por un café de Starbucks y regateamos el precio de $5 por un tamal sin darnos cuenta de todo el trabajo que hay detrás”.

Bajo la ley SB 972 también se pueden vender burritos o cualquier otro alimento caliente que vaya empaquetado.

Junto con Patrick Lennon y Matt Geller, Richard es dueño de la compañía Revolution Carts.

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