Reemplazar carbohidratos por proteínas mejora el colesterol pacientes con diabetes
Una dieta baja en carbohidratos y alta en proteínas mejora lípidos y glucemia en diabetes tipo 2, mostrando beneficios adicionales sobre dietas tradicionales
Un nuevo estudio, publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, ha arrojado luz sobre los beneficios de una dieta baja en carbohidratos y alta en proteínas (CRHP) para personas con diabetes tipo 2 (DT2).
Los investigadores encontraron que este enfoque dietético no solo mejora significativamente los perfiles lipídicos, sino que también contribuye a un mejor control glucémico, incluso cuando el peso corporal se mantiene estable.
Estos hallazgos destacan el potencial de la dieta CRHP como una herramienta eficaz para abordar problemas metabólicos asociados con la DT2, más allá de las recomendaciones tradicionales.
Históricamente, las pautas dietéticas para la diabetes tipo 2 han favorecido dietas bajas en grasas y ricas en carbohidratos. Sin embargo, evidencias recientes sugieren que reducir los carbohidratos podría ser más beneficioso. En particular, la dieta CRHP ha demostrado normalizar los niveles de triacilgliceroles (TAG) y colesterol HDL, aunque los efectos sobre el colesterol LDL han mostrado variabilidad.
Además, este tipo de dieta podría tener un impacto positivo en la enfermedad hepática esteatósica asociada a la disfunción metabólica (MASLD). Sin embargo, hasta ahora, las investigaciones enfrentaban limitaciones como la adherencia inconsistente y factores de confusión como la pérdida de peso o el ejercicio.
Para abordar estas limitaciones, se llevaron a cabo dos ensayos controlados aleatorios (ECA) en el Hospital Universitario de Copenhague Bispebjerg. El primer estudio, denominado Iso, evaluó los efectos de la dieta CRHP frente a una dieta convencional para diabetes (CD) en 30 participantes con peso estable.
Por otro lado, el estudio Hypo incluyó a 72 participantes con el objetivo de lograr una pérdida de peso del 6%. Ambos estudios se diseñaron cuidadosamente para garantizar resultados sólidos, con estrictos criterios de elegibilidad y comidas preparadas por el personal de investigación.
La dieta CRHP consistió en un 30% de carbohidratos, 30% de proteínas y 40% de grasas, mientras que la dieta CD seguía una composición de 50% de carbohidratos, 17% de proteínas y 33% de grasas. Los participantes recibieron alimentos premeditados para asegurar la adherencia y se les pidió mantener sus niveles habituales de actividad física.
Las muestras de sangre y las mediciones de triglicéridos intrahepáticos (IHTG) se analizaron al inicio y al final del período de intervención para evaluar el impacto de las dietas.
Pérdida de peso
En el estudio Iso, donde el peso corporal se mantuvo constante, la dieta CRHP mostró mejoras significativas en los perfiles lipídicos en comparación con la dieta CD. Estas mejoras incluyeron reducciones en subfracciones aterogénicas de lipoproteínas ricas en TAG (TRL) y partículas LDL5 pequeñas y densas, así como un aumento en la proporción de HDL2 frente a HDL3.
Estos cambios representaron un perfil lipídico menos aterogénico. En el estudio Hypo, donde ambos grupos lograron una pérdida de peso similar, la dieta CRHP demostró beneficios adicionales, como una reducción más significativa en el IHTG y mayores mejoras en el colesterol HDL y los niveles de HbA1c.
La correlación entre las reducciones de grasa hepática y los perfiles lipídicos fue particularmente notable. En ambos estudios, los cambios en los IHTG se asociaron con mejoras en parámetros como TAG, TRL, LDL5 y la relación HDL2/HDL3. Este hallazgo sugiere que la disminución de grasa hepática desempeña un papel crucial en los beneficios observados con la dieta CRHP.
Además de estos avances, la dieta CRHP también mostró una reducción en marcadores aterogénicos clave, como el colesterol no-HDL y la apolipoproteína B, durante el mantenimiento del peso.
Estos efectos ateroprotectores adicionales destacan el potencial de la dieta CRHP como una intervención dietética dirigida no solo a la dislipidemia, sino también a la disfunción metabólica en general.
Los investigadores concluyeron que, aunque la pérdida de peso sigue siendo una estrategia importante para mejorar los perfiles metabólicos en la diabetes tipo 2, la dieta CRHP ofrece beneficios superiores que no dependen exclusivamente del control del peso.
Estos hallazgos refuerzan la idea de que una dieta más rica en proteínas y grasas, combinada con una menor ingesta de carbohidratos, podría ser clave para una gestión más efectiva y personalizada de la diabetes tipo 2 y sus complicaciones metabólicas.
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