Revistas académicas de salud se oponen a los cambios de Trump
Científicos resisten el bloqueo informativo de Trump y denuncian cambios en datos federales de salud, alertando sobre riesgos
La comunidad científica está reaccionando con creciente resistencia ante las restricciones impuestas por la administración Trump en el acceso a datos federales de salud y la modificación de información clave en sitios gubernamentales. La falta de claridad sobre los cambios introducidos en los informes de salud pública ha despertado preocupaciones sobre la integridad de los datos y la transparencia en la divulgación de información científica.
Desde hace décadas, los conjuntos de datos de agencias como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han sido considerados la referencia en materia de salud pública. Sin embargo, recientes medidas de la administración Trump han generado incertidumbre sobre la veracidad de los reportes gubernamentales. Investigadores han denunciado que artículos científicos revisados por pares han sido retirados para eliminar menciones a temas relacionados con el género y la diversidad, mientras que bases de datos de salud pública han sido modificadas sin explicaciones claras.
Ante esta situación, el American Journal of Public Health anunció que someterá a una revisión rigurosa los estudios presentados por científicos gubernamentales o basados en datos federales. Georges Benjamin, editor de la revista y director ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Salud Pública, explicó que aunque los estándares de publicación no han cambiado, los proyectos financiados por el gobierno federal podrían enfrentar obstáculos adicionales en el proceso de revisión. Uno de los principales problemas identificados es la falta de datos demográficos clave, como información sobre género u orientación sexual, lo que puede afectar la validez de los hallazgos científicos.
La resistencia no se limita a las revistas científicas. La Asociación Estadounidense de Salud Pública ha llevado a los tribunales a la administración Trump por el intento de congelar fondos federales destinados a investigaciones en salud. Al mismo tiempo, otras revistas médicas de renombre, como The Lancet y el New England Journal of Medicine, han afirmado que no modificarán sus criterios de evaluación científica para ajustarse a los cambios promovidos por la Casa Blanca. The Lancet, en particular, ha subrayado que no retirará ni corregirá artículos publicados a menos que existan dudas sobre su integridad científica.
Los efectos de estas restricciones podrían tener un impacto significativo en la producción de conocimiento sobre la salud de poblaciones vulnerables, como las personas LGBTQ+. Benjamin advirtió que las nuevas políticas podrían reducir drásticamente la investigación en temas de diversidad y equidad en salud, afectando la toma de decisiones basada en evidencia.
Un precedente se encuentra en la drástica disminución de estudios sobre violencia armada después de que el Congreso aprobara en 1996 una ley que impedía al gobierno financiar investigaciones en ese ámbito. Según un informe de NPR, la producción científica sobre los efectos de las armas de fuego cayó en un 90% tras la entrada en vigor de esta restricción, hasta que fue revocada años después. Ahora, la comunidad científica teme que las políticas actuales tengan un efecto similar en el estudio de determinantes sociales de la salud y la equidad de género.
Mientras la administración Trump continúa implementando cambios en la divulgación de datos científicos, la comunidad médica y académica se mantiene alerta, exigiendo transparencia y defendiendo la integridad de la investigación en salud pública.
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