La píldora anticonceptiva y la salud mental: qué debemos saber
La píldora anticonceptiva genera debate sobre su impacto en la salud mental. Estudios sugieren una posible relación con la depresión

La cuestión central es si la píldora realmente afecta la salud mental de manera negativa y si podría estar vinculada con trastornos como la depresión y la ansiedad. Crédito: fongbeerredhot | Shutterstock
En los últimos años, la preocupación por los efectos secundarios de la píldora anticonceptiva ha crecido entre las mujeres jóvenes, generando un debate en redes sociales y en el ámbito científico.
Este fenómeno ha llevado a una disminución en el uso de los anticonceptivos orales en varios países, mientras que expertos buscan comprender el impacto real de estos fármacos en la salud mental.
Sarah E. Hill, investigadora en psicología evolutiva de la Universidad Cristiana de Texas, pasó más de una década tomando la píldora sin cuestionarlo. Sin embargo, cuando cambió de método anticonceptivo, experimentó una transformación inesperada.

“Mi vida se sentía más vibrante, como si hubiera pasado de una película en blanco y negro a una en colores”, recuerda Hill. Su experiencia la motivó a profundizar en la ciencia detrás de los anticonceptivos orales y escribir el libro How the Pill Changes Everything en 2019.
El escepticismo hacia la píldora ha crecido en plataformas digitales, donde etiquetas como #dejardelosanticonceptivos han acumulado millones de visitas. Paralelamente, las estadísticas muestran una caída en su uso: en Inglaterra, la prescripción de píldoras bajó del 39 % en 2020-2021 al 27 % en 2021-2022. En EE. UU., el porcentaje de usuarias descendió del 31 % en 2002 al 24 % entre 2017 y 2019. Canadá y Australia también registraron disminuciones significativas.
Si bien la preocupación por los efectos secundarios es legítima, la desinformación en redes sociales ha complicado el panorama. Algunos influencers, sin formación médica, han promovido el abandono total de los anticonceptivos, lo que, según expertos, podría estar contribuyendo al aumento de abortos en el Reino Unido.
Desde su introducción en 1960, la píldora fue vista como una revolución para la autonomía femenina. Actualmente, alrededor de 150 millones de mujeres la utilizan en el mundo, con una tasa de eficacia del 99 % cuando se usa correctamente.
Existen dos tipos principales: la píldora combinada, con estrógeno y progesterona sintéticos, y la minipíldora, que contiene solo progestágeno. Ambas previenen el embarazo al suprimir la ovulación y alterar el moco cervical.
El tema es hormonal y varía dependiendo de cada caso
El impacto de estas hormonas en el cerebro es un tema complejo. Johannes Bitzer, ginecólogo y psicoterapeuta del Hospital Universitario de Basilea, señala que algunas mujeres experimentan mejoras en su bienestar mental, mientras que otras reportan irritabilidad y ansiedad.

Durante décadas, los efectos psicológicos de la píldora no fueron considerados una prioridad en la formación médica. “Históricamente, se hablaba más de trombosis, cáncer y aumento de peso, dejando de lado la salud mental”, explica Bitzer.
El interés por este aspecto aumentó en 2016, cuando investigadores daneses analizaron datos de salud de más de un millón de mujeres y hallaron que aquellas que comenzaban a tomar la píldora combinada tenían un 70 % más de probabilidades de recibir una receta de antidepresivos en los seis meses siguientes.
Para quienes usaban la minipíldora, el riesgo era del 80 %. Un estudio similar en 2023, basado en los historiales de 250.000 mujeres en el Biobanco del Reino Unido, encontró que las usuarias de anticonceptivos tenían un 71 % más de probabilidades de estar deprimidas tras dos años de uso.
Sin embargo, estos estudios son de cohorte, es decir, pueden identificar correlaciones pero no establecer causalidad. Otros factores, como predisposición genética o entornos estresantes, podrían influir en los resultados.
De hecho, una revisión de 26 estudios de la Universidad Estatal de Ohio concluyó que el vínculo entre los anticonceptivos y la depresión era mínimo. Además, ensayos clínicos en Suecia con más de 500 mujeres no encontraron pruebas de que la píldora combinada empeorara el estado de ánimo.
En definitiva, aunque algunas mujeres experimentan efectos adversos en su salud mental al tomar la píldora, no hay consenso absoluto en la comunidad científica. La decisión de usar anticonceptivos orales debe basarse en información confiable y en una evaluación médica individualizada, evitando tanto la desinformación como el alarmismo infundado.
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