Fernando Velasco: ‘La magia me lo ha dado todo’
Al emigrar de México a Los Ángeles a los 11 años, descubre en la magia, el vehículo para alcanzar su sueño; lo puedes ver en Long Beach en mayo

Fernando Velasco, el mago mexicano que es parte de Champions of Magic. Crédito: Champions of Magic | Cortesía
Desde niño, mientras crecía en El Grullo, un pueblo en el estado mexicano de Jalisco, a Fernando Velasco le gustaba entretener a la gente y contar chistes, pero no fue hasta que emigró a Los Ángeles que encontró su pasión en la magia. Hoy es uno de los mejores magos del mundo.
“Cuando mi papá que ha sido mesero por muchos años del Magic Castle, un club privado de la Academia de Artes Mágicas en Hollywood, nos invitó a desayunar y a mirar los shows de magos, el insecto de la magia me mordió de manera instantánea”, narra emocionado Fernando.
“A través de la magia, encontré el vehículo que andaba buscando para entretener a la gente”.
Ya desde que vivía en El Grullo, su papá le llevaba DVDs del Magic Castle que Fernando miraba con curiosidad, imaginando cómo sería ese castillo que reunía los mejores magos del mundo.
Cuando a los 11 años, vino a Los Ángeles y pudo ver un show de magia en vivo, quedó encantado.
“Como mi papá conocía muchos magos, le empezaron a decir que llevara al niño. ‘Nosotros le enseñamos magia’, le decían”.

Así fue como a los pocos meses de llegar a Los Ángeles, empezó a hacer sus primeros actos de ilusionismo.
“Me hice muy bueno rápidamente. La magia despertó en mí un hambre por querer ser mejor y aprender cada día más para llegar a los escenarios”.
A los 14 años, se convirtió en uno de los magos más jóvenes al debutar en el Magic Castle.
“No fue fácil. Me rechazaron tres veces, pero cuando lo conseguí, pasé a formar parte del Magic Castle Junior Society, un club muy exclusivo de magos jóvenes, de entre los cuales fui seleccionado para los Future Stars of Magic y debuté en 2012”.
Fernando dice que se sintió soñado cuando le tocó abrir el show principal con el mismo acto de palomas con el que audicionó.
“Era un acto de palomas con sedas, pelotas y globos, en el que aparecían y desaparecían palomas”.
Recuerda con especial afecto al mago mexicano John Cann, quien le enseñó las técnicas para hacer aparecer palomas entre sábanas.
“Me enseñó las primeras herramientas, y yo las tejí para crear mi propia magia y construir cosas increíbles”.
El acto de las palomas lo catapultó a una liga diferente, donde llegaron otros mentores.

Uno de sus grandes maestros fue Chuck Jones, un legendario ilusionista que debe andar en sus 80 años; en tanto, el mago Gary Peterson, fue además de su mentor, su productor.
“Me dio acceso a ilusiones que no hubiera podido comprar, y a sus bailarinas y coreógrafos”; otros magos venían y me ayudaban con sus secretos”.
Cuenta que a sus papás les gustaba mucho lo que estaba haciendo, pero siempre quisieron que fuera a la escuela porque como que no le veían mucho futuro a la magia.
“Cuando terminé la preparatoria (high school) quería ir al colegio, pero en cuanto salí, se me dio la oportunidad de ir de gira a Nueva Zelanda. Mi mamá no estaba muy segura de dejarme ir. Una tía le dijo que esas oportunidades no se dan a todos, y me dieron el permiso”.
Esa gira de dos meses y medio – dice – le ayudó a desarrollarse mejor en el escenario y aprender cómo era el show detrás del escenario.
“Yo era asistente de Chuck y me daba 15 minutos para hacer mi acto”.
La idea de asistir a la universidad la hizo a un lado cuando lo invitaron a ser parte del show Champions of Magic, que en esta temporada lleva por nombre Chasing the Unbelievable (En busca de lo Increíble)
“Tengo desde 2018 con ellos. Somos cuatro magos de los mejores del mundo. Soy el único latino, y me enorgullece mucho porque a nivel mundial, hay muy pocos magos latinos”.
Fernando reconoce sentirse feliz de estar viviendo su más grande deseo de entretener en grandes escenarios.
“Siento que he cumplido mis sueños. He estado en grandes escenarios de Estados Unidos, Canadá y Europa. En Toronto, estuvimos ante 56,000 personas; y una vez que fui a ver a Marc Anthony al Microsoft Theater en Los Ángeles, pensé que sería imposible para mí estar ahí un día, pero dos años después estaba en ese escenario con tres espectáculos”.

Por todo estos logros, se siente agradecido y afortunado.
“Mis papás Oscar y Rosario están muy orgullosos. Me siento muy apoyado por ellos”.
A su madre – dice – le debe todo; y Oscar, a quien considera su verdadero padre, también lo quiere mucho.
“Ella era una madre soltera en El Grullo, al casarse con mi papá que ya vivía en Los Ángeles y trabajaba en el Magic Castle, pudimos emigrar, y al encontrar la magia, se me prendió el foco, para hacerlo mi vehículo para entretener y ponerle mi propio toque latino”.
Al descubrir el ilusionismo, dice que se le abrió un camino abierto sin límites para explorar y crecer.
¿Qué se necesita ser mago?
Se requiere mucha práctica, muchas horas en el escenario, colmillo y pensar rápido. “Tienes que maniobrar para sorprender”.
Y cuando iba a la escuela practicaba todos los días, de dos a tres horas.
“Me perdí las fiestas de mi juventud con mis amigos. Pero en la prepa, yo ya tenía un show de hora y media, y tenía que practicar mucho, además jugaba fútbol; y entre el teatro, la escuela y el fútbol, no me quedaba tiempo”.
El escapismo es parte de los retos que ha enfrentado en el mundo de la magia.
“He tenido que meterme a un tanque de agua esposado para hacer la celda de la tortura de Houdini. Si algo sale mal en el tanque de agua, es mi vida la que está en juego, y la vida es frágil”.

Relata que cuando hizo ese acto en el Teatro Microsoft, su madre que estaba entre los asistentes, se puso a temblar y las manos le sudaban de los nervios.
“Le tuve que explicar de todas las medidas de seguridad para que se sintiera un poco mejor”.
Su nuevo sueño – dice – es regresar a México para llevar su magia.
“Quiero hacer una gira por todo México y decirles ya llegué”.
Y al hacer un recuento de lo que la magia le ha dejado, dice que le ha dado todo. Le ha dado para vivir y lo ha llevado por el mundo.
“Un día que estaba frente de las Cataratas del Niágara, dije, ‘me están pagando por estar aquí’; y lo mismo, cuando el año pasado fui a grabar un programa de magia a Roma, al estar admirando el Coliseo, pensé que gracias a la magia, yo estaba ahí”.
Pero además le quiere decir a los niños que todos tenemos un regalo dentro de nosotros, y la meta es compartirlo.
“Todo es posible, rompamos fronteras, nada nos puede detener; a veces, esos límites, solo están en nuestra cabeza. Soy hijo de una mama soltera, que no teníamos absolutamente nada viviendo en un pueblito de México, ahora honestamente a mis 27 años, estoy entre los mejores magos del mundo. Todo se puede”.
Champions of Magic
Fernando invitó a todos a no perderse la temporada de este año porque es un show completamente familiar y divertido que tiene un poco de magia para todos.
“Desde grandes escapes, shows interactivos, pirotecnia, yo hago volar a un niño en el escenario; otro compañero desaparece es un niño. Qué les puede decir. Es el show de magia más grande de Norteamérica”.
Estarán el 29 y 30 de abril en el Fox Theater de Riverside; y el 1 y 2 de mayo en Terrace Theater de Long Beach.
“Campeones de la Magia: En busca de lo Increíble” presenta a los principales magos e ilusionistas de Estados Unidos, Reino Unido y México que han cautivado al público de todo el mundo y traen una combinación única de magia, creatividad y maestría que promete dejar al público hechizado.
Para entradas, fechas de la gira y más información, visita Championsofmagic.co.uk.