Ronda Política: Ricardo Lara, un comisionado muy viajero
Los viajes por todo el mundo emprendidos por el comisionado de seguros a costillas de los contribuyentes, generan críticas

Ricardo Lara, comisionado de seguros de California. (Photo by Aurelia Ventura/La Opinion) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinion
¡Vaya! ¡Vaya! nuestro comisionado de seguros en California, el exsenador Ricardo Lara salió un verdadero trotamundos. El problema es que sus periplos por los siete continentes, supuestamente relacionados con su trabajo, los ha hecho mayormente a costillas de los sufridos pagadores de impuestos de California.
Los registros públicos dados a conocer a través de una investigación de la cadena de televisión ABC muestran que el comisionado ha estado en Costa Rica, Irlanda, Chile, Colombia, Canadá, Francia, Egipto, Sudáfrica, Singapur, Japón, Emiratos Árabes y más recientemente en el Caribe, específicamente este mes en las Bermudas, a donde – dijo -viajó para hablar directamente con los directivos de las aseguradoras.
Tal parece que Lara ha aprovechado su cargo de comisionado para avanzar en su lista de deseos de los países que quiere conocer.
En total, ha emprendido 46 viajes por todo el mundo.
La indagatoria de la ABC, compara los gastos de viajes entre el comisionado de seguros de Illinois, quien se gastó en 2022, $690.64; mientras que nuestro aventurero comisionado le costó a los contribuyentes $33,336 en recorridos nacionales e internacionales durante los primeros seis meses en el cargo.
Vaya que tiene un tren viajero muy alto, que echará mucho de menos, cuando entregue el año que entra.
Hay que precisar que algunos de los viajes, han sido cubiertos por fuentes desconocidas.
Cuando la ABC preguntó a la oficina de Lara sobre el propósito de sus travesías, sus comunicadores le dieron vuelta al asunto, diciendo que “el Comisionado de Seguros, Ricardo Lara, es reconocido como un líder mundial en abordar el impacto del cambio climático en los mercados de seguros… Nuestro objetivo es la transparencia”.
Al tiempo que ha viajado por el orbe, la crisis de los seguros ha empeorado en el estado y él ha estado ausente de las reuniones de seguros que son clave, como la primera de este año, celebrada en marzo, donde se trató el tema de los incendios.
Así las cosas, el futuro político del angelino no se anticipa prometedor, pero lo paseado quien se lo quita.
A partir del 2026, nuestro comisionado tendrá mucho tiempo para peregrinar por el mundo, solo que esta vez le tocará pagar de su bolsillo.
Espada de dos filos
El presidente del Concejo de Los Ángeles, Marqueece Harris-Dawson presentó una propuesta para limitar la participación de personajes en las juntas de Cabildo que usan palabras ofensivas e insultos raciales.
La presencia constante de figuras, que se burlan de los concejales en plena cara, los insultan y hasta se meten con su apariencia física y su género, no es nueva.
La propuesta de Harris-Dawson puede ser bien intencionada, pero en tiempos de crisis fiscal, no es el momento para frenar la libre expresión, porque llevará a demandas que le saldrán muy caras a los contribuyentes.
En 2014, la Ciudad pagó $215,000 para cerrar una demanda contra la libre expresión entablada por un afroamericano a quien expulsaron de una junta de Cabildo por llevar una capucha del Ku Klux Klan y una camiseta con la palabra N.
Lo mejor que puede hacer Harris-Dawson es aplicar las reglas que ya existen contra quienes se pasan de la raya en el Cabildo; y olvidarse de una moción que solo le costará dinero a los contribuyentes, dólares que deben emplearse para al menos evitar despidos.
Uno de los argumentos de Harris-Dawson es que los discursos ofensivos desaniman a la gente a participar; pero se contradice porque él mismo ha reducido las oportunidades como cuando cerró la opción de opinar vía remota por teléfono; y al limitar el tiempo para que la gente hable.
Su posición contra el lenguaje de odio no ha sido consistente. No hace mucho, cuando era ya concejal, nunca se le oyó oponerse públicamente al feroz linchamiento verbal que estaban usando algunos miembros del público contra algunos de sus compañeros concejales. Tal vez porque no eran sus aliados.
Lo que verdaderamente desanima la participación pública, son los casos de corrupción de los concejales y su falta de acción hacia temas urgentes.
Los deslenguados son una minoría a la que no se le debería poner tanta atención.