La inesperada donación del papa Francisco antes de morir: donó una importante suma de dinero a una cárcel de menores
Días previos a su muerte, visitó a los reclusos de la cárcel de Regina Coeli, en Roma

Su estadía al frente de la Iglesia Católica estuvo marcada por gestos de bondad hacia los presos. Crédito: Jason DeCrow | AP
Las últimas acciones del papa Francisco antes de fallecer han reafirmado su cuidado y misericordia hacia los más vulnerables, gesto que estuvo presente repetidamente durante su pontificado estar especialmente cerca de su corazón, en un intento por brindar apoyo a cualquier minoría marginada.
Hasta sus últimos días, el papa Francisco sostuvo un firme compromiso con los más vulnerables, su trayectoria al frente de la Iglesia Católica estuvo marcada por gestos de compasión y la justicia social y así lo reivindicó con la última donación que hizo antes de morir.

Jorge Bergoglio, nombre real del papa Francisco, donó cerca de $230,000 a la fábrica de pastas del centro penitenciario para menores Casal del Marmo en Roma, para saldar una hipoteca que pesaba sobre el emprendimiento, facilitando la reducción de precios, el incremento de ventas y la creación de nuevas oportunidades laborales para los jóvenes internos.
“Le dije que teníamos una hipoteca considerable para esta fábrica y que, si lográbamos cubrirla, podríamos reducir el precio de la pasta, vender más y contratar a más jóvenes. Me respondió: ‘Casi me quedo sin dinero, pero aún tengo algo en mi cuenta’. Y me dio 200.000 euros“, relató Benoni Ambarus, encargado de asuntos caritativos de Roma en declaraciones a la prensa italiana.
Visita a centros penitenciarios
El compromiso de Francisco con la población carcelaria se manifestó no solo en gestos financieros, sino también en sus constantes visitas a centros penitenciarios, 4 días antes de su muerte, acudió a la cárcel de Regina Coeli en Roma, donde reafirmó su llamado a la atención y al respeto por los reclusos.

En diciembre pasado, con motivo del Jubileo, el papa marcó un hito histórico al abrir una Puerta Santa en la cárcel de Rebibbia, un acto sin precedentes que simbolizó su reconocimiento y cercanía con los presos. Durante la ceremonia, instó a todos a “abrir de par en par las puertas del corazón”, resaltando la necesidad de esperanza y renovación para quienes cumplen condena.
En sus más de 12 años al frente de la Iglesia Católica, el papa Francisco expresó su preocupación por la dignidad de los presos y en múltiples ocasiones, visitó cárceles y participó en rituales significativos, como el lavado de pies a jóvenes detenidos en Casal del Marmo.
Ambarus recordó la relación cercana de papa Francisco con los reclusos, subrayando el impacto de su presencia y sus palabras en cada encuentro, al conocerse su muerte, numerosos presos han expresado su dolor por la partida física del pontífice, y algunos incluso solicitaron permiso para rendirle homenaje en su funeral.