Exigen alto a un proyecto de contaminación ambiental en Lincoln Heights
Decenas de familias no quieren en su vecindario la instalación de un centro de almacén y transporte de camiones diésel
Aun bajo la lluvia, decenas de familias residentes de Lincoln Heights con sus hijos, maestros de la escuela primaria Hillside, activistas y funcionarios públicos unieron sus voces para pedir que se detenga la propuesta de un almacén de comercio electrónico y centro de transporte de camiones diésel en la calle 35, esquina con la Avenida Pasadena.
El centro de distribución de 56,700 pies cuadrados podría intensificar la contaminación del aire, las emisiones de diésel y aumentaría los peligros del tráfico, a poca distancia del paso de niños y sus familias.
Xebec Realty, considerada como una empresa inmobiliaria del siglo XXI ha presentado solicitudes de permiso a la ciudad de Lo Ángeles para operar en el vecindario de Lincoln Heights.
En caso de no obtener autorización el 2 de diciembre, la compañía tendría que volver a someter el pedido de un permiso.
Pero, si el permiso es otorgado antes de esa fecha, podrían construir el centro de transporte de camiones diésel y el público no tendría oportunidad de apelar la decisión.
Las familias de Lincoln Heights consideran el proyecto como un acto de injusticia ambiental y riesgo para la salud que expondría a los niños de áreas residenciales a vapores tóxicos.
La meta es el Parque Alegría
La lucha de “Save Avenue 35” (Salve la Avenida 35) es liderada por los grupos Lincoln Heights Community Coalition, Arroyo Seco Cypress Park y los consejos vecinales de Lincoln Heights y Highland Park, quienes han escrito cartas de protesta a autoridades del gobierno municipal para detener el plan de construcción del almacén.
Sin especificar cómo podría detener el proyecto, la concejal del Distrito 1, Eunisses Hernández dijo a La Opinión que ha estado trabajando “entre bastidores” con representantes del Departamento de Construcción y Seguridad de la ciudad.
“Creemos que hay un camino para que este proyecto tenga que cumplir con las nuevas regulaciones de zonificación que hemos desarrollado y que comenzaron a entrar en vigor el 11 de noviembre”.
Añadió que, cuando tengan la propuesta enfrente, “veremos cómo las nuevas leyes afectan este proyecto en el futuro, pero internamente estamos haciendo todo lo posible para detener el plan”.
Aunque no dio detalles, Hernández dijo a las familias de Lincoln Heights que está trabajando en una línea de tiempo [antes del; 2 de diciembre] para descubrir cómo parar el proyecto, en beneficio de la comunidad.
“Mi objetivo final es que este proyecto no avance”, afirmó. “Cuando yo asumí el cargo [como concejal] hablamos con el dueño de la propiedad para acordar si la vendiera, porque, después que rehabilitemos la tierra, el terreno se convertiría en un parque”.
El nombre del parque seria Joy Park o Parque Alegría.
“La tierra enferma”
Según Michael Henry Hayden, miembro de la Coalición Comunitaria de Lincoln Heights, las toxinas subterráneas de derrames pasados provenientes de la tintorería que operó por décadas en el vecindario, están amenazando su hogar.
“Debemos descubrir su impacto y detener cualquier nuevo desarrollo que ponga en peligro a nuestro vecindario al exacerbar la contaminación existente”, dijo Hayden.
Los vecinos llaman a la propiedad desde hace años “la tierra enferma”.
Solía ser la tintorería industrial más grande de Estados Unidos, y docenas de contenedores con químicos fueron enterrados en la zona, y las fugas de vapores tóxicos contaminaron el sitio con desechos tóxicos que todavía están allí, a pesar de que los derrames fueron identificados desde la década de 1980.
Los manifestantes dijeron que, en 2022, el Departamento de Control de Sustancias Tóxicas (DTSC) del estado emitió prematuramente una carta de “No tomar más medidas” en el sitio, pero los miembros de la comunidad local lucharon por nuevas pruebas del terreno, después de que Xebec Realty comprara la propiedad ese mismo año.
Las pruebas más recientes en el lugar muestran que las toxinas subterráneas todavía se encuentran en niveles increíblemente altos, lo que amenaza los hogares y la escuela.
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“Estas toxinas pueden elevarse en los edificios y representar un peligro para los ocupantes que las respiran”, dijo Michael Henry Hayden. “No tienen olor, pero sí tienen una variedad de efectos sobre la salud, incluido daño cerebral”.
En la actualidad, personal del Departamento de Control de Sustancias Tóxicas de California intenta aprobar un plan de limpieza que evite realizar pruebas en las casas circundantes.
“Esto va en contra de sus propias directrices para la investigación de derrames tóxicos”, aseveró el activista. “Los estamos presionando para que prueben los edificios circundantes antes de diseñar un plan de limpieza”.
Ese paso es importante que debería efectuarse antes de que la ciudad apruebe cualquier uso del sitio.
“Nuestra comunidad ha presentado quejas oficiales ante la junta de supervisión del Departamento de Control de Sustancias Tóxicas por este motivo, pero también porque nos preocupa que Xebec Realty haya contratado a la reciente exasesora legal principal del DTSC, Amilia Glickman, como su cabildera para impulsar este plan de limpieza”.
“Vemos esto como un conflicto de intereses para que el abogado más importante de una antigua agencia reguladora presione para que se proteja menos al público de los peligros tóxicos conocidos”, subrayó Hayden. “DTSC tiene una larga historia de favorecer los intereses comerciales por encima de la seguridad de las comunidades de bajos ingresos, como Lincoln Heights”.
Acción por el bienestar de los niños
“Protejan a los ciudadanos, no a los contaminadores”, “Salven a Hillside”, “Nuestro futuro depende de nosotros, actuemos ahora”, “Parques, no almacenes” y “Respeto a nuestra comunidad”, fueron algunos de los mensajes en pancartas y dibujos que crearon los niños de la primaria Hillside, y con los cuales desfilaron alrededor del plantel escolar, acompañados por sus padres.
Karla Juárez, quien tiene más de 30 años de vivir en las inmediaciones de la calle 35 y Avenida Pasadena y representante de la escuela primaria Hillside dijo que se opone al proyecto del almacén -similar a los de Amazon- “por el bienestar de nuestros niños y por el futuro limpio de nuestra comunidad”.
La primaria Hillside Elementary School del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) tiene aproximadamente 100 estudiantes de los grados K-5
Según la señora Juárez, cuando cerraron la tintorería Welch’s Laundry en 1988, debajo de la tierra “sembraron” barriles con químicos que utilizaban para lavar ropa,
“Queremos que paren este proyecto, y nos oponemos a que sigan adelante con sus planes de contaminación, porque es evidente que el aire que respiramos aquí no es limpio”, dijo.
La oposición a cualquier uso del sitio que genere aún más contaminación al vecindario no va a ser tolerado, afirmaron los residentes, quienes coinciden en que el sitio propuesto no es un lugar idóneo para un centro de transporte por carretera.
“Cuando nuestras escuelas están bajo ataque, ¿qué hacemos? ¡Nos levantamos y luchamos! Cuando el aire que respiramos está siendo atacado, ¿qué hacemos? ¡Nos levantamos y luchamos!”, gritaron al unísono los residentes de Lincoln Heights, quienes planean continuar la presión a los líderes del gobierno municipal.
Representantes de Xebec Realty no respondieron a una petición escrita de entrevista.
No me quedaré sentada viendo cómo envenenan a la comunidad”
La doctora Rocío Rivas (Distrito 2), miembro de la junta directiva del LAUSD hizo hincapié en la necesidad de acción comunitaria y apoyo de los funcionarios electos de la ciudad de Los Ángeles para oponerse a la construcción del depósito de camiones peligrosos cerca de la escuela y las casas, en una zona industrial abandonada y contaminada, ubicada a un costado de la autopista 110.
“Es una lucha por la justicia ambiental, por la salud de nuestros niños y por el futuro de nuestra ciudad”, expresó la funcionaria escolar.
“Esta es mi casa y no me quedaré sentada viendo cómo la envenenan. No seremos silenciados. No seremos ignorados. Lucharemos por la comunidad hasta que ganemos. Sin camiones, sin conversaciones, sin toxinas, sin compromisos”.
La doctora Rivas calificó el proyecto de un almacén de comercio electrónico y centro de transporte de camiones diésel como “peligroso e irresponsable que amenaza la salud y el bienestar de nuestras familias y nuestros vecindarios”.
Si bien consideró que la propuesta del centro de distribución de camiones justo enfrente de la Escuela Primaria Hillside traería cientos de camiones diésel retumbando por las calles a diario, el asunto no solo se trata de tráfico y ruido.
“Se trata del aire que respiran nuestros niños, la seguridad de nuestras calles y el futuro de nuestra comunidad”, declaró Rivas.
“Este centro de distribución propuesto se construiría en un sitio con un largo historial de contaminación tóxica, el cual, durante décadas fue una instalación de tintorería que filtró productos químicos peligrosos al suelo y al agua subterránea”, añadió y recalcó el derecho de la comunidad a considerar el proyecto como “inaceptable”.