Vía Crucis en LA relata la dura realidad de los inmigrantes
Familias inmigrantes dramatizan su realidad con las políticas de Trump frente al edificio federal de Los Ángeles al recordar la Pasión y Muerte de Jesucristo

Feligreses latinos dramatizan la Pasión de Cristo en Los Ángeles. Crédito: Fotos: Jorge Luis Macías | Impremedia
El llanto del niño Tadeo Martínez, de su hermana Riana y de Ana Carrasco, su madre, quienes fueron arrestados por “agentes de inmigración”, quienes posteriormente los encerraron en un “centro de detención” fueron las partes más dramáticas del “Vía Crucis Viviente. Cristo Migrante”, que interpretaron unos 30 feligreses de la Iglesia Nuestra Señora de Los Ángeles, en la Placita Olvera.
“Me llevó la migra. Me metió a la cárcel y me querían enviar a México”, dijo el pequeño Tadeo, de ocho años, sobre el papel que le tocó desempeñar en la representación de creada por Gerardo Villalobos, coordinador de Servicios Sociales de la Iglesia la Placita y director de la obra.
Tadeo, estudiante de segundo grado en la primaria Chase Elementary de Panorama City y conoce los traumas que han provocado las deportaciones masivas que prometió Trump y expresa su miedo, sin saber que a él nada le pasará porque es ciudadano estadounidense.

“Yo sí tengo miedo, porque no quiero ir a la cárcel ni que me manden a México. Yo no quiero que saquen a nadie. No somos malos”, declaró.
Después de leer el Evangelio de san Mateo 26,4730: “Estaba todavía hablando, cuando llegó Judas, uno de los Doce. Iba acompañado por los jefes de los sacerdotes y por las autoridades judías. El traidor les había dado una señal: “Al que yo de un beso, ese es; arréstenlo”.
Juan Venancio, un inmigrante poblano de 36 años, quien personificó a Jesucristo fue apresado por los soldados romanos, y junto con él, en la dramatización, agentes de ICE, con engaños y sin orden judicial, allanaron un hogar de migrantes, donde había ocho personas. Algo similar a la vida diaria del presente.
Pateando la puerta, golpeándola y abriéndola a la fuerza, los “agentes de ICE” allanaron la casa, esposaron y arrestaron a las personas, quienes muestran dolor y horror en sus rostros. El trato cruel los hizo llorar.
Otra de las personas “arrestadas” fue Juanita Landeros, una feligresa de la Placita Olvera, de 86 años.
“Fue una cosa muy fuerte. Me duele en el alma que en este país no nos dejen estar. Ninguno de nosotros venimos a hacerle mal a nadie”, manifestó la mujer en medio del llanto. “Yo solo pido que no sean tan injustos ni inhumanos”.

Al concluir la Séptima Estación, la señora María Estela Cano leyó una oración: “Dios Padre de la libertad, te pedimos por todos los migrantes que están detenidos injustamente como si fueran criminales, debido a su situación migratoria, y a nosotros concédenos el don de ayudarlos sin temor a ellos y a sus familias”.
¿Deportaciones a la baja?
Según muestran nuevos datos de Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC), al 1 de abril, las expulsiones de inmigrantes siguen disminuyendo bajo el gobierno de Trump.
Desde el 26 de febrero al 8 de marzo, la administración Trump ha deportado a 27,772 inmigrantes, a un promedio de 661 personas por día. Por el contrario, el gobierno del expresidente demócrata, Joe Biden deportaba a 773 individuos a diario. En 2024 repatrió a 271,484 personas.
Sin embargo, al 23 de marzo, ICE tenía bajo su custodia a 47,892 personas.
Aniceto “Cheto” Polanco, diputado federal migrante, quien personificó a uno de los agentes de ICE reflexionó que, además del impacto de la actuación de todos los católicos frente al edificio de la corte federal “es la realidad que vivimos día a día los inmigrantes”.

“Aunque a mí me tocó un papel de los personajes más odiados, el mensaje a nuestra comunidad es que hay que seguir luchando por nuestros derechos; solamente ha perdido el que deja de luchar y tenemos que hacerlo hasta conseguir una reforma migratoria justa y generosa para más de 11 millones de personas”.
El padre Arturo Corral, párroco de la iglesia de la Placita Olvera bendijo a todos los participantes del Vía Crucis Viviente. Cristo Migrante”, y los invitó a dar lo mejor de sí mismos.
“Todos tienen mucha devoción y con mucha fe, han hecho todo para la gloria de Dios y en especial para redención de cada uno de nosotros”, dijo el sacerdote. “Esta reflexión del Vía Crucis ha sido un gesto de solidaridad con todos los emigrantes, porque están en un tiempo de sufrimiento, en medio de la incertidumbre y llenos de miedo”, añadió.
“Nosotros les decimos que Dios está con nosotros y quien está con Él, no debe sentir miedo porque nos va a proteger, y esta pasión de Cristo nos va a ayudar a tener valor, a defender nuestros derechos y hablar; a sentir que no estamos solos y a tener esperanza…El pueblo de Israel duro 400 años siendo esclavo en Egipto y Dios lo libero, porque hubo gente valiente y lideres que se organizaron para hacer posible su libertad”.
Para la administración Trump, dijo que su mensaje sería: “Hay que ser solidario con el que sufre, con el sufrimiento de los migrantes, valorar la lucha y el amor que tienen porque este país también salga adelante”.
Entre los cientos de personas que presenciaron la dramatización, portaron cartelones con las imágenes de los lideres de los derechos civiles, Martin Luther King, César Chávez y del expresidente republicano Ronald Reagan quien concedió la amnistía de 1986 para millones de indocumentados.


Por su parte, Martha Tragodara, de Lima, Perú sostenía un cartelón que decía: “Denme la oportunidad de vender mi casa antes de irme”.
“Si. Tengo miedo y un terrible dolor por los inmigrantes que están sufriendo persecución”, compartió la mujer, quien trabaja como enfermera en un hospital.
“Y me uno al dolor de las madres y de las familias y al de la Virgen María y San José que también fueron inmigrantes en Egipto cuando Herodes quería matar a su hijo Jesús”.
‘Abuso y represión’
Juan José Gutiérrez, activista defensor de los inmigrantes, quien actuó como Dimas, “el buen ladrón” que según los evangelios también fue crucificado y Jesús le dijo que antes que acabara el día, estaría con él en el paraíso.
“Hemos experimentado el grado de abuso y de represión en contra de los trabajadores inmigrantes indocumentados y sus familias, en este año 2025 que apenas empieza”, dijo Gutiérrez.
“Caracterizamos la pasión de Cristo en el Viernes Santo, porque que tiene una importancia superlativa para los creyentes católicos y se encarnó su pasión en el sufrimiento colectivo de los trabajadores migrantes, indocumentados y sus familias para elevar nuestro clamor, por la reivindicación de sus derechos que, sabemos que a final de cuentas se resumen en una reforma migratoria con un camino a la ciudadanía”.

Los feligreses-actores hicieron el recorrido del Vía Crucis desde la Placita Olvera al sur de la calle Main hasta llegar al edificio del Ayuntamiento de Los Ángeles donde se realizó la “crucifixión” y muerte de Jesús, cuyo cuerpo le fue entregado a su madre, la Virgen María, un papel interpretado por Dafne Adriana García, una inmigrante de Guatemala.
“María nos enseñó y sufrió el dolor de la Pasión de Cristo”, dijo la señorita guatemalteca. “Hoy muchas madres también sufren por sus hijos. Todos tenemos que solidarizarnos con ellas, no solo hoy, sino siempre”.

Juan Venancio, en el papel de Cristo resumió que quedó impactado porque vio a los feligreses llorar y porque entendieron el mensaje del presente que viven los inmigrantes en Estados Unidos.
“Un día nos amenaza Trump y al otro día también”, declaró. “Tenemos que decirle a la gente que no tenga miedo; que tengan esperanzas porque las cosas van a mejorar. Y si no mejoran, pues hay que estar más unidos más que nunca y mantener la fe fuerte. Ya hemos pasado por esto hace cuatro años y son 4 años más, pero tenemos que estar unidos y hay que seguir adelante”.

Y, tras haber cumplido su misión como los pequeños actores que fueron “arrestados, encarcelados y deportados a México”, el pequeño Tadeo y su hermana Riana fueron premiados por Aniceto “Cheto” Polanco, con $20.00 dólares cada uno, “por haber llorado mucho”.
Con una sonrisa en su rostro, el niño reveló: “¡Me voy a comprar una hamburguesa!”.