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En espera de un milagro para madre que Marines entregan a Patrulla Fronteriza

Un error al equivocarse de la salida en la autopista la tiene al borde de la deportación

Ana Camero junto a su hija Melissa Hernández.

Ana Camero junto a su hija Melissa Hernández. Crédito: Melissa Hernández | Cortesía

A más de un mes de ser entregada a la Patrulla Fronteriza por los Marines de Estados Unidos en San Diego, solo un prodigio divino podría salvar de la deportación a Ana Camero, una madre y abuela.

“Estamos esperando un milagro que evite que la deporten”, dice Melissa Hernández, la única hija de Ana.

Sin embargo, no oculta su temor de que el destino inevitable de su progenitora sea la salida del país.

“Ya hemos hablado con varios abogados y organizaciones de defensa de inmigrantes, y nos dicen que no hay nada que hacer porque no es solicitante de asilo ni ha sido víctima de un crimen; tampoco tiene un hijo o un esposo que la pueda pedir, ni nadie muy grave que dependa de ella”.

Dice que el último recurso que les queda es una audiencia que su progenitora tiene con un juez de migración el 28 de mayo.

“Él es quien va a determinar su suerte”, comenta Melissa.

Ana Camargo nació en El Rosario, Sinaloa hace 64 años. Emigró al país hace más de 20 años con su hija Melissa. Es abuela de cinco nietos. Antes de ser detenida por el ICE, trabajaba como lavatrastes en un restaurante de La Jolla.

“Fue el 7 de abril, cuando al regresar del trabajo como  a las 12:30 de la noche, y estar bloqueada la rampa del freeway 805 que normalmente toma, se metió por la  autopista 5 y escogió una salida que la llevó a caer en una base de los marines cercana al Aeropuerto de San Diego”, relata su hija Melissa.

Ana Camargo y su hija Melissa Hernández.
Crédito: Melissa Hernández | Cortesía

Los Marines le pidieron su identificación, y al solo traer la matrícula consular, que es la tarjeta de identidad expedida por los consulados de México en Estados Unidos, dedujeron que no contaba con un estatus de migración, por lo que llamaron a la Patrulla Fronteriza.

“Mi mamá conducía sin licencia de manejo. Nunca sacó la licencia bajo la ley AB60 (una ley que permite a los indocumentados de California obtener una licencia de conducir). No sé si eso hubiera hecho una diferencia para que no la entregaran a la Patrulla Fronteriza”, comenta su hija.

Cuenta que se enteró de la detención porque los Marines la llamaron por teléfono para que fuera a recoger el carro de su madre, pero nunca pudo hablar ni acercarse a ella.

“La miré a lo lejos. Ella todavía me llamó por teléfono para decirme que la iban a dejar ir, pero a mí ya me habían avisado que la iban a entregar a la Patrulla Fronteriza”.

La espera fue por casi tres horas, dice Melissa, quien en medio de la conmoción, tuvo que proporcionar su licencia de manejo y su seguro social para que le regresaran el vehículo de su madre.

Melissa es beneficiaria del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) que impide que la deporten y le otorga un permiso de trabajo por haber llegado siendo niña al país.

“Llegaron cinco unidades de la Patrulla Fronteriza por mi mamá”, dice.

No fue hasta casi una semana después, el 13 de abril cuando Melissa supo del paradero de su madre por medio del Consulado de México en San Diego, quienes le informaron que se encontraba en el Centro de Detención del Servicio de Migración y Aduanas (ICE) de Otay Mesa.

“Finalmente pudimos hablar por teléfono cuando ella me llamó. Estaba asustada, muy mal, toda nerviosa. Más aún porque sufre de diabetes y un problema cardiovascular que le exige tomar medicamentos”.

Platica que con la ayuda del Consulado de México logró que le dieran sus medicamentos y medias de compresión para sus problemas de circulación.

Luego de dos audiencias con un juez de migración, y en espera de una tercera y última, Melissa dice que a menos que ocurra un milagro, lo más probable es que su madre firme la salida voluntaria.

“Por lo menos ahora ella está más tranquila, pero al principio estaba destrozada anímicamente. 

“No se explica lo que le pasó y por qué tomó la salida equivocada. Tal vez el cansancio la venció. Nunca manejaba de noche, pero esa vez le pidieron trabajar y aceptó. No imaginamos lo que iba a pasar. Nunca en su vida la había parado un policía, y no nos explicamos como fue a dar a la base de los Marines”.

Sea lo que sea que pase con la mujer que le dio la vida, Melissa dice que ha abierto una cuenta en el sitio GoFundMe “Apoyándola en cada paso, sin importar el destino” para conseguir donativos que la ayuden a no comenzar de cero en México.

“Es muy injusto lo que vive mi mamá. Es una persona muy trabajadora que siempre ha hecho las cosas bien, pero por una de esas vueltas inexplicables de la vida, enfrenta la deportación. Ella pudo tomar muchas salidas antes de meterse a la Base de los Marines, pero algo pasó que se confundió y eso cambió todo”, dice Melissa, quien compartía casa en San Diego con su madre y su propia familia.

Voceros del Marine Corps Recruit Depot dijeron en un comunicado que cuando alguien entra a una instalación federal, se le pide una identificación emitida por el gobierno, y si no la proporciona, se le notifica a la Patrulla Fronteriza.

“Esto aplica aunque un individuo reclame que entró por error. Como una instalación federal, estamos obligados a hacer cumplir las leyes federales”, dijeron.

El abogado en migración Alex Gálvez dijo que efectivamente una base militar es tierra federal y meterse a ese lugar, con Trump o sin Trump, obliga a una revisión migratoria.

“Es un punto de revisión migratoria. Y no es la primera vez que han caído personas sin documentos y son arrestadas. Les ha pasado a trabajadores de la construcción y hasta a repartidores de pizzas indocumentados que van y se meten sin saberlo a la Cueva del Lobo”.

Dijo que su recomendación a las personas que viven y trabajan cerca de las bases militares, es que usen Google Maps y GPS a la hora de conducir para no cometer errores y caer en una trampa.

En cuanto a Ana Camero, dice que no todo está perdido porque un abogado en migración le puede solicitar una fianza ya que ella tiene raíces para quedarse en el país.

“Muchos abogados no tienen experiencia sacando a la gente con fianza. Pero además ahorita estoy viendo a los jueces que no han tenido entrenamiento en fianzas, y no saben lo que están haciendo, porque son  nuevos; también están aprendiendo y no quieren perder su trabajo; hay que educarlos”.

El vocero del Consulado de México en San Diego, Alberto Lozano, dijo que han ayudado lo más que han podido a la señora Ana Camero, con asistencia legal y han conseguido que el ICE le dé en el Centro de Detención, los medicamentos que necesita para su diabetes y otros problemas de salud.

“La hemos visitado constantemente y asesorado lo más que hemos podido. Es un caso desafortunado y el escenario es delicado por el momento actual, y el agravante de que su detención ocurrió en una zona naval, pero vamos a seguir al pendiente de ella y acompañarla en la próxima audiencia con el juez”.

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