8 formas en las que reprimir tus emociones puede afectar tu cuerpo: por qué
Una especialista en curación de traumas explica que muchas personas con trauma infantil ni siquiera se dan cuenta de que existe o de cómo está afectando sus vidas

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Ser consciente de las emociones a las que nos enfrentamos, especialmente las difíciles, y saber abordarlas de forma saludable es uno de los indicadores de buena salud mental.
Según Emmylou Seaman, especialista en curación de traumas, cuando crecemos en hogares disfuncionales donde nos enseñan a reprimir la forma en que sentimos y vivimos dentro de un espacio de conflicto y caos, comenzamos a desarrollar un trauma que trasciende en los últimos años, también en las relaciones adultas.
Muchas personas con trauma infantil ni siquiera se dan cuenta de que existe o de cómo está afectando sus vidas. Además, la supresión de las emociones puede confundirse con la inteligencia emocional.
La represión emocional es un comportamiento al que generalmente no prestamos mucha atención, pero que trae consigo importantes consecuencias en tu salud, tanto mental como física.
La represión emocional es la capacidad que tienes para invalidar, ignorar o disimular las emociones que surgen de forma cotidiana y natural en tu día a día.
Muchas personas suelen reprimir lo que sienten para evitar mostrarse vulnerables. Pero innegablemente aunque intentemos ocultar las emociones, el cuerpo sigue experimentándolas.
“De alguna manera se volvió ‘cool’ no sentir nada, y simplemente no importarte. Eres débil por llorar en las películas, o cojo si te emocionas por algo pequeño. Promovemos el concepto de estar por encima de las emociones, o hacerlas inútiles, pero las emociones existen por una razón”, escribió en su cuenta de Instagram.
Aquí la especialista deja signos de que estás reprimiendo las emociones
- Casi no gritamos ni lloramos
No conocemos la forma saludable de proyectar nuestras emociones y por eso reprimimos las emociones difíciles y las mantenemos alejadas. Por lo tanto, cuando estamos enojados o tristes, casi no gritamos ni lloramos. Pero muchas veces explotamos y decimos cosas de las que luego nos arrepentimos.
- Evitar la confrontación
Tememos llegar a la raíz del problema. Por lo tanto, cuando enfrentamos emociones difíciles, tratamos de escapar de la situación en lugar de abordar la causa raíz del problema.
- Angustia
A menudo nos enfrentamos a la sensación de estar angustiados o irritados cuando nos preguntan cómo nos sentimos; esto proviene del miedo a ser vulnerables ante alguien.
- No expresas tus deseos
También tratamos de agradar a las personas y, por lo tanto, suprimir las necesidades y deseos que tenemos y estar de acuerdo con las decisiones de los demás.
- Malestar
La sensación de sentirse incómodo con personas emocionales proviene de la lección de saber que las emociones no son seguras; esto sucede debido a un trauma infantil.
- Apariencia
Te muestras diferentes con los demás que contigo mismo. Según la descripción de la especialista, es probable que no te sientas seguro o validado y este comportamiento podría ser el resultado de no sentirse seguro o aceptado como su verdadero yo cuando éramos niños.
- Distracción
Te distraes de tus emociones para no sentir inquietud. Esto lo puedes hacer con videojuegos, exceso de trabajo, comer en exceso y hasta el abuso de sustancias controladas.
- Distancia
Te alejas de otras personas para evitar la conexión, empiezas a tener problemas para compartir y fraternizar. Te cuesta construir conexiones profundas y significativas con los demás debido a tus dificultades para compartir tu yo interior.
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