Inmigrantes en EEUU, sin derecho a ser de derecha
No podemos apoyar ese sistema que a nosotros mismos nos obligó a abandonar nuestra tierra y nuestras familias
La mayoría de los inmigrantes latinos en Estados Unidos fuimos expulsados de nuestros países, en gran medida, por la falta de oportunidades de empleo causada por los gobiernos autoritarios, cómplices al corporativo internacional, vendepatrias o títeres de la derecha estadounidense. Los resultados que siempre nos aportaron esos gobiernos entreguistas siempre fueron los mismos: acumulación de la riqueza en pocas manos, y multiplicación de la pobreza. En gran medida toda esta deplorable realidad causada por la habilidad otorgada por estos nefastos gobiernos de derecha a las corporaciones extranjeras para apoderándose de los recursos de nuestros países.
Por otro lado, también tenemos a los países a los que la derecha no ha podido doblegar del todo, o lo ha hecho de forma parcial. No obstante, sigue utilizando las sanciones económicas para forzar a sus respectivos pueblos a levantarse contra sus gobiernos, ya sea en Venezuela, Cuba o Nicaragua.
A fin de cuentas, el objetivo principal se mantiene, control de los gobiernos y de los recursos naturales para sus corporaciones trasnacionales, claro, siempre sumando y contando con la descarada complicidad de la elite y de los medios masivos (radio, televisión y periódicos) de cada país para facilitar los cambios de régimen.
Pudo haber sido que EEUU apoyó o perpetró un golpe de Estado, apoyó a los partidos de derecha en todos sus matices incluyendo las consabidas aportaciones de armas y cuantiosas sumas de dinero para que bajo el comando de las elites de cualquier gobierno latinoamericano, incluyendo las dictaduras como las de Pinochet o Videla, o simplemente como sucedió en México, con represión y desaparición forzada, pero sin identificarse abiertamente como regímenes dictatoriales por lo que a lo más que pudimos llegar fue a que un escritor peruano, y de derecha, calificará el sistema de gobierno mexicano antes del 2018, como una dictadura perfecta.
No obstante, lo que si hicieron esos gobiernos mexicanos del PRI, el PAN y el PRD a un país tan rico como México, fue robar, permitir robar y entregar los recursos del país, mientras empobrecían al trabajador mexicano a un nivel tan bajo que ningún país en el continente americano, ni siquiera en los más pequeños, como El Salvador, el poder adquisitivo del trabajador estaba tan debilitado como el del mexicano.
Si, desafortunadamente con el ofrecimiento de la mano de obra barata a los Estados Unidos y Canadá, estos partidos, que fungen como oposición política ahora, hicieron del país una nación de trabajadores sin derechos, con salarios de miseria, en medio de una guerra contra el narco que por décadas, el que no emigraba por cuestiones económicas, lo hacía por cuestiones de violencia.
Fueron décadas en las que se vivió un infierno, donde no era raro encontrar cuerpos colgados de un puente, en una bolsa de plástico o mutilados en una carretera. Y si tenías la suerte de tener un poquito más que la mayoría, que te permitiera establecer un negocio, la extorsión y el secuestro se hacían presentes. Fueron décadas de terror para el pueblo mexicano donde miles fueron asesinados, desaparecidos y si bien te iba, podías irte de inmigrante con el riesgo de perder la vida en la frontera o de terminar en una cárcel migratoria en Estados Unidos.
Ese fue el panorama que nos tocó vivir a millones de mexicanos que si logramos llegar a Estados Unidos, y sin recibir nada gratis, con nuestro trabajo pudimos salir adelante, haciendo más rico a este país con nuestra mano de obra barata, pero viviendo en una realidad donde por muy bajos que fueran los salarios, eran suficiente para vivir y poder enviar un poco a nuestros familiares en México.
Desafortunadamente ese sistema de fuerzas que obligó a emigrar a millones de trabajadores, continúa y sigue generando en algunos países dolor, pobreza y violencia, obligando a miles de personas a continuar abandonando su país. Es por eso que no podemos apoyar ese sistema que a nosotros mismos nos obligó a abandonar nuestra tierra y nuestras familias. Apoyar las derechas latinoamericanas, respaldadas por el sistema estadounidense, es apoyar al mismo sistema que nos obligó a nosotros a arriesgarlo todo.
No importa de qué país de Latinoamérica hayas llegado, puede ser Colombia, Argentina, Chile, Honduras, Guatemala, Haití, El Salvador o México. Todos somos víctimas del neoliberalismo, en sus diferentes formas, de ese régimen que lo único que busca es privatizarlo todo para el beneficio de algunos cuantos, mientras mantiene a sus pueblos con lo mínimo para alimentarse y vulnerables a cualquier tipo de violencia.
Te exhorto a que si ya vives en Estados Unidos, lejos de apoyar golpes de Estado o cambios de régimen apoyados por el sistema estadounidense (demócrata o republicano, ambos se parecen cada vez más), como ahora sucede con Venezuela, mejor lucha, protesta y manifiéstate para evitar el intervencionismo estadounidense en América Latina, de lo contrario, la muerte y el dolor que con lleva ser inmigrante seguirá fluyendo.
Apoyar a los movimientos de la derecha política, es apoyar a los gobiernos y sistemas que nos obligaron a la gran mayoría de nosotros a abandonar nuestros respectivos países. No caigamos en ese juego macabro que con la falsa bandera de llevar libertad y democracia a cualquier de nuestros países de Latinoamérica solo nos garantiza miseria y sufrimiento.
Muy en especial, si eres inmigrante, considera unirte al movimiento en el que se busca un mundo mejor para todos, porque aunque vivamos y trabajemos en Estados Unidos, eso no nos da el derecho a ser de derecha.
Juan José Gutiérrez, director ejecutivo de la Coalición Derechos Plenos para los Inmigrantes.