El sexo como blanco de extorsión en México

En los últimos años se disparó la sextorsión, el ciberacoso, la ciberextorisón por infidelidad y el fraude amoroso en el país

El sexo como blanco de extorsión en México

Los ciberdelincuentes realizan más extorsiones, fraude y acoso a través de redes sociales o aplicaciones de citas. Crédito: PEDRO PARDO | AFP / Getty Images

MÉXICO- Basta un guiño de ojo o una sonrisa, suficiente extraviar un teléfono y que éste caiga en malas manos; tomarse una fotografía por vanidad; una noche de copas o sin ellas; es preciso una “cana al aire”, encuentros con extraños en las redes o en la calle e estar en la hora y el lugar equivocados.

En tiempos del sexo como centro de extorsión, ¡nadie está completamente blindado!

Pueden ser hombres en plan de Don Juan que fueron cazados o enamoradas que enviaron desnudos a novios que parecían de fiar; infieles que querían suplir una tediosa vida en pareja, jóvenes (y no tanto) que dejaron rastros de su ropa cuerpo sin ropa…

No existen cifras precisas oficiales sobre la extorsión vinculada a conductas sexuales en el país. El Consejo Ciudadano de Seguridad Pública de la Ciudad de México hizo una estadística propia. En el estudio Riesgos Digitales del Amor Romántico detectó, con base en 4,000 denuncias, cuatro ciberdelitos: sextorsión, el ciberacoso, la ciberextorisón por infidelidad y el fraude amoroso.

Los datos compilados para el análisis determinaron que las extorsiones con amenazas de divulgar contenido sexual ocuparon el 57% de las llamadas recibidas para denuncia; que el modus operandi de hacerse pasar por miembros de grupos delictivos representó el 22% y la intimidación por supuestas infidelidades, el 9%.

Esta violencia de 2021 a la fecha no incluye la cifra negra. Las denuncias registradas reportaron que el primer año alcanzó el número de 1,799 de enero a diciembre. Posteriormente, en 2022, sumaron 1,361.

Los ciberdelincuentes realizan más extorsiones, fraude y acoso a través de redes sociales o aplicaciones de citas. Primero contactan a las víctimas con la intención de iniciar una relación sentimental o sexual, alertó Salvador Guerrero, presidente del Consejo Ciudadano.

La principal plataforma de contacto es WhatsApp con el 32% de los reportes, seguido de Facebook con 25%, la llamada telefónica con 24%, Instagram con el 6%, otras aplicaciones de citas Tinder con 2.6%, mensaje de texto con 1.5%; el correo electrónico y página web 1%.

“Las redes sociales y sitios web son espacios de búsqueda de pareja sin candados de seguridad y los ciberdelincuentes aprovechan la confianza concedida, regalada en la red”, dijo Guerrero.

Particularmente en México el problema se ha complicado aún más por los altos índices de impunidad, cárteles de la droga, mafias y criminales de poca monta que lucran con la falta de Estado de derecho.

En vivo

En marzo pasado, Lilia extravió su teléfono en la capital del estado de Durango. Ella lo reportó a la compañía telefónica, canceló el chip, usó los ahorros para comprar otro. Estaba triste por la pérdida, pero la principal desgracia no la vio venir.

Al poco tiempo, una mujer la contactó por Facebook para amenazarla. Dijo que si ella no entregaba una cantidad de dinero, publicaría en las redes sociales las fotografías sexuales que Lilia se había tomado por gusto y guardaba en su teléfono.

La extorsionadora pidió que el dinero se entregara en el local de paquetería “Colchas”. La víctima asistió, dejó los billetes y luego llamó a las autoridades para que vigilaran quién lo recogía. Así detuvieron a la extorsionadora que enviaron al ministerio público.

El reporte de este caso lo dio a conocer la policía estatal en un intento de convencer a la ciudadanía sobre la importancia de denunciar este tipo de delitos ante la falta de confianza de la ciudadanía en las instituciones.

Enviar y recibir fotografías o videos con contenido erótico o sexual no es un delito, siempre y cuando sea consensuado entre dos adultos. Esta práctica se llama sexting y es un derecho sexual, de acuerdo con la ley mexicana. Se convierte en delito solamente cuando este contenido se divulga  sin consentimiento.

Conocida también como “pornovenganza”, la difusión de estas imágenes eran una práctica muy común desde antes de que en Senado aprobara la legislación conocida como “Ley Olimpia” en 2021.

Se llamó así en reconocimiento a Olimpia Coral, la activista víctima que dio la cara en contra de esta práctica. La penalización es de seis años de prisión y hasta 4,000 dólares de multa, en su equivalente en pesos.

A pesar de que las víctimas de extorsión por asuntos sexuales son principalmente mujeres, según el Consejo Ciudadano (cerca del 73%), los hombres se ven cada vez más involucrados.

En Tabasco, al sureste del país, la prensa local documentó el caso de un taxista en Villahermosa a quien una mujer abordó. En la charla, ella lo convenció de que era muy “open mind” y que estaba dispuesta a tener sexo casual. Con ese argumento lo llevó a un hotel donde fingió que tenía un sagrado, le pidió  dinero para ir al hospital y lo acusó de violación.

En Yucatán fue detenida en marzo de este año Alexandra Bastidas, una modelo venezolana con 37,000 seguidores en OnlyFans, quien contactaba clientes desde sus redes sociales, los citaba en un punto para relaciones “íntimas” y los grababa sin que ellos supieran, para después extorsionarlos mediante amenazas de publicar los vídeos.

En casos más sórdidos, la Fiscalía Zona Norte en Ciudad Juárez dio a conocer algunas historias sobre personas que contratan servicios sexuales de chicas a través de anuncios por Internet y luego fueron objeto de extorsiones.

De acuerdo con una de las denuncias interpuestas, la víctima recibió un mensaje enviado de un número telefónico con clave lada de Zacatecas de parte de un delincuente que se presentó como  “miembro activo del el Cártel Jalisco Nueva Generación”, dio un nombre y le pidió dinero para no denunciar la infidelidad con la esposa.

El texto vía WhatsApp fue acompañado de imágenes de cadáveres: si o pagaba así terminaría su familia, detallaron.

De acuerdo con especialistas, en la mayoría de los casos es mejor reportarlos a las autoridades, pedir ayuda sicológica y legal porque ya existen muchas instituciones con experiencias en el tema. “Lo más importante es guardar cualquier evidencia para incriminar a los delincuentes”, señaló Carlos Castañeda, especialista en ciberseguridad y cibercriminalidad.

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