window._taboola = window._taboola || []; _taboola.push({article:'auto'}); !function (e, f, u, i) { if (!document.getElementById(i)){ e.async = 1; e.src = u; e.id = i; f.parentNode.insertBefore(e, f); } }(document.createElement('script'), document.getElementsByTagName('script')[0], '//cdn.taboola.com/libtrc/mycodeimpremedia-laopinion/loader.js', 'tb_loader_script'); if(window.performance && typeof window.performance.mark == 'function') {window.performance.mark('tbl_ic');}

Windows se actualiza sin tu permiso: Microsoft confirma que no podrás cancelar la próxima actualización

La nueva actualización de Windows se descarga e instala de forma automática sin solicitar autorización del usuario

Microsoft está optando por automatizar sus actualizaciones para evitar potenciales ataques de ciberdelincuentes

Microsoft está optando por automatizar sus actualizaciones para evitar potenciales ataques de ciberdelincuentes Crédito: Shutterstock

Microsoft ha confirmado que los usuarios no podrán cancelar la nueva actualización de Windows, lo que ha encendido las alarmas entre quienes prefieren tener el control total sobre cuándo y cómo se actualiza su PC. La compañía ha implementado un sistema en el que la última versión del sistema operativo se descarga e instala automáticamente, incluso si el usuario no lo aprueba de forma explícita. Esta decisión, aunque impulsada por razones de seguridad, ha generado un debate que no para de crecer.

Actualizaciones automáticas: una decisión controvertida

La última actualización de Windows se instala sin pedir permiso, algo que muchos usuarios ven como una invasión a su autonomía digital. A diferencia de versiones anteriores, donde el usuario podía posponer o incluso evitar ciertas actualizaciones, Microsoft ahora solo permite retrasarlas por un tiempo limitado, pero eventualmente se instalarán sí o sí.

Este cambio afecta tanto a usuarios individuales como a profesionales. Imagina que estás trabajando en un proyecto importante o usando software que no ha sido probado con la nueva versión de Windows. De pronto, tu sistema se reinicia para instalar una actualización que no pediste. Eso no solo interrumpe tu flujo de trabajo, sino que puede causar errores o incompatibilidades con tus herramientas.

Muchos expertos en tecnología consideran que este enfoque tan agresivo puede perjudicar más de lo que ayuda. Aunque mantener los sistemas actualizados es clave para la seguridad, imponer una actualización sin dar margen de decisión no es una solución ideal.

Riesgos asociados a las actualizaciones forzadas

Además de la molestia de perder control sobre tu PC, también están los riesgos técnicos. Algunas actualizaciones de Windows han causado problemas graves en el pasado. No es raro que tras una gran actualización aparezcan errores como la temida “pantalla azul de la muerte” (BSOD), fallos de compatibilidad con drivers o incluso pérdida de datos.

Microsoft ha reconocido que ciertos parches recientes de Windows 11 provocaron problemas con hardware específico. Aunque en muchos casos se corrigen con rapidez, el daño ya está hecho: un reinicio inesperado o un fallo en el sistema puede paralizar el trabajo de un usuario o empresa durante horas, o incluso días.

En entornos empresariales esto es aún más delicado. Muchos sistemas están configurados para tareas críticas que no pueden ser interrumpidas. Una actualización inesperada puede tumbar servidores, afectar redes o desconectar sistemas de producción, y eso se traduce directamente en pérdidas económicas.

La necesidad de un equilibrio entre seguridad y control del usuario

Microsoft justifica este movimiento como parte de su estrategia para proteger a los usuarios. En teoría, si todos los dispositivos están actualizados, se reduce la posibilidad de ataque para cibercriminales. Y no les falta razón. En el pasado, muchos ataques de ransomware aprovecharon fallos que ya habían sido parchados, pero los usuarios afectados simplemente no habían actualizado.

Sin embargo, forzar la actualización sin permitir al usuario decidir cuándo aplicarla puede romper esa confianza que las grandes tecnológicas deben construir con su comunidad. A largo plazo, lo que podría ocurrir es que los usuarios busquen maneras de bloquear o evitar las actualizaciones, lo que irónicamente terminaría haciendo sus sistemas aún más inseguros.

Una alternativa razonable sería ofrecer un mayor nivel de personalización. Por ejemplo, permitir a los usuarios que elijan si desean instalar las actualizaciones de inmediato, programarlas para más adelante o, al menos, darles la opción de cancelar en casos excepcionales. Esto sería especialmente útil en contextos profesionales o cuando se sabe que una nueva versión puede traer problemas.

El equilibrio entre seguridad y control no es fácil, pero tampoco imposible. Muchas plataformas han avanzado en ese sentido, ofreciendo actualizaciones opcionales o “controladas”. Es momento de que Microsoft tome en cuenta las necesidades reales de sus usuarios, en lugar de aplicar decisiones unilaterales que afectan a millones de personas en todo el mundo.

La imposibilidad de cancelar la nueva actualización de Windows puede terminar siendo un error estratégico. Aunque la intención es mejorar la seguridad, la falta de flexibilidad y transparencia puede generar el efecto contrario: frustración, pérdida de confianza y, en casos extremos, el abandono del sistema por alternativas más abiertas.

Sigue leyendo:
Windows 11 renueva su menú de inicio y estas son las 3 novedades más importantes
Windows 11: evita instalar la actualizar KB5034765 por qué podrías dañar tu computadora
Usuarios de Windows tendrán que decirle adiós al Panel de Control

En esta nota

Windows
Contenido Patrocinado