Aumentan las cantidades de microplásticos halladas post mortem en el cerebro

Los cerebros humanos contienen más microplásticos que hace una década, según estudio. La acumulación podría estar vinculada con enfermedades neurodegenerativas

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Crédito: Andrzej Rostek | Shutterstock

Las partículas de plástico están invadiendo nuestros órganos y, según un nuevo estudio, su presencia en el cerebro humano ha aumentado en la última década. Investigadores liderados por Alexander Nihart, científico de la Universidad de Nuevo México, analizaron muestras de tejidos post mortem y descubrieron que los cerebros contenían niveles mucho más altos de microplásticos en comparación con análisis previos realizados hace casi diez años. Este hallazgo no solo confirma la acumulación progresiva de estos residuos petroquímicos en el cuerpo humano, sino que también plantea preocupaciones sobre sus efectos en la salud.

Desde la década de 1950, la producción mundial de plástico ha alcanzado cifras exorbitantes, superando los 9 mil millones de toneladas métricas hasta 2019. La mayoría de estos plásticos terminan descomponiéndose en partículas diminutas que se esparcen por todo el planeta, infiltrándose en el aire, el agua y los alimentos. Ahora, estas partículas también han sido halladas en los órganos vitales de los seres humanos. Nihart y su equipo examinaron muestras de cerebros, hígados y riñones de 52 cuerpos autopsiados en 2016 y 2024, y cada una de ellas contenía microplásticos. Sin embargo, la mayor sorpresa fue la concentración extremadamente alta en el tejido cerebral, que resultó ser hasta 30 veces mayor que en los riñones y el hígado.

La barrera hematoencefálica, que protege al cerebro de sustancias tóxicas, no ha sido suficiente para detener la invasión de estos contaminantes. Si bien se sabe que el hígado y los riñones están expuestos a múltiples sustancias dañinas debido a su función de filtrado, la presencia de grandes cantidades de microplásticos en el cerebro sugiere que estas partículas han encontrado mecanismos para atravesar sus defensas naturales. Los investigadores compararon estos datos con muestras cerebrales de entre 1997 y 2013 y encontraron un aumento constante en la cantidad de microplásticos a lo largo del tiempo, lo que coincide con el crecimiento exponencial de la contaminación plástica en el medio ambiente.

Uno de los hallazgos más inquietantes del estudio fue la correlación entre la acumulación de microplásticos en el cerebro y la presencia de demencia en los sujetos analizados. Las muestras de personas con diagnóstico de esta enfermedad contenían niveles aún más altos de partículas plásticas. Aunque no se puede afirmar que los microplásticos causen deterioro cognitivo, los científicos plantean la hipótesis de que la atrofia del cerebro y el debilitamiento de la barrera hematoencefálica en pacientes con demencia podrían facilitar una mayor acumulación de estas partículas. Sin embargo, se necesitan más estudios para determinar si existe una relación causal entre la exposición a microplásticos y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.

Los efectos a largo plazo de la acumulación de estos contaminantes en el cuerpo humano aún no están del todo claros, pero investigaciones previas ya han vinculado los microplásticos con problemas de salud. Un estudio reciente, aún no publicado, ha sugerido que la presencia de estas partículas en la placenta podría estar relacionada con nacimientos prematuros. Otro estudio ha mostrado que los microplásticos pueden obstruir los vasos sanguíneos en cerebros de ratones, mientras que la exposición a ciertos aditivos plásticos ha sido asociada con millones de muertes por enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

Ante estos hallazgos, Nihart y su equipo se suman a la creciente comunidad científica que exige investigaciones urgentes sobre los efectos de los microplásticos en la salud humana. Mientras tanto, la producción de plástico sigue aumentando sin freno. Expertos advierten que para 2040, los plásticos podrían representar hasta el 95% del crecimiento neto de la demanda mundial de petróleo, lo que significa que la contaminación por microplásticos continuará empeorando en los próximos años.

A medida que estos contaminantes siguen acumulándose en nuestros cuerpos, la pregunta sigue sin respuesta: ¿qué impacto tendrán en nuestra salud a largo plazo? Por ahora, lo único cierto es que cada vez más plásticos terminan en el interior de nuestros órganos, y sus posibles consecuencias aún están por descubrirse.

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