Cómo cambiarán los requisitos laborales de Medicaid para personas trabajadoras
Requisitos laborales para Medicaid podrían dejar a millones sin cobertura, alerta Warnock; ya fracasaron en Georgia y Arkansas, según nuevos informes

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Los legisladores republicanos están considerando profundos recortes al programa de Medicaid como parte de la próxima legislación de reconciliación presupuestaria, una medida que podría afectar a millones de estadounidenses de bajos recursos. Entre los cambios propuestos se encuentra la implementación de requisitos laborales para mantener el acceso a la cobertura médica, una política que, según nuevas evidencias, podría tener efectos perjudiciales para la población trabajadora del país.

Un informe reciente presentado por el senador Raphael Warnock, demócrata por Georgia, advierte que estas exigencias, lejos de fomentar el empleo, podrían resultar en la pérdida masiva de cobertura médica. En su análisis, basado en experiencias previas en Arkansas y su propio estado, Warnock denuncia que estos llamados “requisitos laborales” funcionan en la práctica como “requisitos de informes laborales”, es decir, un entramado de reglas, trámites y documentación que terminan por excluir a quienes más necesitan el servicio.
“Estos requisitos no promueven el trabajo, no hay evidencia de ello”, señaló Warnock en una entrevista. “Lo que sí hacen es dejar a muchos estadounidenses trabajadores sin acceso a cuidados médicos esenciales”.
Actualmente, el borrador del proyecto de ley de reconciliación publicado por los republicanos de la Cámara de Representantes contempla esta política como una de las condiciones de elegibilidad para Medicaid. La propuesta forma parte de una resolución presupuestaria que proyecta recortes de alrededor de 880 mil millones de dólares en gastos federales hasta 2034. Según un informe del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas, entre 9,7 y 14,4 millones de personas podrían perder su cobertura médica para ese año si no cumplen con los requisitos laborales establecidos.
El representante Brett Guthrie, republicano de Kentucky y presidente del Comité de Energía y Comercio de la Cámara, defendió públicamente la medida, argumentando que no se deben destinar recursos a personas que, en su opinión, podrían trabajar y no lo hacen. “Washington no puede permitirse debilitar Medicaid subsidiando a adultos capaces que deciden no trabajar”, escribió en un artículo de opinión para The Wall Street Journal. Según Guthrie, los nuevos requisitos buscan alinear el sistema con la responsabilidad laboral que ya demuestran personas mayores, veteranos y otros grupos.

No obstante, Warnock sostiene que la lógica detrás de esta propuesta es equivocada. Asegura que brindar acceso a salud sin obstáculos burocráticos permitiría a las personas mantenerse sanas y, por ende, trabajar. “Proporcionar atención médica básica incentiva el empleo y fortalece la economía”, afirmó.
Georgia, el estado que representa Warnock, es actualmente el único que mantiene en vigencia un programa de Medicaid condicionado por requisitos laborales. El programa estatal, llamado Georgia Pathways to Coverage, exige que los solicitantes trabajen al menos 80 horas al mes, tengan ingresos por debajo del umbral federal de pobreza y paguen primas obligatorias. Sin embargo, el impacto ha sido mínimo, desde su implementación en julio de 2023, apenas 7000 personas se han inscrito, a pesar de que cerca de medio millón de residentes en el estado necesitan cobertura médica. Warnock califica este resultado como un “fracaso evidente”.
En Arkansas, los efectos fueron aún más drásticos. El estado implementó en 2018 los requisitos laborales tras expandir Medicaid bajo la Ley de Atención Médica Asequible. En solo siete meses, 18.000 personas perdieron su cobertura. Al año siguiente, solo una fracción logró recuperarla. Esta experiencia ha sido ampliamente citada como un ejemplo del daño que pueden causar estas políticas restrictivas.
A pesar de estas advertencias, algunos líderes republicanos insisten en defender las exigencias como una forma de preservar los recursos del programa y motivar la participación laboral. Sin embargo, voces como la de Warnock recuerdan que se trata de una decisión con implicaciones reales y potencialmente devastadoras para millones de estadounidenses que ya enfrentan dificultades para acceder a servicios de salud.
La batalla política en torno al futuro de Medicaid sigue abierta, mientras se intensifican los debates sobre quién merece asistencia del Estado y bajo qué condiciones.
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