El estado de California se convierte en la capital del bullying en Estados Unidos

El “estado Dorado” también ocupa el primee lugar en pleitos en las escuelas; un niño es asesinado en Moreno Valley

La mayoría de los estudiantes de las escuelas chárter en Los Ángeles son latinos de bajos ingresos

La mayoría de los estudiantes de las escuelas chárter en Los Ángeles son latinos de bajos ingresos Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

California es el estado donde más casos de acoso escolar y peleas se registran en todo el país, revela un estudio de Wallet Hub,

Ya sea en persona o en línea, o ambos, aproximadamente el 20% de los estudiantes de entre 12 y 18 años revelaron que han sido hostigados en las escuelas.

El informe del sitio web de finanzas personales WalletHub.com midió la prevalencia y la prevención del acoso en 47 estados y el Distrito de Columbia examinando 20 métricas clave, que van desde la tasa de incidentes de acoso hasta los costos de ausentismo escolar para las escuelas y la proporción de estudiantes de secundaria intimidados en línea.

Los cinco estados con los peores problemas de acoso en el país fueron California, Alaska, Nevada, Nueva Jersey y Luisiana, según el informe.

El informe, dado a conocer en el Dia Nacional contra el Acoso en Estados Unidos, señaló que además de los costos físicos, emocionales y psicológicos que conlleva para las víctimas, el acoso produce resultados socioeconómicos adversos.

Karla López y su hijo Alexis (de camiseta verde) quien fue víctima de acoso en la escuela.
Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

Añade que aquellos que son acosadores, víctimas o ambos, tienen más probabilidades de experimentar pobreza, fracaso académico y despido del trabajo en su edad adulta que aquellos que no lo son, citando una investigación de la Asociación para la Ciencia Psicológica, una organización internacional sin fines de lucro.

Además, las personas afectadas tienen más probabilidades de cometer delitos y abusar de drogas y alcohol, según el informe publicado con motivo del Día Nacional contra el Acoso en el país, que se celebra el segundo miércoles del mes de octubre.

Adam McCann, de Wallethub, señaló que el acoso adopta muchas formas, desde la difusión de rumores e insultos hasta la violencia física y la destrucción de propiedad.

Afirma que los avances tecnológicos también han abierto nuevas formas para que los acosadores se escondan detrás del anonimato en Internet, mediante el llamado acoso cibernético.

Expertos expresan que los niños acosadores también pueden tener consecuencias en su futuro.
Crédito: Cortesía | Cortesía

“El acoso cibernético ha empeorado con las computadoras y los IPhones”, opinó Mónica Harmon, directora ejecutiva de la organización Speakupagainstbullying.org.

Cuando Harmon hizo una presentación ante una asamblea escolar en la ciudad de Canoga Park, mostró a los padres de familia todo tipo de aplicaciones que los hijos pueden descargar para ver en línea y la forma en que molestan a otros niños.

“Los padres creen que es responsabilidad de la escuela, pero todo comienza en casa”, dijo. “Yo lo siento por los niños que son acosadores, porque es el ejemplo que tienen en casa, ya sea por violencia doméstica, o maltrato por parte de sus hermanos mayores o las drogas”.

“Espera hasta el octavo grado”

Rebekka Russell, profesora asistente de Trabajo Social en la Universidad de Malone, en el noreste de Ohio, quien participó en el estudio de Wallethub.com aseveró que “es muy difícil” que los padres pueden proteger a sus hijos contra el acoso cibernético

“El ciberacoso en nuestra sociedad socialmente conectada

es especialmente difícil porque el niño nunca descansa del acoso”, explicó Russell. “Profesionalmente, he visto demasiados niños con acceso a diversas formas de redes sociales a una edad temprana”.

Agregó que la combinación de acceso a las redes sociales y acceso a Internet antes de tener la madurez para gestionar esas cosas es un gran problema.

Ella y su esposo fundaron la organización “Wait until 8th” (Espera hasta el 8).

“Esto nos ha ayudado enormemente a pensar qué tecnología es apropiada para nuestros hijos. Nuestro hijo de 13 años recibió un teléfono plegable “de la vieja escuela” para su cumpleaños este verano”, explicó. “ÉL puede llamar, enviar mensajes de texto y usar la cámara del teléfono, pero no tiene redes sociales ni acceso a Internet”.

“También creamos un contrato con nuestro hijo cuando le regalamos el teléfono para fomentar la mentalidad de que tener el teléfono es un acuerdo”, añadió Russell.

“Destacamos la importancia de una buena toma de decisiones, una comunicación honesta con nosotros y priorizar primero las interacciones en persona”.

Del mismo modo, alertó a los padres para que no caigan en la trampa de que “todos los niños tienen un teléfono inteligente”. “Como padres, tenemos la tarea de guiar y liderar a nuestros hijos”, afirmó. “Enseñar a nuestros hijos a utilizar la tecnología de forma adecuada debería ser una prioridad”.

Resultados adversos

Analiza que, tan pronto como el niño sale de la puerta de la casa, mostrará a los demás lo que ve a diario en su casa.

Además de los costos físicos, emocionales y psicológicos que conlleva para las víctimas, el acoso produce resultados socioeconómicos adversos.

En efecto, en una publicación, la Biblioteca Nacional de Medicina del Centro Nacional de Información Biotecnológica dio a conocer que los distritos escolares reciben financiación en función de la asistencia de estudiantes y el ausentismo resulta en un alto costo para el sistema de educación pública.

Dicho informe mostró los vínculos directos entre el acoso escolar basado en el acoso y el ausentismo, debido a que los estudiantes se sentían inseguros en la escuela, California perdió $276 millones de fondos no asignados.

¿Quiénes son los acosadores?

Los expertos de Wallethub.com destacaron, además, que la Asociación de Ciencias Psicológicas descubrió que aquellos que son acosadores, víctimas o ambos tienen más probabilidades de experimentar pobreza, fracaso académico y despido laboral en su edad adulta que aquellos que no fueron ninguno de los dos. Además, las personas afectadas tienen más probabilidades de cometer delitos y abusar de drogas y alcohol.

A la luz de este grave problema que afecta a la juventud, WalletHub midió la prevalencia y la prevención del acoso en 47 estados y el Distrito de Columbia para ayudar a crear conciencia sobre sus efectos nocivos no solo para los jóvenes estadounidenses sino también para la sociedad en su conjunto.

Examinaron cada estado en función de 20 métricas clave, que van desde la tasa de incidentes de acoso hasta los costos de ausentismo escolar para las escuelas y la proporción de estudiantes de secundaria acosados ​​en línea.

Un reciente caso mortal

En septiembre, el diario Los Angeles Times dio a conocer que el Distrito Escolar Unificado de Moreno Valley acordó que pagaría $27 millones a la familia de Diego Stolz, de 13 años, quien falleció después de ser atacado por sus compañeros de clase.

Durante un año, el niño se había quejado de acoso con sus tíos, Juana y Felipe Salcedo, quienes reportaron las agresiones a las autoridades escolares.

La respuesta de la escuela fue la entrega de un folleto contra el acoso.

Pero, una semana antes del desenlace fatal, el niño se había reunido con la subdirectora, Kamilah O’Connor, después que había recibido un puñetazo en el pecho. Los agresores,  supuestamente serian suspendidos.

Cuando Diego regresó a la escuela, los agresores estaban esperándolo. Lo atacaron a puños, y al caer al piso se golpeó la cabeza contra un muro de concreto, sufriendo serias lesiones.

El abogado, Michael Marlatt reconoció que la secundaria y el distrito escolar no hicieron lo suficiente para prevenir la muerte de Diego, desde el primer ataque físico.

Los dos adolescentes agresores fueron acusados de homicidio voluntarios y agresión por medio de la fuerza para provocar grandes lesiones corporales.

Por su parte, David Ring, abogado de la familia precisó que la familia devolvería “todo el dinero para tener de vuelta a su bebé, Diego, el niño más pequeño” de la familia.

“A mi niño, unos chamacos lo sacaron del salón y le bajaron los pantalones en el baño de la escuela”, dijo Karla López, cuyo pequeño Alexis, de 8 años, sufrió esa humillación.

Karla no quiso mencionar el nombre de la escuela ni la fecha del incidente, en la ciudad de Fullerton, en el condado de Orange, pero aseguró que expuso su queja ante la dirección de la primaria y hasta la ciudad tuvo que desarrollar un programa sobre el acoso escolar en todas las escuelas.

“Mi niño quedó traumado y recibió mucha ayuda psicológica para superar el ataque”, dijo Karla, a La Opinión.

Después de California, los estados del país donde más se presentan los casos de abuso escolar, son: Alaska, Nevada, Nueva Jersey y Luisiana.

Mientras tanto, el porcentaje de pleitos en secundarias lo encabeza California, seguida de Nevada, Georgia, Alaska y Nueva Jersey. Los más bajos son: Dakota del Sur, Virginia Occidental, Massachusetts, Delaware y Maine.

Las palabras hieren más

Mónica Harmon, quien es la directora ejecutiva Speakoutagainstbullying.org (Hablar contra el acoso), una entidad sin fines de lucro dice que creó la organización porque el problema del coso estaba creciendo en las escuelas.

Ella siempre ha hecho trabajo comunitario en comunidades minoritarias de bajos ingreso, como en el este y el sur de Los Ángeles.

“Muchos padres me explicaban lo que estaba pasando con sus hijos, los golpeaban e insultaban, pero no le llamaban acoso”, cuenta a La Opinión.

El problema era que nadie estaba haciendo nada al respecto.

No había tantas organizaciones como ahora, pero el buen entrenamiento civil y policial que Mónica tuvo le motivó para hacer algo al respecto.

Comenzó una investigación exhaustiva; habló con la gente y organizó talleres en las escuelas.

Ella misma, que era una niña demasiado delgada, fue víctima de sus compañeras en una escuela católica, exclusiva y solo para niñas. Tendría unos 10 años.

“Vi a otras chicas que también eran intimidadas”, recuerda. “Simplemente lo llamábamos como si estuvieran molestando mucho. No le llamábamos acoso”.

Físicamente, Mónica no fue agredida, pero, asegura que las palabras pueden ser más dañinas que el ataque físico.

“Te pegan y se te pasa al rato, te sale un moretón y se te quita”, dice. “Pero cuando se trata de palabras, realmente las recuerdas, no las olvidas y eso duele más”.

Fue en la preparatoria cuando Mónica se sintió realmente confiada en sí misma. Sus heridas comenzaron a sanar.

Y, en esa época, precisamente, fue cuando comenzó su trabajo comunitario, como exploradora del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), en la División Hollenbeck.

“Allí encontré mi pasión”, afirma. “Mis padres también estuvieron involucrados porque había tanta necesidad en la comunidad”.

Esta mujer madura, -que prefiere no mostrar su rostro- afirma que los niños con quienes conversa en Speakoutagainstbullying.org (Hablar contra el acoso), se sienten avergonzados de haber sido víctimas de acoso.

“Ellos están avergonzados y humillados. Cuando me hablan, no quieren que la gente lo sepa”, indica Mónica Harmon. “Y algunos padres, especialmente los latinos, no hablan de estos temas”.

Así, ella básicamente ayuda a esos niños a construir su autoestima.

“Muchos tienen miedo y necesitan tener confianza en sí mismos”, afirma Mónica, quien es, además, consejera de violencia doméstica certificada por el estado de California.

Graduada en la Academia de Ciudadanos de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), Mónica narra el peor caso que jamás le haya tocado ver.

La hija de una amiga suya que iba a una prestigiosa escuela católica fue nombrada la mejor estudiante de su clase y daría el discurso de la ceremonia de graduación.

Cuando la chica se preparaba en el vestuario tuvo que salir al baño y las demás estudiantes le arruinaron el vestido que iba a usar.

“Era una escuela católica, muy rica y elitista del Valle de San Fernando”, dijo.  “El acoso de las estudiantes se daba porque comparaban cuánto dinero tenían los papás de alguien, en comparación con la deuda de aquella hija de mi amiga”.

Sin embargo, aquella humillación hizo más fuerte a la estudiante ejemplar.

“Ella dice que nunca lo olvidará”, concluyó Mónica Harmon.

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