¿Es bueno para ti el té helado?

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Este bebida favorita del verano puede ser refrescante, pero no siempre es tan saludable. Aquí tienes opciones mejores.

By Sally Wadyka

Un día caluroso y un refrescante té helado parecen ser la combinación perfecta. Y mucha gente está de acuerdo.

Según la Asociación del Té de los Estados Unidos, los estadounidenses consumieron casi 4,000 millones de galones de té en 2023, y entre el 75% y el 80% de ese consumo fue té helado.

El té helado recién hecho puede ofrecer muchos de los mismos beneficios para la salud que el té caliente, como la capacidad de mejorar la salud cardiovascular y reducir el riesgo de enfermedades como el deterioro cognitivo y la diabetes. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de muchos tés helados embotellados.

“Para poder ofrecerte estos beneficios, el té que tomas debe tener un alto contenido de antioxidantes”, dice el doctor Joe Vinson, profesor de química en la Universidad de Scranton, en Pensilvania. “Y no hay manera de saber lo que realmente estás recibiendo cuando compras un té helado en una botella”.

Además, muchos tés helados embotellados tienen un valor nutricional comparable al de los refrescos, con una gran cantidad de azúcares añadidos, colorantes y sabores artificiales.

Eso no quiere decir que un té helado listo para beber nunca sea una buena opción. Algunas botellas son mejores que otras y, como siempre, vale la pena leer la etiqueta nutricional para encontrar las mejores opciones.

Esto es lo que debes tener en cuenta antes de elegir una botella de té helado.

Cuidado con los azúcares añadidos

“Puedes pensar que estás eligiendo una opción más saludable al tomar una botella de té helado en lugar de un refresco, pero en muchos casos, estás consumiendo la misma cantidad de azúcar o incluso más”, dice Amy Keating, nutricionista certificada de Consumer Reports.

Las guías alimentarias vigentes para los estadounidenses recomiendan que menos del 10% de tus calorías diarias provengan de azúcares añadidos; es decir, menos de 50 gramos si sigues una dieta de 2,000 calorías. La Asociación Americana del Corazón dice que el consumo máximo diario de azúcares añadidos no debe ser más de 25 gramos para las mujeres y 36 gramos para los hombres.

Tomar té helado endulzado puede acercarte a esos límites o incluso superarlos. Por ejemplo, una botella de 18.5 onzas de Pure Leaf Lemon Tea tiene 38 gramos de azúcares añadidos y 150 calorías, mientras que una botella de 20 onzas de Arizona Peach Tea tiene 60 gramos de azúcares añadidos y 250 calorías.

Lo mismo ocurre con algunas marcas de té helado y limonada. Snapple Half ’n Half, por ejemplo, tiene 51 gramos de azúcares añadidos y 210 calorías en 16 onzas. Compara estos números con las 240 calorías y los 65 gramos de azúcares añadidos en una botella de 20 onzas de Coca-Cola.

Algunas marcas promocionan que contienen azúcar natural, azúcar de caña o miel, pero estos productos no son necesariamente mejores para ti que los que contienen azúcar o jarabe de maíz alto en fructosa. “Siguen siendo azúcares añadidos”, dice Keating.

Los tés helados dietéticos tienen un bajo contenido de azúcar y calorías, pero pueden contener endulzantes artificiales, como aspartamo o sucralosa. Investigaciones recientes sugieren que el consumo de sustitutos del azúcar podría estar relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad.

La mejor opción es buscar tés helados etiquetados como “sin azúcar”. Estos pueden tener sabores adicionales (como limón), pero no tendrán calorías ni ningún tipo de endulzante.

“Si lo prefieres, mezcla una cucharadita de azúcar o de jarabe de agave”, dice Keating. “Obtendrás un poco de sabor dulce, pero con mucho menos azúcar que en una versión que fue endulzada previamente”.

No esperes obtener antioxidantes

Si una de las razones por la que tomas té helado es para obtener tu dosis diaria de antioxidantes, ten en cuenta que es posible que no obtengas muchos de una botella.

“Los tés embotellados tienen muy pocos antioxidantes en comparación con el té recién preparado”, dice Vinson, cuyo laboratorio ha analizado diferentes tipos de tés.

En sus pruebas, las bolsitas de té negro que se pusieron en agua caliente durante cinco minutos contenían la mayor cantidad de polifenoles antioxidantes (600 mg por taza) en comparación con el té negro embotellado, que contenía solo 68 mg por taza.

Vinson sugiere que los tés embotellados tienen una mayor proporción de agua en  comparación con los tés preparados en casa, lo que resulta en una bebida con menos antioxidantes. Los saborizantes y los azúcares eliminan el sabor amargo natural del té, pero también pueden disminuir la cantidad de antioxidantes.

No creas que el té verde es mejor

El té verde tiene muchos beneficios. Algunas investigaciones sugieren que un tipo de antioxidante presente en el té verde, llamado galato de epigalocatequina (EGCG), puede ayudar a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.

Sin embargo, no te dejes llevar por la buena reputación del té verde. Muchos tés verdes embotellados, al igual que los tés negros embotellados, están cargados de azúcares añadidos. Por ejemplo, una botella de 18.5 onzas de té verde Gold Peak tiene 38 gramos de azúcares añadidos y 150 calorías.

Conoce cómo interpretar las etiquetas

Las afirmaciones en las botellas de té helado pueden hacerte pensar que el producto es más saludable o mejor en otros aspectos, pero es importante no darlas por hecho. A continuación te explicamos lo que realmente significan algunos de los términos más comunes que puedes encontrar.

Un poco dulce o ligeramente dulce (tad sweet o slightly sweet): Estos términos no están regulados y quedan a interpretación del fabricante. Generalmente, indican que el té tiene menos azúcar que un producto similar de la misma marca, pero las cantidades varían de una marca a otra. Los tés con esta afirmación que analizamos contenían entre cinco y 25 gramos de azúcares añadidos por botella.

Sin edulcorantes artificiales (no artificial sweeteners): El té puede aun contener azúcar, stevia, alcoholes de azúcar como el eritritol o una combinación de ambos. Por ejemplo, el té helado verde Pure Leaf Honey lleva esta etiqueta y tiene 25 gramos de azúcar por botella de 18.5 onzas (de azúcar y miel), así como extracto de stevia. Este endulzante se considera “natural” (en lugar de artificial), pero, aunque proviene de una planta, el extracto se obtiene mediante un proceso de laboratorio.  

Sin azúcar, libre de azúcar o cero azúcar (no sugar, sugar free, or zero sugar): Por ley, estos productos deben tener menos de 0.5 gramos de azúcares por porción. Sin embargo, los tés que llevan estas etiquetas pueden contener sustitutos del azúcar, como la sucralosa, así que revisa los ingredientes en la etiqueta.

Certificado de comercio justo (fair trade certified): Los agricultores que cultivan los productos (como té o azúcar) que se utilizan deben pagarles a los trabajadores al menos el salario mínimo local, proporcionar condiciones de trabajo seguras y más. Esta afirmación está verificada, pero puede aplicarse solo a un ingrediente específico, por ejemplo, el té y no el azúcar.

Certificación Rainforest Alliance (rainforest alliance certified): Esto significa que parte o la totalidad del té proviene de granjas que han cumplido con los estándares que promueven la sostenibilidad y protegen a los agricultores, los bosques, la vida silvestre y las comunidades locales.

Considera preparar tu propio té helado

Te costará menos y puedes controlar la cantidad de azúcares añadidos que contiene. O incluso, no ponerle azúcar y agregarle un chorrito de jugo de fruta o un puré de fruta (como duraznos o frambuesas). También puedes darle más sabor al té con hierbas y especias como la menta, la albahaca, la canela y el jengibre.

Preparar té helado es fácil. Puedes vertir agua hirviendo sobre una bolsita de té o sobre hojas naturales de te (negro o verde), déjalo reposar durante unos cinco minutos y luego ponlo a enfriar en el refrigerador. (Para hacer una jarra, coloca de ocho a 10 bolsitas de té en dos cuartos de galón de agua y luego refrigéralo). También puedes poner el té en agua fría y dejarlo reposar durante aproximadamente dos horas. Un estudio del 2016 publicado en el Journal of Food Science encontró poca diferencia en el contenido de polifenoles del té negro o verde que se ha dejado reposar en agua caliente durante cinco minutos, en comparación con el té que se dejó reposar en agua fría durante dos horas. Sin embargo, el uso de agua caliente puede dar como resultado un sabor más intenso.

Es importante tener en cuenta que los antioxidantes del té se pierden con el tiempo. “Descubrimos que una vez preparado, el contenido de antioxidantes disminuye aproximadamente un 10% al día”, dice Vinson. Así que no prepares una cantidad mayor de la que puedas tomarte en uno o dos días.

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