Más de 75,000 trabajadores de Kaiser Permanente declararon un paro laboral de tres días en ocho estados
Entre las quejas de los empleados se encuentra el poco personal, exceso de trabajo y la necesidad de mejores salarios y beneficios
Fracasaron las negociaciones contractuales y aproximadamente 75,000 trabajadores de Kaiser Permanente en todo Estados Unidos se declararon en huelga durante tres días, la cual es ya la más grande de la historia en el sector médico.
“Estamos con ustedes. Y estamos aquí porque queremos lo mejor para ustedes”, fueron las últimas palabras de los negociadores de los hospitales a los miembros de la Coalición de Sindicatos de Kaiser Permanente, según dijo a La Opinión, Rocío Chacón, integrante de la mesa de negociaciones.
Después de las 11:00 de la noche del martes, los ejecutivos se levantaron de la mesa de negociaciones y dieron paso al paro de labores en California, Colorado, Hawái, Georgia, Oregón, Virginia, Maryland y el Distrito de Columbia.
“Los ejecutivos de Kaiser tendrían que negociar de buena fe, y no lo hicieron”, añadió Chacón. “No nos han ofrecido nada”.
Esta madrugada, cientos de trabajadores de primera línea: enfermeras, técnicos de urgencias, de radiología, ecografía, terapeutas respiratorios, de rayos X, técnicos de farmacia, flebotomistas, asistentes médicos y personal de administración abarrotaron la entrada del hospital Kaiser Permanente de Sunset Boulevard, en Hollywood.
En la disputa por un nuevo acuerdo laboral, los sindicalistas piden salarios adecuados al costo de vida, respeto de sus beneficios médicos, planes de ingresos de jubilación y, principalmente, que la patronal contrate más personal para eliminar la sobrecarga de trabajo que encaran desde el inicio de la pandemia de Covid-19.
“Estamos escasos de personal, al grado de que yo tengo que trabajar hasta 16 horas”, denunció Angela Balam, una empleada de limpieza. “Eso me impide pasar tiempo con mi niña de tres años, a quien debo dejar en cuidado infantil”.
Madre divorciada con tres hijos y una niña adoptada, esta mujer originaria de Yucatán, México, expresó que el salario que devenga en Kaiser no es suficiente para cubrir sus necesidades de alquiler, pagos de facturas y manutención de su familia.
“A mí no me importa perder mis ingresos de tres días”, indicó. “Pero, si logramos un buen contrato, espero que todos lleguemos a ganar $25 la hora”.
Ganancias multimillonarias
A principios de este año, Kaiser anunció a sus pacientes de California que aumentaría las primas hasta en un 15% de sus tarifas comerciales en el próximo año, pero sin ofrecer detalles sobre mejoras en la atención.
El incremento promedio de tarifas comerciales para 2024 será de entre 13.5% y 16.5% en el norte de California, un aumento significativamente más alto que las alzas previas del 5% a que estaban acostumbrados los clientes de Kaiser.
Personal de la empresa argumentó que la inflación, los problemas de la cadena de suministro y la escasez de personal a nivel nacional “han presionado nuestra estructura de costos más rápido que los competidores”.
La empresa indicó que, además, el volumen de atención aumentó significativamente en 2022, particularmente en los servicios ambulatorios.
En el primer trimestre de 2023, Kaiser Permanente reportó ganancias netas de $1,200 millones y más de 120,000 nuevos miembros, desde diciembre de 2022.
Insuficiente personal
Con cánticos como “Arriba los trabajadores, sí, sí. Abajo los patrones, boom, boom”. “Ejecutivos de Kaiser no son buenos. ¡Trata a tus trabajadores como deberías!”, o “cuando los trabajadores de la salud están bajo ataque. ¿qué hacemos? Nos levantamos y luchamos”, protestaron los empleados.
Huelguistas como la enfermera Erika Oliva, de 33 años, manifestó a La Opinión que “es obvio que no hay suficiente personal en los hospitales de Kaiser Permanente”.
“En cuanto ponchamos nuestra tarjeta de entrada al trabajo, nos tenemos que movilizar rápido para saber cuántos pacientes se han registrado para tomarles los signos vitales y repartirnos la carga de trabajo entre todo el personal”, dijo Oliva.
“Pero no somos suficientes y generalmente nos toca compartir enfermos, que hasta tenemos que trabajar turnos de 10 a 12 horas porque no nos damos abasto”.
Para esta enfermera, el peligro de los pacientes radica en que, si uno de ellos llega con algún problema delicado, por la falta de personal no se le brindará el tiempo adecuado para monitorear profesionalmente su estado de salud.
“La crisis del cuidado de salud está en peligro”, indicó. “Ellos [empresa] no quieren negociar de buena fe. ¡No están escuchando a los trabajadores!”.
Cuidado de los empleados
Contrario a los trabajadores, Terry Kanakri, portavoz de Kaiser Permanente, dijo a La Opinión que, tanto la gerencia de los hospitales como los representantes sindicales de la Coalición “todavía están en la mesa de negociaciones, después de haber trabajado toda la noche [del martes] en un esfuerzo por llegar a un acuerdo”.
“Ha habido muchos avances y el martes por la noche se alcanzaron acuerdos sobre varias propuestas específicas”, indicó, sin ser más preciso.
“Seguimos comprometidos a alcanzar un nuevo acuerdo que continúe brindando a nuestros empleados salarios líderes en el mercado, excelentes beneficios, generosos planes de ingresos de jubilación y valiosas oportunidades de desarrollo profesional”, añadió.
“Es nuestra responsabilidad continuar equilibrando el cuidado de nuestros empleados y ser más asequibles para nuestros pacientes, miembros y comunidades”.
Kanakri subrayó que los salarios y los beneficios representan aproximadamente la mitad del costo de la atención médica en Estados Unidos, “por lo que todos debemos trabajar juntos en ese objetivo fundamental”.
Compensaciones millonarias
En 2021, información financiera reportada por Kaiser Permanente indica ingresos totales de 68 mil millones de dólares provenientes de tres fuentes principales: las cuotas de los miembros, que parecen ser las organizaciones dentro del sistema de Kaiser Health ($47,000 millones); Medicare ($17,000 millones) y otros servicios de programas e ingresos suplementarios ($5,000 millones).
En total, los gastos ascendieron a $ 67,000 millones, siendo los mayores ingresos: los pagos contractuales básicos ($42,000 millones), suministros y servicios adquiridos ($16,000 millones), gastos relacionados con la oficina ($ 4,000 millones) y compensaciones ($3,500 millones).
En ese año, 28,507 empleados recibieron $ 3,500 millones de dólares en compensación, lo que equivale a una compensación promedio de alrededor de $123,000 dólares.
Sin embargo, sólo cinco empleados entre los mejor remunerados recibieron más de $5 millones en compensación: $15,562,224, Gregory Adams, presidente y director ejecutivo; $5,224,405, Arthur Southam, vicepresidente ejecutivo y de operaciones del plan de salud; $5,027,913, Kathryn Lancaster, vicepresidenta ejecutiva y directora financiera; $4.939.343, Janet Liang, presidenta regional del norte de California, y $4,725,013 para Kimberly Horn, vicepresidenta ejecutiva.
“Yo apenas puedo sobrevivir con mi salario”, comentó Carlos Cortez, oficinista en el departamento de psiquiatría de Kaiser Permanente.
Y, aunque Terry Kanakri no quiso responder preguntas específicas sobre la huelga y trabajadores de reemplazo para los hospitales de Los Ángeles, Riverside, San Bernardino y el condado de Orange, La Opinión conoció que, en el área de San Diego, Kaiser Permanente contrató a unos 10,000 empleados temporales para mitigar los efectos del paro de labores.
Panorama complicado
Rocío Chacón, integrante de la mesa de negociaciones, expuso a La Opinión que, desde el inicio de la pandemia de Covid-19, los trabajadores de la salud han experimentado un déficit “significativo” de personal, agravado por la crisis económica que viven.
“Hay enfermeras que tienen que dormir en sus carros porque tienen que trabajar hasta 14 horas consecutivas, y hay quienes ya son desamparadas”, explicó Chacón.
“Hace 23 años que trabajo para Kaiser y nunca había visto que las personas deban esperar más de tres horas para ser atendidas. Es el triple de tiempo y eso pone en peligro la salud de cualquiera”.
¿Habla usted de negligencia para la atención medica? ¿Han tenido experiencia con víctimas fatales?, se le preguntó.
“Claro que sí. Desde la pandemia ha pasado, simplemente por haberse tardado en hacer una transfusión [de sangre]… En la pandemia pude mirar cómo sacaban los cuerpos de la gente que antes tenían en refrigeradores y los colocaban en el estacionamiento o en carpas”, agregó.
“Fue una situación macabra… y terrible”.
Chacón mencionó que en la mesa de negociaciones les dijo a los ejecutivos que no se les olvide que ellos también son pacientes y puede que un día lleguen a un hospital donde una enfermera este cansada o no haya un trabajador de la salud que no tenga el equipo para atenderlos.
La enfermera se refería a que “durante la pandemia muchos [de los trabajadores] nos tuvimos que protegernos usando bolsas de plástico en la cara”.