Esperanza y dignidad: el movimiento campesino en los Estados Unidos
Una exposición de fotografía en el museo de la Justicia Social reconstruye la vida cotidiana de la lucha laboral de los trabajadores agrícolas
Una nueva exposición llamada “Esperanza y dignidad: el movimiento campesino” patrocinada por el Centro Tom & Ethel Bradley de la Universidad Estatal de California en Northridge, da luz a la vida cotidiana del movimiento campesino a través de 450 imágenes de los fotógrafos Emmon Clarke y John Kouns en las paredes del Museo de la Justicia Social en Los Ángeles.
Por los últimos tres años José Luis Benavides junto con el Centro Tom & Ethel Bradley ha trabajado en un proyecto donde han digitalizado más de 6,000 fotografías del movimiento que dan vida también a la historia de cientos de familias latinas en los Estados Unidos.
La exposición tiene fotos de 1966 a 1968 que fueron los primeros años de la lucha de los trabajadores agrícolas, marcados por una histórica huelga de uvas, boicots, una marcha de Delano a Sacramento, los primeros esfuerzos para organizar a los trabajadores en Texas, y más.
De acuerdo con Benavides, la intención del proyecto y la exhibición es ir más allá de los líderes del movimiento.
“Esto es un movimiento y no es un individuo, no son los líderes, aunque son importantes, pero los líderes no son definitorios en esto”, dijo el profesor de Northridge. “Las personas decisivas fueron toda esta gente que decidió dedicar un tiempo en su vida para avanzar en su lucha”.
En varias fotos se aprecia una diversidad de actividades cotidianas y simples, pero importantes como alguien lavando platos o una línea de huelguistas siendo dispersada por un automóvil; también se aprecia una diversidad de personas como una niña con sus muñecas o un niño filipino sentado junto a Bobby Kennedy.
John Kouns jugó un papel importante al documentar el movimiento al que visitaba con frecuencia, mientras el fotógrafo Emmon Clarke solo estuvo un periodo de 7 meses.
No obstante, Clarke, que era más joven, se quedó a vivir en Delano y pudo documentar momentos muy significativos y únicos de los trabajadores.
“El hecho de que él estaba ahí permitió que su fotografía fuera mucho más íntima y en espacios en donde tradicionalmente no hay documentación como en las oficinas de la emergente asociación y la gente que estaba trabajando ahí”, explicó Benavides.
Un movimiento diverso
“Los organizadores originales eran trabajadores latinos, filipinos, negros y de oriente medio,” explicó el profesor. “Vinieron de todas partes y se unieron para luchar por mejores condiciones de trabajo en los campos. Ellos garantizar que todas las personas fueran tratadas con la dignidad que les corresponde como seres humanos”.
Al otro lado de las fotos del movimiento están caricaturas de Andy Zermeño que adornaron el boletín de El Malcriado y también incluye fotos de los personajes desarrollados por el dramaturgo y actor Luis Valdez para las actuaciones de El Teatro Campesino que Zermeño inspiró.
Marta Vallier que trabaja como investigadora y curadora con el Centro Tom & Ethel Bradley ayudó con la presentación de las caricaturas de Zermeño.
“Se trata de los pocos personajes que formaban parte del repertorio de Zermeño que son: el Coyote, Don Sotaco, el Patroncito y los campesinos”, explicó Vallier. “Entonces con tan solo unos cuantos personajes, unos cuantos dibujos y en el caso de Teatro Campesino unos cuantos intérpretes, tienen bocetos muy simples, pero muy eficientes para mostrar la relación de poder entre estos personajes y cómo pueden cambiar”.
En la exposición Vallier creó una narrativa a través de diferentes ediciones de las caricaturas de Zermeño donde enseña la trayectoria del trabajador agrícola Don Sotaco uniéndose al movimiento de trabajadores y luchando por condiciones mejores.
Para Domenica Castillo, la directora ejecutiva del Museo de la Justicia Social, las personas que visiten la exposición puedan irse inspiradas y con la esperanza de un futuro mejor.
“Los trabajadores agrícolas son la esencia de la nación y es muy importante recordar la historia del movimiento que comenzó en los años 60, las huelgas, la sindicalización, pero también es lo que realmente está sucediendo ahora”, dijo Domenica Castillo.
“Las condiciones difíciles de los trabajadores agrícolas siguen siendo relevantes y es importante recordar nuestro pasado para no repetirlo”, agregó Castillo. “Las cosas que hicimos en el pasado pueden ayudarnos a encontrar la manera de resolver los problemas actuales”.