Reconocen a líderes que ayudan a mejorar las vidas de los californianos

La Fundación James Irvine proporcionó a cada una de sus organizaciones una beca de $350,000 dólares y recursos adicionales

Ganadores de los premios al Liderazgo de la Fundación James Irvine. (Cortesía The James Irvine Foundation)

Ganadores de los premios al Liderazgo de la Fundación James Irvine. (Cortesía The James Irvine Foundation) Crédito: Cortesía

Los Premios al Liderazgo de la Fundación James Irvine reconocieron este año a líderes cuyas soluciones innovadoras a desafíos estatales críticos, han ayudado a mejorar la vida de los californianos al crear oportunidades, aún en medio de la polarización política y la incertidumbre económica.

De los seis premiados, cinco fueron latinos: Frankie Guzmán del National Center for Youth Law, Michelle Siqueiros de la Campaign for College Opportunities, Héctor Camacho junto con Elizabeth Baham de la Reach University; Blanca Melendez junto con Amina Sheik Mohamed del Centro de Salud Comunitaria de UC San Diego; Nick Vargas al lado de Brian Poth de The Source LGBT+ Center. Otro de los premiados fue Manjusha Kulkarni de la AAPI Equity Alliance.

Durante la videoconferencia: Premiados por la Fundación James Irvine 2024: Abordar seis desafíos críticos que enfrenta California, organizada por Ethnic Media Services, varios de los ganadores del premio hablaron sobre los problemas particulares que abordan sus organizaciones, sus compromisos y las soluciones únicas que están promoviendo para generar cambios.

Michele Siqueiros de la Campaign for College Opportunity, dijo que en los últimos 20 años, trabajó de una manera muy deliberada para identificar oportunidades que ampliaran el acceso a la universidad para los estudiantes, especialmente para los estudiantes latinos, afroamericanos, asiático-americanos y de las comunidades rurales de bajos ingresos. 

“Como hija de inmigrantes que vinieron a este país con solo sexto grado de educación, siempre tuve claro como una mujer joven, que si quería oportunidades diferentes a las de mi madre, necesitaba una educación universitaria”.

Dijo que todavía recuerda su primer trabajo en una organización no lucrativa después de graduarse.

“En ese primer año gané más dinero que los ingresos combinados de mis padres y eso fue simplemente increíble para mí, ya que ayudé a pagar sus impuestos ese año”.

Por lo tanto, señaló que siempre tuvo claro el valor de la universidad.

Hemos hecho un trabajo muy importante en California para asegurarnos que los estudiantes no solo tengan la oportunidad de ir a la universidad sino de pagarla; y para eso hemos sido líderes en ampliar el acceso de la ayuda financiera a los estudiantes indocumentados extendiendo las becas Cal Grant a más estudiantes de los colegios comunitarios, y simplificando el proceso de transferencia hacia la Universidad de California y la Universidad Estatal de California”.

Elizabeth Beham también de Reach University, dijo que se han centrado en la preparación de educadores, ante la escasez de docentes que enfrentan las escuelas de California. 

Sólo para dar algo de perspectiva, mencionó que en 2022, aproximadamente 500,000 estudiantes ingresaron a un edificio escolar donde una o más aulas carecían de maestros permanentes. 

“Se estima que hay 10,000 vacantes de docentes y alrededor del 20% de los docentes planean irse en los próximos tres años, ya sea jubilarse o simplemente dejar la carrera por completo”.

Hector Camacho Jr de Reach University, dijo que en el otro extremo de ese problema está la fuerza laboral que ya existe dentro de las escuelas, pero les ha faltado oportunidades para acceder a la educación superior y a las credenciales de maestro. 

“En esas escuelas hay innumerables profesionales, asistentes de aula, trabajadores de servicios de alimentos, conductores de autobuses, asistentes de oficina, que ya han elegido trabajar con los estudiantes, pero carecen de un título o credencial para poder ser maestros certificados”. 

Mencionó que entre las muchas razones por las que no tienen acceso al aula, el tiempo es una de ellas y la accesibilidad a la universidad es otra.

Se trata de una clase entera de trabajadores que ya están en las escuelas, y el 68% son empleados clasificados como personas de color.

“Una proporción que refleja más a la gente en los salones de clase”.

Brian Poth, director ejecutivo The Source LGBTQ + Center con sede en Visalia, California, dijo que uno de los problemas críticos en las áreas rurales es el acceso a un cuidado de salud culturalmente seguro y confiable para la gente LGBT.

“El centro de California es un lugar diferente al resto del estado. Es una comunidad rural, muy conservadora y a menudo religiosa, donde los proveedores de salud mental todavía practican la terapia de conversión”.

Por eso, dijo que es realmente importante para el centro que dirige, dar a los jóvenes y adultos mayores LGBT una experiencia culturalmente competente y un espacio seguro donde puedan ser ellos mismos, y ser tratados con dignidad.

Indicó que la salud mental que ofrecen es gratuita. “Nuestras oportunidades de liderazgo para nuestros jóvenes les han dado a las personas la oportunidad de verse a sí mismos en sus mayores y mentores”.

Manjusha Kulkarni de la AAPI Equity Alliance fue reconocida por la manera cómo confrontó el odio y la discriminación contra las comundiades asiático-americanas y de las Islas del Pacífico con alianzas, estadísticas y política.

“Nuestro trabajo ha sido crítico. Somos una coalición de más de 40 organizaciones comunitarias que sirven y representan las necesidades de nuestra comunidad”.

Recordó que en 2020 fundaron la red nacional STOP AAPI Hate, ante la emergencia del odio contra los asiáticos.

“Abogamos no solo por los estadounidenses de origen asiático, sino también por los latinos, los afroamericanos, los isleños del Pacífico y los LGBTQ”.

Manjusha dijo que este tema es muy personal porque cuando su madre aplicó para una posición con un grupo de práctica familia en Montgomery, Alabama, le preguntaron por qué los extranjeros venían a Estados Unidos a tomar sus empleos.

“Mi madre y mi padre entablaron una demanda colectiva en el estado de Alabama para garantizar que las personas que son médicos inmigrantes no blancos también pudieran ejercer y tener oportunidades de residencia; y ganaron ese caso”. 

Así fue como pudo ver un cambio en las políticas, y es un indicador de que si todos nos unimos en California, podemos abordar las necesidades de nuestra comunidad.

Blanca Melendrez, directora del Center for Community Health de UC San Diego, dijo que durante más de dos décadas han desempeñado un papel único en la universidad, abogando por la justicia social y la equidad en la salud y las comunidades de color.

“Estamos situados en la región fronteriza de San Diego-Tijuana. Somos el hogar de una vasta población de buscadores de asilo, refugiados e inmigrantes”. 

Añadió que estas comunidades enfrentan muchos problemas de justicia, racismo sistémico y disparidades de salud debido a las diferencias de idioma, la falta de conocimiento sobre dónde podrían estar disponibles, el miedo a la deportación, el trauma del desplazamiento, el estrés por la cultura y todo esto conduce a problemas de salud mental.

“Nuestra misión es promover la equidad en la salud a través de asociaciones comunitarias. No solo abordamos desafíos inmediatos, sino que desarrollamos soluciones a largo plazo para garantizar que las comunidades de refugiados e inmigrantes puedan prosperar en California”.

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