Pequeña empresaria de calzado para la comunidad LGBTQ+ denuncia secuelas de compra fraudulenta

Alerta a otros comercios para que no pasen por la misma situación que está viviendo ante el aumento de transacciones que al final son una estafa

La empresaria Lidia Talavera revela las consecuencias de un intento de estafa.(Fotos La Máximo Agency)

La empresaria Lidia Talavera revela las consecuencias de un intento de estafa.(Fotos La Máximo Agency) Crédito: Cortesía

La pequeña empresaria angelina Lidia Talavera, quien es propietaria de un negocio en línea que lleva su nombre y se enfoca en el diseño y venta de calzado de talla grande para la comunidad LGBTQ+, denunció que intentaron cometer un fraude en su contra por una suma de alrededor de $250,000.

“El 21 de abril, al despertar, me encontré con que a través de mi página web me habían hecho una compra de $250,000 en tarjetas de regalos por $500 cada una, pero se me hizo demasiado dinero, y me pareció muy sospechoso todo. Soy un negocio pequeño, y la compra más grande que me han hecho es por $6,000”, dijo Talavera a La Opinión.

Y explicó que al percatarse que la compra se había hecho con una tarjeta de crédito de American Express, llamó por teléfono al cliente para verificar si efectivamente, él la había hecho.

“Se trata de un señor que vive en el estado de Florida, quien me dijo que él no había hecho ninguna compra, y que le habían robado su identidad y los datos de su tarjeta”.

Talavera, quien abrió su tienda Zapatería Lidia Talavera durante la pandemia de covid-19, dice que de inmediato, le reintegró al cliente de Florida, el dinero que había entrado en su cuenta.

“A mi cuenta entraron $242,749,70 que fue lo que le regresé al cliente, mientras que la empresa procesadora de cargos por el uso de tarjetas, Stripe, hizo cobros por $7,250,30”.

Dice que se contactó enseguida con Stripe para explicarle que se había tratado de un intento de fraude.

“La respuesta que obtuve de Stripe es que yo ya sabía que sus políticas especificaban claramente que ellos no devuelven los cobros. Yo les respondí que lo entendía, pero en este caso se trataba de una compra fraudulenta”.

Sin embargo, señala que ella sabe que el Código Civil de California no permite que las procesadoras se queden con los cobros cuando la compra venta es fraudulenta.

“También me sorprende mucho que la propia American Express y Stripe hayan aprobado el pago de una compra tan grande sin checar con el cliente. Cómo es posible que no vieran que una transacción de ese monto  era una llamada de alerta. Yo por mi parte, no podía evitarlo porque fue una compra que se hizo de manera automática en mi página”.

Lo que está pasando como consecuencia de todo esto, expone, es que la compañía Stripe quiere forzarla a que pague los cobros.

“Es una deuda muy fuerte para un pequeño negocio como el mío, y más tratándose de un fraude”.

En su página web, Stripe dice que “un procesador de pagos es una empresa o servicio que facilita transacciones electrónicas (por ejemplo, pagos realizados con tarjetas de crédito o débito, o con monederos digitales) entre las empresas y sus clientes”. 

Añaden que “los procesadores de pagos permiten a las empresas aceptar varias formas de pago de forma rápida y segura, y facilitan la transferencia de fondos de la cuenta del cliente a la cuenta de la empresa”.

De acuerdo a Stripe:
“El procesador de pagos solicita autorización al banco emisor para asegurarse de que el cliente tiene suficientes fondos o crédito disponibles. También verifica la identidad del cliente y la validez del método de pago para minimizar el fraude y las transacciones no autorizadas”.

Talavera dice que ella escogió a Stripe porque es una empresa procesadora muy grande, y le preocupa su respuesta a la situación que está viviendo, y que afecta la buena marcha de su pequeño negocio.

“Estoy segura que no soy la única a la que le está pasando esto. En esta época de estafas cibernéticas, debe haber otros comerciantes pasando por la misma situación”.

De hecho, dice que Stripe le sacó de su cuenta bancaria, los $7,250,30 forzándole a tener que pedir prestado a un familiar en México para pagar la nómina de los trabajadores en México que fabrican su calzado. 

“Al hacerlo hicieron que mi cuenta se sobregirara, al grado que tuve que ponerle un bloqueo bancario para que ya no me siguieran sacando dinero”.

La empresaria mexicoamericana dice que se siente muy desmoralizada, sin saber a quién recurrir para no tener que pagar de su bolsa, los $7,250,30 que aún no se le regresa al cliente y que la procesadora Stripe quiere que ella pague.

La Opinión se encuentra a la espera de un comentario de Stripe sobre el caso.

También preguntó a la Cámara de Comercio de California, si han recibido quejas similares, y respondieron que ese era un tema que corresponden a la fiscalía del estado o de los condados.

Asimismo se ha pedido un comentario al Departamento de Asuntos al Consumidor del Condado de Los Ángeles.

Talavera dice que la intención de esta denuncia periodística es poner en alerta a otros negocios, para que no pasen lo que ella, está viviendo, con una procesadora que no quiere regresar sus cobros a un cliente a quien le robaron su identidad para hacer una compra fraudulenta, la cual ellos aprobaron.

“A mí como pequeño negocio que está luchando por sobrevivir, me está dejando en una situación económica precaria”.

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