La Villa Hilda Solís cumple tres años de dar un techo a los desamparados

Fue abierta en abril de 2021 y ha albergado a casi 800 personas sin hogar en su proceso hacia un hogar permanente

Mario Lira López encuentra un hogar en la Hilda L. Solis Care First Village (HSCFV).

Mario Lira López encuentra un hogar en la Hilda L. Solis Care First Village (HSCFV).  Crédito: Araceli Martinez Ortega | Impremedia

Para Mario Lira López, encontrar un hogar temporal en el desarrollo de viviendas para desamparados Hilda L. Solis Care First Village (HSCFV) del centro de Los Ángeles, le ha significado un cambio de vida.

“Mucho ha cambiado mi vida desde que estoy aquí. Estoy bien contento, no quiero regresar atrás. Estoy recibiendo terapias de salud mental, tengo mi psicólogo, mi médico primario”, dice Mario, un inmigrante de origen mexicano de 53 años, quien cayó en el desamparo debido a su adicción hacia la metanfetamina.

“Perdí a mi familia, a la mamá de mis hijos, por mi adicción al meth. Estuve viviendo en la calle por entre 10 y 12 años hasta que me encontré a  una muchacha por las calles 14 y Central y le platiqué mi situación. Ella me ayudó a encontrar este lugar”, dice Mario, quien hace 24 años emigró a Estados Unidos.

La supervisora Hilda Solís celebra el tercer aniversario de la Hilda L. Solis Care First Village. (Araceli Martínez/La Opinión)

El desarrollo de viviendas para personas sin hogar Hilda L. Solis Care First Village (HSCFV) le ha enseñado, dice Mario, que hay vida después de la calle.

“Mi sueño es agarrar una casita y vivir ahí con mi bebé Juan Daniel y su mamá. Mi niño es mi fuerza, mi vida”, dice Mario, quien ha logrado dejar sus adicciones.

En la Villa Hilda L.Solís tiene un pequeño departamento para él solo, donde tiene una cama, un pequeño closet, aire acondicionado, televisión, un baño y una regadera, además de un horno microondas.

El desarrollo de viviendas para personas sin hogar Hilda L. Solis Care First Village (HSCFV) celebró el tercer aniversario de su apertura.

Desde aquel mayo de 2021, el HSCFV ha albergado a cerca de 793 residentes, de los cuales 144 han logrado ya una vivienda permanente.

“Es muy diferente vivir en la calle a vivir en un área muy sana, privada y con seguridad”, dice la supervisora Hilda Solís.

Agrega que cada persona tiene privacidad, su propio baño, su refrigerador, wifi y televisión en su cuarto.

“También les dan comidas tres veces al día; y hay servicios de salud mental, y de trabajo”.

Recuerda que ese centro lo hicieron en seis meses con el apoyo del gobierno federal, y dinero de la ley CARE durante covid-19.

“Queríamos hacer algo para que la gente no viviera en la calle con esta enfermedad mientras tienen algo permanente”.

Precisó que la Villa Hilda Solís, es el único desarrollo habitacional para personas sin hogar hecho con contenedores de carga de los puertos. 

“Tienen aire acondicionado, calefacción y teléfono; además, IKEA donó la cama y los muebles. La gente se siente mejor, y cuando se estabilizan, se van”.

La supervisora Solís dijo que la única manera de resolver el desamparo es haciendo más viviendas temporales y permanentes

“Este lugar donde se encuentra la villa iba a ser un estacionamiento para la cárcel, y yo decía que no quiero cárcel sino viviendas; y aquí tenemos a mucha gente latina viviendo”.

Mario Lira López vive en la Villa Hilda Solís. (Araceli Martínez/La Opinión)

La Villa Hilda Solís, que se extiende sobre 60,500 pies cuadrados, tiene 232 departamentos, y ahora están ocupados 229.

Cuenta con un espacio para cocina, un comedor, lavandería, espacios para oficinas, patios para realizar actividades al aire libre, y hasta un parque para las mascotas de las personas que ahí habitan.

Janie Escobar vivió un año y medio en la Villa Hilda Solís, y hace poco encontró un lugar permanente donde mudarse en el área de Hollywood.

“Yo me quedé sin un techo por confiar en un ex, y me dejó en la calle cuando se fue con otra. Asi que no me quedó más recurso, que salirme a la calle donde viví como dos meses, pero fueron suficientes como para impactarme”. 

Recordó que llegó a la villa en octubre de 2021. “Yo tenía una habitación con baño propio, y eso era muy importante para mí, porque tengo lupus y fibromialgia, aparte de otras cosas. Así que mi sistema inmunológico no me permitía vivir en otros refugios donde tenía que compartir un mismo cuarto con muchas personas”.

Janie, extrabajadora social quien desde 2017 fue declarada discapacitada, dice que es madre de cinco hijos, todos adultos, pero revela que no quiso vivir con ellos, y su deseo después de la experiencia con su expareja, fue tener su propio espacio y no depender de nadie.

Sostiene que los beneficios principales que recibió mientras vivió en la Villa Hilda Solís fue no tener que preocuparse por un techo, y la terapia que le dieron.

“Ahora tengo mi propio techo, y no va a venir nadie a quitármelo. En el hogar que tengo ahora pago el 30% de los ingresos que recibo por mi discapacidad. Ya no tengo que preocuparme por terminar en la calle ni de que venga nadie a sacarme”.

Rafael Chávez habla de los beneficios de la Villa Hilda Solís.
Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

Rafael Chávez, dice que Homeboy Industries le ayudó a conseguir un techo temporal en la Villa Hilda Solís, al salir de prisión.

“Durante mi libertad condicional, viví en una residencia de viviendas en sobriedad, y luego aquí estuve seis meses mientras agarraba un lugar permanente donde vivir. Aquí te ayudan mucho. Te dan de comer. Ahora tengo mi apartamento en el centro de Los Ángeles”.

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