Crisis en Mercedes-Benz: desplome de ventas y recortes
Mercedes-Benz enfrenta uno de sus momentos más críticos en años con una caída del 30% en sus beneficios y un desplome del 23% en sus ventas de coches eléctricos
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Logo de Mercedes-Benz. Crédito: Mercedes-Benz. Crédito: Cortesía
El icónico fabricante de automóviles de lujo, Mercedes-Benz, enfrenta una crisis sin precedentes que ha obligado a la empresa a tomar medidas drásticas para evitar un impacto aún mayor en su rentabilidad.
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Con una disminución del 30% en sus beneficios y un preocupante descenso del 23% en la venta de sus vehículos eléctricos, la automotriz alemana se ve obligada a ajustar su estrategia y reducir costos de manera significativa.
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La situación de Mercedes-Benz no es un caso aislado dentro del sector automotriz, pero sí resalta por su magnitud.
Los problemas de la compañía se deben, en parte, a una menor demanda de sus modelos en mercados clave como China y Europa, donde las ventas han caído considerablemente. Además, la incertidumbre económica global y la competencia creciente de fabricantes chinos han intensificado la presión sobre la marca alemana.
Recortes y estrategias para mitigar las pérdidas
Ante este panorama, Mercedes-Benz ha anunciado un agresivo plan de reducción de costos que incluye un recorte del 10% en gastos de producción hasta 2027.
También, la compañía trabajará de cerca con sus proveedores para disminuir el costo de los materiales utilizados en la fabricación de sus vehículos, una estrategia que busca aliviar la presión sobre sus finanzas y mejorar su margen de beneficio.
El ajuste también afecta directamente a su personal y a la estructura de la empresa. Según fuentes cercanas, Mercedes-Benz podría considerar recortes en su plantilla y una reorganización interna para optimizar sus operaciones.
El desplome en la venta de coches eléctricos
Uno de los aspectos más alarmantes de la crisis de Mercedes-Benz es la caída en la venta de sus vehículos eléctricos.
La compañía había apostado fuertemente por la electrificación de su flota, invirtiendo miles de millones de euros en tecnología y fabricación de nuevos modelos. Sin embargo, los resultados han estado muy por debajo de lo esperado.
Durante el 2024, las ventas de coches eléctricos de Mercedes-Benz disminuyeron en un 23%, evidenciando una desaceleración en la adopción de estos vehículos por parte de los consumidores.
Este desplome ha generado dudas sobre la viabilidad de la estrategia de electrificación de la empresa y podría llevar a un replanteamiento de su enfoque en los próximos años.
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China y Europa: los mercados más afectados
La caída de la demanda en mercados clave ha sido otro de los factores determinantes en la crisis de Mercedes-Benz. En China, su mercado más grande, las ventas cayeron un 7% en 2024, una cifra preocupante considerando que el país asiático representa más del 30% de sus ventas globales.
En Europa, el panorama también es desalentador, con una reducción del 3% en las matriculaciones y un desplome del 9% en Alemania, su mercado local.
Esta situación refleja el desafío que enfrenta la marca para mantener su atractivo en mercados altamente competitivos y con consumidores cada vez más exigentes.
Los aranceles de EE.UU.: una amenaza adicional
A los problemas financieros y de ventas se suma una nueva amenaza: la posible imposición de aranceles del 25% a las importaciones desde la Unión Europea por parte del gobierno de Estados Unidos.
De concretarse esta medida, el impacto en Mercedes-Benz podría ser significativo, dado que el país norteamericano es uno de sus principales mercados.
Aunque la compañía cuenta con una planta de producción en Alabama, donde ensambla modelos como el GLE y el GLS, una parte de sus vehículos sigue siendo importada desde Europa. Estos nuevos aranceles podrían encarecer sus productos y reducir su competitividad en el mercado estadounidense.
¿Qué sigue para Mercedes-Benz?
Pese a la crisis, Mercedes-Benz confía en que la situación pueda mejorar en los próximos años con el lanzamiento de nuevos modelos y la renovación de su línea de productos.
La empresa tiene previsto un restyling del icónico Mercedes-Benz Clase S para 2026, lo que podría impulsar la demanda y mejorar sus cifras de ventas.
No obstante, la compañía enfrenta un desafío considerable: mantener su posición de liderazgo en un mercado que está cambiando rápidamente y donde la competencia es cada vez más feroz.
La clave estará en su capacidad para adaptarse a las nuevas tendencias, optimizar sus costos y recuperar la confianza de los consumidores.
Mercedes-Benz atraviesa uno de los períodos más complejos de su historia reciente. Con una caída pronunciada en beneficios y ventas, especialmente en el segmento eléctrico, la automotriz alemana se ve obligada a implementar medidas drásticas para sostener su rentabilidad.
La próxima década será crucial para definir el futuro de la marca y su capacidad de mantenerse a la vanguardia en un sector en constante evolución.
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