Familia lleva 18 meses sin luz y gas: dueña de su vivienda se niega a reparar los servicios

La energía eléctrica y el gas se interrumpieron tras un incendio en departamento vecino que afectó a la vivienda de madre hispana

Jeremiah Espinoza y su familia llevan 18 meses sin luz y gas.

Jeremiah Espinoza y su familia llevan 18 meses sin luz y gas. Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

Por increíble que parezca, una madre de familia y sus cuatro hijos, llevan 18 meses sin luz ni gas, debido a que la propietaria del apartamento de renta en el que viven en el barrio City Terrace, un área no incorporada del este de Los Ángeles, se ha negado a arreglarles el servicio.

“Ha sido muy difícil vivir en esas condiciones por los niños”, dice Erika Elias, madre de cuatro hijos de 18, 14, 11 y 6 años, quien se gana la vida como conserje.

La pesadilla para la familia de Erika comenzó el 27 de septiembre de 2022 cuando el departamento de renta, debajo del suyo, que también es propiedad del mismo dueño, sufrió un incendio eléctrico que acabó con sus pertenencias, y la obligó a mudarse.

“Ese año, en enero de 2022, me aumentaron la renta de $1,000 a $1,200”, dice Erika. Ella vive en este departamento de una recámara desde 2015.

Cuando ocurrió el siniestro de su vecina, la vivienda de alquiler de Erika se vio afectada, y quedó si los servicios básicos.

“La dueña no solo no quiso arreglar la luz ni el gas sino que me recordó que yo sabía que ella no hacía reparaciones a los departamentos de alquiler. Luego al mes del incendio, me pidió que buscara otro lugar; y me dijo que cuando el departamento estuviera listo, me lo rentaría otra vez. Yo no acepté y me dio 30 días para salir”.

Erika se negó a mudarse.

Más recientemente, la dueña le dijo que le reinstalaría la luz y el gas siempre y cuando le firmara una carta en la que se comprometería a no demandarla.

“También me imponía otros requisitos como no tener perros. No acepté porque moverme sería permitir que la comunidad se gentrificara más; y no quiero mudarme,.Mis hijos van a escuelas cercanas. Aquí tienen a sus amigos. Aquí han hecho sus vidas en City Terrace”.

Durante 19 meses, la familia ha tenido que cocinar sus alimentos en una parrilla portátil que se alimenta de un cilindro de gas miniatura; tienen una hielera para guardar sus alimentos; y se hicieron de un generador para alumbrarse en la noche y cargar los teléfonos.

“Me la vivo estresada. Hay días que no tengo fuerzas. Más cuando la dueña viene a gritar afuera de la casa; y a veces hasta se pone a llorar tratando de hacerse la víctima. Cómo va a ser la víctima si ella nunca ha sufrido ni sabe lo que se siente vivir sin luz y agua casi dos años. Una vez quiso golpear con un fierro a la organizadora Eva García”.

Jeremiah Espinoza muestra los cables para agarrar electricidad de un generador.
Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

Dijo que lo único que reclama es que le repongan la luz y el gas, y le den mantenimiento al departamento.

“Mi pedido son reparaciones y una renta justa”.

El mayor de sus hijos Jeremiah Espinoza, quien no oculta el estrés que le ha supuesto vivir sin energía el eléctrica en el último año de su escuela secundaria, reconoció que ha sido muy difícil.

“Con todos los exámenes finales, a veces me estresó; y he faltado a la escuela para apoyar a mi mamá”.

Dijo que no pueden prender la televisión porque no es suficiente con el generador mientras que cada dos días tienen que comprar hielo para la hielera donde guardan los alimentos; y no tienen calefacción ni agua caliente.

“En la noche, agarramos luz por el generador, o usamos lámparas de batería que compramos en la tienda 99”. 

Dijo que observa que su madre trata de no mostrarse preocupada y de hacerse la fuerte para que sus hijos no la vean abrumada.

Jeremiah Espinoza muestra la hielera donde guardan la comida.
Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

Cuando Erika se enfrentó a la petición de su casera de desalojar, buscó el apoyo de organizaciones que apoyan los derechos de los inquilinos como Colectivo Poder Comunitario y Fideicomiso Comunitario Tierra Libre.

“Pusimos quejas en el Departamento de Salud del condado y con la supervisora Hilda Solís. Ella nos ofreció una vivienda asequible pero les queda a dos horas de aquí, y la familia no aceptó”, dijo la organizadora del Colectivo Poder Comunitario, Eva García.

Hizo ver que está claro que la propietaria quiere que la familia de Erika se salga de este departamento para enseguida repararla, y rentarla a precios más altos.

“Erika siempre pagó la renta a tiempo, pero a partir de que no tienen luz ni gas, dejó de pagarla”.

Afirmó que esta madre de familia de origen salvadoreño ha sido muy valiente porque ha aguantado 18 meses sin luz ni agua.

“Ha resistido porque en primer lugar, la vivienda de renta está muy cara, y no puede conseguir una al alcance de su economía; pero en segundo lugar, ella sabe los derechos del inquilino; y el plan de la dueña es cansarlos, sacarlos, arreglar y rentar más caro”.

Jeremiah Espinoza muestra el generador que usan para obtener energía.
Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

Dijo que a veces ve a Erika quebrarse porque hay momentos en los que no aguanta tanta presión.

“Queremos que todo dueño de vivienda de alquiler sepa que hay que ser responsables, no se trata solo de ganar dinero y más dinero. Nosotros estamos empoderando a los inquilinos para que vivan dignamente. No queremos ver a más familias sufriendo como Erika. La vivienda es esencial, y no debe verse como un negocio lucrativo porque es algo vital”.

La organizadora García dijo que a través de este proceso, Erika se ha convertido en una defensora de los derechos de los inquilinos.

Erika, familia, defensores de los inquilinos y aliados llevaron a cabo una vigilia afuera de su casa en City Terrace para exigir que se hagan las reparaciones de inmediato, y hacer pública la situación que está pasado.

“Estamos apoyando a un promedio de 70 familias en Boyle Heights y el este de Los Ángeles que están viviendo situaciones similares de desalojo y malas condiciones en la vivienda”, dijo García.

Las organizaciones de defensa de inquilinos Colectivo Poder Comunitario y Fideicomiso Comunitario Tierra Libre expresaron en un comunicado que la experiencia de Erika debería ser única, pero lamentablemente no lo es.

“Los propietarios a menudo rechazan las reparaciones como táctica para hacer que una unidad sea tan inhabitable que los inquilinos decidan desalojarse por sí mismos.

“Una vez que estos inquilinos se van, los propietarios pueden hacer reparaciones y aumentar la renta. Esto provoca la gentrificación de vecindarios predominantemente latinos y afroamericanos de bajos ingresos, lo que obliga a la gente pobre y de clase trabajadora a mudarse lejos de los vecindarios en los que crecieron, de sus trabajos, y dan paso a inquilinos blancos más ricos que pueden pagar el alquiler vertiginoso del mercado de Los Ángeles. 

Jeremiah Espinoza junto a la organizadora de inquilinos Eva García.
Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

“Estamos entusiasmados de que el condado haya aprobado recientemente una ordenanza que fortalecerá las protecciones de cumplimiento de código y ayudará a responsabilizar a los propietarios.

“Exigimos que esto incluya revisar y tomar medidas sobre quejas de habitabilidad y solicitudes de reparaciones como la de Erika que han sido ignoradas durante tanto tiempo”.

La Opinión envió un mensaje Carol Guandique, propietaria del departamento de Erika Elías para tener su versión sobre los hechos, pero no ha obtenido respuesta.

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