¿La candidatura de Trump pone a EE UU en riesgo de una crisis constitucional?

'A los autores de la Constitución no se les ocurrió prohibir a los delincuentes o a alguien actualmente en prisión postularse para un cargo porque ¿a quién se le ocurriría nominar a esa persona?

El comité especial del 6 de enero realizó 10 audiencias públicas.

Muchos se preguntan si el país podría estar entrando en una crisis constitucional.(Getty Images) Crédito: Al Drago | Getty Images

A un año de las elecciones presidenciales, existe el temor de que Estados Unidos esté entrando a una crisis constitucional, cuyos desafíos amenacen la democracia en el país.

Durante la videoconferencia: Democracia en declive en Estados Unidos. ¿Estamos al borde de una crisis constitucional? organizada por Ethnic Media Services, profesores expertos hablaron de este asunto crítico que estará en la mesa antes o después de la elección del 2024. 

¿Cuál es la definición de crisis constitucional?

“Básicamente tenemos cuatro tipos. Por ejemplo en 1841, el presidente William Henry Harrison murió en el cargo, y en ese momento, la Constitución no decía que el vicepresidente llegaría a ser presidente. Simplemente se impuso y eso se convirtió en la tradición. Pero esa es una crisis potencial allí donde no está claro qué se supone que sucederá”, dijo Seth Masket, profesor del Departamento de Ciencias Políticas y director del Centro de Política Estadounidense en la Universidad de Denver.

Afirmó que otra crisis es cuando la propia Constitución no es clara. “Así, por ejemplo, en la década de 1850 no estaba preciso si el gobierno federal podía regular o eliminar la esclavitud y los estados. Terminamos teniendo una guerra civil para responder esa pregunta”.

Indicó que un tercer tipo de crisis es cuando las instituciones fallan; y la cuarta más relevante es cuando la Constitución dice qué hacer pero no es factible porque la gente no lo quiere hacer. 

“Así que el impeachment podría ser un buen ejemplo de esto, ya que la constitución proporciona una manera de deshacerse de un presidente que no está haciendo su trabajo correctamente, pero hasta ahora nunca hemos destituido a un presidente de su cargo mediante un juicio político”.

Gloria J. Browne-Marshall, profesora de derecho constitucional del John Jay College (CUNY), autora, dramaturga, escritora y presentadora de la serie animada ganadora del premio Emmy “Your Democracy”, dijo que otro ejemplo es cuando la Corte Suprema habla, pero uno de los poderes o tal vez ambos rechazan seguir lo dictado por la corte.

“Ahí es también donde nos encontramos ahora. Y depende de lo que puede suceder o no en 2024, podríamos tener un tribunal que dé una directiva particular a través de una decisión y que el poder ejecutivo decida no seguir; o encontrar que la orden ejecutiva dada por el Presidente es seguida a pesar de que la directiva es anticonstitucional”.

Aziz Z. Huq, académico de derecho constitucional comparado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chicago, dijo que en los círculos del derecho, la frase crisis constitucional es usada de numerosas maneras, pero diferente a la forma definida por Seth y Gloria.

“Los abogados tienden a estar conscientes de la Constitución. Como cualquier ley escrita tiene lagunas y preguntas que no han sido contestadas, o bien ofrece una respuesta que es ambigua y apunta hacia dos direcciones en una”.

Dijo que los abogados están bien claros de que la Constitución con frecuencia es el centro de conflicto e impugnación.

“Desde la perspectiva de los abogados, ya sea un vacío o un conflicto sobre el significado constitucional, no necesariamente cuenta como una crisis, porque éstas son características omnipresentes de nuestra democracia o de nuestro orden constitucional desde 1780”.

Afirmó que su posición es que cuando los profesores de leyes o los abogados hablan sobre crisis constitucional, se refieren a algo repentino, a un ataque cardíaco agudo, en lugar de una condición crónica de hipertensión, en la que algunos sistemas de gobierno colapsan.

“Así que creo que para algunas personas las perspectivas del cierre del gobierno son una especie de crisis constitucional; otras lo caracterizarían como un conflicto que está tomando una desviación en particular. Algunos considerarán que no tendremos una crisis hasta que todo el sistema de gobierno establecido bajo la Constitución esté al punto del rompimiento como sucedió en la década de 1850 antes de la Guerra Civil”.

Hizo ver que deberíamos entender la crisis pensando en cuáles son los propósitos de la Constitución y si pensamos que el propósito es instalar una democracia nacional, lo que cuenta como crisis es cuando ese propósito, el autogobierno democrático, se descarrila. 

“Cuando tenemos a un candidato potencial para presidente que enfrenta varios procedimientos civiles y criminales, eso nos indica que algo está mal con el sistema de gobierno y leyes”.

El profesor Masket dijo que el problema no es necesariamente con la Constitución sino con los partidos políticos que dan un paso para llenar el vacío que deja la misma carta magna.

“Hay la suposición de que los partidos elegirán nominados adecuados que no serán una amenaza a la democracia. La Constitución no tiene muchas restricciones. Dice que necesitas tener 35 años, haber nacido en Estados Unidos y haber estado en el país por 14 años”.

Sostuvo que a los autores de la Constitución no se les ocurrió prohibir a los delincuentes o a alguien actualmente en prisión postularse para un cargo porque ¿a quién se le ocurriría nominar a esa persona?.

“Pero ahora estamos allí. Entonces en cierto modo estamos más en una crisis de los partidos que de la propia Constitución”.

Indicó que hay un par de casos judiciales en este momento sobre si se debería permitir que Donald Trump esté en la boleta electoral debido a su participación en las acciones del 6 de enero de 2021. 

“La 14a Enmienda de la Constitución prohíbe a las personas que hayan participado en una insurrección contra Estados Unidos ocupar un cargo y la pregunta ahora y los casos judiciales tanto en Minnesota como en Colorado es si eso se aplica a Trump y lo mantendría fuera de la boleta electoral, al menos de alguna manera, pero eso queda muy vago y no está claro, y ahí es donde vemos una crisis”.

La profesora Browne-Marshall señaló que la Constitución específicamente habla de insurrección y no habla de ningún otro delito penal; y ha habido otras personas que se han postulado para el cargo desde prisión con antecedentes penales y de diferentes posiciones en la sociedad. 

“Si uno puede pagar el dinero y cumplir con los criterios básicos que se han establecido, entonces puede postularse para presidente de los Estados Unidos”.

Expuso que estamos ante un caso en el que es bastante plausible que Trump 

se postule y posiblemente gane. 

“Antes había todo tipo de personas que pondrían su nombre en el sombrero para postularse para presidente de los Estados Unidos por cualquier motivo, pero este es un período de tiempo en el que la candidatura ya no es una broma”.

Y remató diciendo que hay una disposición real en la Constitución que establece que una persona tiene posibilidades de ganar. “Esas dos cosas se unen y causan una especie de crisis política”.

El profesor Huk consideró que lo distintivo de este momento no es el hecho de que haya un candidato probable bajo acusación.

“Lo distintivo es que dos de las cuatro acusaciones que se han registrado se refieren en un primer momento a llamados individuales para subvertir el proceso democrático e impedir la aplicación de la ley para el recuento adecuado de los votos del pueblo”.

Añadió que esto se ha dado en circunstancias en las que ha demostrado de manera creíble su voluntad de participar en un uso antidemocrático del poder político y eso ha dado lugar a procesos penales tanto a nivel federal como estatal.

 “Si esa persona ha expresado su voluntad e intención de recurrir una vez más al uso de la autoridad política para eliminar o sacar del escenario político a enemigos y a abusar de la autoridad del estado, tenemos una situación distintiva que se observa en otras democracias, especialmente en las frágiles de todo el mundo, pero que no tiene un paralelo exacto en la historia de Estados Unidos”.

Observó que la cuestión es que los votantes comunes y corrientes a la hora de votar, toman decisiones basado en un juicio general sobre hacia dónde se dirige el país y la economía. 

“No necesariamente perciben el hecho de que si votas por alguien cuyo mantra es modificar algo que tiene un precedente histórico a una persona, un voto, una vez, estás recortando tu propia capacidad de ejercer control democrático y de empoderarte en el futuro”.

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