Volkswagen enfrenta desafíos en la era eléctrica: ¿Habrá cierre de fábricas?
El Grupo Volkswagen está enfrentando una crisis significativa debido a la baja demanda de coches eléctricos
El Grupo Volkswagen se encuentra en una encrucijada crítica mientras navega por la transición hacia los vehículos eléctricos.
Lee también: China tiene una exigencia por subsidios de EE.UU. a vehículos eléctricos
A pesar de sus esfuerzos por liderar el mercado de la electromovilidad, la compañía alemana está luchando contra una demanda significativamente menor a la esperada.
Puedes leer: Red Bull RB17, el nuevo rey de los hiperdeportivos
Esto ha llevado a la empresa a tomar decisiones drásticas, incluyendo la posibilidad de cerrar fábricas clave y realizar recortes de empleo significativos.
En un reciente anuncio, Volkswagen reveló que eliminará 1,200 puestos de trabajo en su planta de Zwickau, responsable de la producción de los modelos ID.3 a ID.5 y el Audi Q4 e-tron.
La planta opera actualmente a solo dos tercios de su capacidad debido a la caída en la demanda de coches eléctricos. La situación es aún más crítica en la fábrica de Audi en Bruselas, donde la baja demanda del Audi Q8 e-tron ha llevado a la empresa a considerar el cierre completo de la instalación.
Audi ha iniciado un “proceso de información y consulta” con respecto a la planta de Bruselas, que emplea a unas 3,000 personas. La marca ha declarado que este proceso podría culminar en un cese total de operaciones si no se encuentra una alternativa viable.
El cierre de esta planta podría añadir un costo adicional de 2,600 millones de euros al ya ambicioso plan de ahorro de más de 10,000 millones de euros anunciado a principios de 2023.
La situación es preocupante no solo para Volkswagen, sino también para el futuro de la industria automotriz alemana. Ferdinand Dudenhöffer, un experto en la industria y fundador del Center Automotive Research (CAR), ha expresado su pesimismo sobre la evolución de la electromovilidad en Alemania.
Según Dudenhöffer, si la tendencia actual continúa, los daños a largo plazo serán inevitables y podrían manifestarse plenamente hacia el 2030, cuando la necesidad de reducir las emisiones de CO₂ sea aún más urgente.
Mientras tanto, la competencia china en el sector de los vehículos eléctricos sigue avanzando. A pesar de que solo dos de las muchas marcas chinas de vehículos eléctricos son rentables, su capacidad para producir en grandes volúmenes y a costos más bajos les da una ventaja significativa.
Dudenhöffer teme que si Europa no logra adaptarse rápidamente, fábricas como las de Bruselas y Zwickau estarán aún más en riesgo.
Las marcas, por su parte, deben asumir parte de la responsabilidad por el bajo rendimiento de sus vehículos eléctricos.
Los primeros modelos de la gama ID de Volkswagen no lograron convencer a los consumidores debido a sus prestaciones, diseño y precio elevado.
Además, la incertidumbre sobre el futuro de las regulaciones de vehículos de combustión interna y la reducción de incentivos para la compra de vehículos eléctricos en Alemania han contribuido al declive en las ventas.
Dudenhöffer sugiere que una solución para Volkswagen y la industria automotriz alemana podría ser una mayor colaboración con China.
Según él, los aranceles contra los fabricantes chinos no son efectivos y, en su lugar, Europa debería buscar beneficiarse de la experiencia y capacidades de China en la producción de vehículos eléctricos.
Sin embargo, esta propuesta podría ser vista como una capitulación ante la competencia china, algo que muchos en la industria europea podrían encontrar difícil de aceptar.
El dominio de la industria china sobre la cadena de valor de los vehículos eléctricos, desde la extracción de materias primas hasta la fabricación final, es un hecho innegable.
A medida que Volkswagen y otros fabricantes europeos enfrentan desafíos internos y externos, la necesidad de estrategias innovadoras y colaboraciones internacionales se vuelve cada vez más evidente para asegurar su supervivencia y éxito en el mercado global de vehículos eléctricos.