Cómo conservar la leche materna y la fórmula para tu bebé

Aquí tienes lo que necesitas saber sobre la conservación segura de la leche materna y la fórmula, incluyendo qué hacer con la fórmula o la leche que sobran
El manejo seguro de la leche materna y la fórmula puede reducir considerablemente el riesgo de que tu bebé se enferme.
By Angela Lashbrook
Debo confesar que a veces juego un poco a la ruleta rusa con mis sobras de comida. ¿Salchichas que llevan quién sabe cuánto tiempo en el fondo del refrigerador? ¡Parece que están bien! ¿Este arroz que se quedó afuera durante toda la noche? ¡Qué tan mal puede estar! (¡En realidad, bastante mal!, dice mi sistema digestivo. Soy algo rebelde, qué le vamos a hacer).
Pero definitivamente no es así como manejo las sobras de leche materna y fórmula. Los sistemas inmunológicos de los bebés aún no están completamente desarrollados hasta que llegan a los 2 o 3 meses de edad, y lo que puede ser un malestar de 48 horas para un adulto sano puede tener consecuencias devastadoras para un bebé. Por eso conservar de forma segura la leche materna que es extraída o la fórmula– ya sea en polvo, lista para beber, en líquido concentrado o ya preparada– es fundamental.
Aquí te mostramos cómo conservar de forma segura la leche materna y la fórmula, incluyendo qué debes hacer con la fórmula o la leche que sobran.
¿Cuál es el riesgo con la leche materna y la fórmula que sobran?
Al igual que la mayoría de los alimentos, la leche materna y la fórmula contienen bacterias. La leche materna contiene más de 200 tipos de bacterias naturales, entre ellas lactobacilos, estafilococos y estreptococos, por nombrar algunos, aunque la microflora de la leche materna de cada persona es diferente. Y tanto en la fórmula lista para usar como en la fórmula en polvo, las bacterias pueden introducirse a través del proceso de preparación, manejo o al servirse.
Las bacterias no siempre representan un riesgo para la salud; el problema surge cuando se les permite proliferar, dado el tiempo y las condiciones adecuadas. Cuando se les da a las bacterias la oportunidad de crecer, pueden volverse peligrosas y causar descomposición.
Si alguna vez has sufrido una intoxicación alimentaria (¿y quién podría olvidar haber tenido una intoxicación alimentaria?), posiblemente ya entiendes este concepto. Sin embargo, en los bebés, los efectos de las bacterias fuera de control pueden ser mucho más graves que en la mayoría de los adultos sanos. Por ejemplo, el Cronobacter, por ejemplo, es un tipo de bacteria que puede causar sepsis (intoxicación en la sangre) o meningitis (inflamación de las membranas alrededor de la columna vertebral y el cerebro), mientras que la salmonela puede provocar diarrea que puede ocasionar deshidratación, letargo y fiebre.
El manejo seguro de la leche materna y la fórmula puede reducir significativamente el riesgo de que tu bebé se enferme. Aunque las “reglas” de manejo seguro pueden parecer complicadas al principio, los beneficios hacen que el esfuerzo valga la pena. “El objetivo de estas recomendaciones es limitar el crecimiento de bacterias en la leche y preservar los componentes que son beneficiosos para el sistema inmunológico del bebé”, dice Kristina Tucker, MSN, RN, IBCLC (Consultora de Lactancia Certificada por el Consejo Internacional) y Directora Clínica Asistente de Enfermería, Servicios para la Mujer, en el Texas Children’s Hospital.
Afortunadamente, conservar de forma segura la leche materna y la fórmula no es tan complicado una vez que te acostumbras, aunque como madre primeriza, soy testigo del esfuerzo que se requiere para mantener limpias todas esas pequeñas piezas del sacaleches.
Cómo conservar la leche materna
Existe una larga lista de factores que afectan el tiempo que puede durar un producto perecedero antes de echarse a perder, y la leche materna no es la excepción. La temperatura y que tan limpio está el lugar donde te extraes la leche, las fluctuaciones de temperatura en tu refrigerador, congelador o hielera, y una gran cantidad de otras variables en el medio ambiente afectan cuánto puede durar la leche materna. Por lo tanto, en la mayoría de las situaciones cotidianas, es mejor adoptar un enfoque más conservador, de “más vale prevenir que lamentar”, para conservar la leche materna.
¿Cuáles son los mejores contenedores para conservar la leche materna?
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan lavarse bien las manos con agua y jabón antes de extraer o guardar la leche materna, y luego usar un contenedor de vidrio o plástico limpio diseñado específicamente para alimentos o leche materna. Estos recipientes deben tener tapas bien ajustadas– por lo que sí vas a refrigerar leche materna en un biberón que piensas usar más tarde ese día, es más seguro usar una tapa hermética en lugar de una tapa con tetina.
¿Cuánto dura la leche materna?
La leche materna recién extraída o bombeada puede permanecer a temperatura ambiente (77 °F o menos) hasta 4 horas, en el refrigerador hasta 4 días y en el congelador hasta 6 meses. Los CDC recomiendan no guardar la leche materna en la puerta del refrigerador o congelador debido a que estas áreas son más propensas a fluctuaciones de temperatura. Es una buena idea etiquetar la leche con la fecha y hora en que debe ser consumida cuando la guardes en el refrigerador.
¿Cuánto tiempo dura la leche materna congelada?
Incluso cuando está congelada, los nutrientes de la leche materna se descomponen con el tiempo, por lo que es mejor evitar darle a tu bebé leche que ha estado en el congelador por más de 6 meses. Después de sacar la leche materna del congelador para descongelarla en el refrigerador, debes usarla dentro de las 24 horas después de que se haya descongelado completamente. Si la leche está a temperatura ambiente o la calentaste, úsala dentro de las siguientes 2 horas. Asegúrate de practicar el método FIFO (First in, first out): Primero en entrar, primero en salir. Contenedores de leche etiquetados y organizados cuidadosamente facilitan esto, así que etiqueta la leche con la fecha y la hora en que fue extraída.
Cómo almacenar la fórmula
Cuando dejé de amamantar y comencé a darle fórmula a mi hijo, sentí un gran alivio: el no tener que preocuparme por sacarme la leche durante el trabajo o lavar constantemente un sin fin de pequeñas piezas del sacaleches, hizo que mi vida fuera mucho más fácil. Pero también tuve que aprender a preparar y guardar correctamente la fórmula en polvo, que para mí, fue una tarea un poco estresante. Por suerte, no es tan difícil como mi mente, todavía afectada por las hormonas después de dejar de amamantar, me hizo creer que era.
Primero lo primero: los diferentes tipos de fórmula pueden tener diferentes requisitos para almacenarse. Existe la fórmula lista para usar, que se vierte directamente del contenedor al biberón (algunos recipientes listos para usar vienen con tetinas desechables); fórmula concentrada, que se mezcla con agua de la llave o embotellada antes de servir; y fórmula en polvo, que también se mezcla con agua de la llave o embotellada. En Estados Unidos, el agua de la llave suele ser segura. Si usas agua de pozo o si no estás seguro de la seguridad del agua de tu localidad, comunícate con tu departamento de salud local.
¿Cuánto tiempo puede estar fuera un biberón con fórmula para bebé?
Una vez que hayas preparado la fórmula concentrada o en polvo, debes usarla dentro de las 2 horas si está a temperatura ambiente, o dentro de 24 horas si está refrigerada. La fórmula lista para tomarse debe usarse dentro de 2 horas si está a temperatura ambiente o dentro de 48 horas si está refrigerada, y la fórmula concentrada que se ha sido abierta pero no mezclada se puede conservar en el refrigerador hasta por 48 horas. (Y recuerda lavarte las manos con agua y jabón antes de preparar un biberón).
¿Cuánto dura la fórmula para bebés?
Debes usar la fórmula en polvo sin preparar y sin abrir de acuerdo con la fecha de caducidad que se indica en el paquete. Una vez abierta, debes usarla dentro de un mes, según los CDC, aunque esto puede variar según el fabricante. Escribir la fecha cuando la abriste en la tapa ayudará a que no uses fórmula que ha estado abierta por demasiado tiempo.
¿Cuál es la mejor manera de mantener la fórmula en buen estado?
No es necesario refrigerar los contenedores de fórmula en polvo, pero si debes almacenarlos en un lugar fresco y seco. “Cuando la fórmula se guarda en un lugar cálido y húmedo, existen condiciones favorables para que crezcan las bacterias. Una vez que se contamina, las bacterias pueden multiplicarse rápidamente”, dice Veronica Campbell, RD, LDN, gerente de manejo de fórmula y leche materna en el Childrens Hospital en Filadelfia. “Consumir fórmula contaminada con bacterias puede provocar infecciones y enfermedades graves. Las temperaturas más altas también pueden reducir el tiempo en que la fórmula permanece en buen estado y puede descomponer los nutrientes dentro de la fórmula, lo que compromete su valor nutricional”. Si no tienes otra manera de mantener la fórmula en polvo en buen estado y seca, está bien guardarla en el refrigerador, según Kimberly H. Barbas, BSN, RN, IBCLC, directora del programa de apoyo para la lactancia en el Children’s Hospital de Boston.
Durante las tomas de noche es posible que estés cansada y dejes la fórmula afuera, y sin tapar. Pero “limita el tiempo que dejas el contenedor sin tapa y asegúrate de mantenerlo bien cerrado cuando lo guardes”, dice Lisa Setchfield, MS, RD, LD, directora de servicios de alimentación y nutrición en el Children’s Hospital de Texas.
Cómo servir leche materna y fórmula
Al igual que los adultos, algunos bebés tienen preferencias muy específicas (y aquí estoy viendo de reojo a mi propio bebé), mientras que otros son felices con cualquier leche o fórmula sin importar cómo se la des. Sin embargo, hay algunas cosas que debes tener en cuenta al darle a tu bebé leche o fórmula en biberón.
¿La leche materna o la fórmula deben servirse tibias?
A algunos bebés les gusta la leche o fórmula tibia, pero no tiene que estarlo; puede estar a temperatura ambiente o fría. Sin embargo, si tu bebé exige un biberón tibio, hay ciertas cosas que debes hacer y otras que debes evitar.
¿Cuál es la forma más segura de calentar un biberón?
Un calentador de biberones puede facilitar el proceso para calentar el biberón pero también puedes colocar el biberón de leche o fórmula en un recipiente con agua tibia o bajo un chorro de agua tibia durante unos minutos. Sin embargo, el microondas no es recomendable, al igual que calentar una sopa en el microondas puede resultar en una sopa de almejas o de fideos con pollo calentada de forma dispareja, la leche materna calentada en el microondas puede tener áreas calientes que pueden quemar la lengua del bebé. Además, el microondas también destruye nutrientes que son esenciales. Según los CDC, también es mejor evitar la estufa. Lo mismo aplica si tu bebé prefiere la fórmula tibia; la Agencia de Protección Ambiental le recomienda a los cuidadores a no utilizar agua caliente para preparar la fórmula, ya que es más probable que contenga plomo.
¿Puede estar demasiado caliente la leche materna o la fórmula?
Cuando calientas el biberón de tu bebé, no quieres calentarlo demasiado; no le estás preparando un pequeño café latte. “Esto puede afectar las células vivas y los nutrientes de la leche”, dice Barbas. “Es preferible solo quitarle un poco el frío a la leche– o dejarla a temperatura ambiente– lo cual se puede lograr en poco tiempo, simplemente dejándola sobre un gabinete al aire libre antes de dársela de comer a tu bebé”.
Para comprobar la temperatura de la leche o la fórmula, rocía una pequeña cantidad de leche o fórmula en tu muñeca para asegurarte que no esté demasiado caliente.
¿Cuánto tiempo duran las sobras de leche materna o fórmula?
¿Tu bebé no terminó toda su comida? Aun le puedes dar esa leche que le sobró dentro de las 2 horas despues que termino de tomarla “Después de 2 horas, la leche que sobra debe tirarse”, dice Meghan Devine, BSN, RN, IBCLC, gerente del programa de lactancia y banco de leche materna en el Children’s Hospital de Filadelfia. No debes refrigerar, ni congelar un biberón para dárselo más tarde a tu bebé, si ya tomó de él. “Cuando tu bebé toma de un biberón, las bacterias de su boca pueden ingresar al biberón y continuar creciendo y multiplicándose”. Para la fórmula, ese tiempo se reduce a la mitad: tienes una hora para volver a dársela antes de que tengas que tirarla.
¿Está bien recalentar la leche materna o la fórmula?
La fórmula no debe recalentarse, desafortunadamente. ya que puede fomentar el crecimiento de bacterias y enfermar a tu bebé. De igual manera, evita recalentar leche materna, ya que esto puede provocar la pérdida de nutrientes y fomentar el crecimiento de bacterias. Sin embargo, sí es absolutamente necesario, recalienta la leche solo una vez, dice Barbas. “Si a un bebé le gusta la leche muy calientita, y se recalienta en una toma, probablemente no haya problema, siempre y cuando se tome dentro de las 2 horas”, dice.
Una vez que te acostumbras, conservar la leche materna o la fórmula, y alimentar a tu bebé con el biberón se vuelve algo normal. Por supuesto, como fue en mi caso, primero deberás asegurarte de que tu bebé acepte el biberón, ya que algunos bebés tienen opiniones. Algunas bastante firmes. Una vez que superas esa etapa, y la alimentación con biberón se convierte en algo normal, es algo muy fácil de hacer– hasta que llega el momento de empezar a darles alimentos sólidos. Esa es otra historia completamente diferente.
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