A los mexicanos y neoyorquinos mexicanos: La Ciudad de Nueva York los acompaña en su duelo
La visita del buque a nuestro puerto fue un gesto de amistad entre nuestras naciones, así como entre México y la Ciudad de Nueva York

La noche del impacto del buque Cuauhtémoc en Nueva York, el alcalde Eric Adams acudió al punto. Crédito: Yuki Iwamura | AP
Un trágico accidente se produjo la semana pasada cuando el buque escuela de la Armada de México, Cuauhtémoc, chocó contra el Puente de Brooklyn, cobrando la vida de una joven cadete naval y un marinero, y dejando a otros gravemente heridos.
A las familias de los miembros de la tripulación que perdimos, América Sánchez y Adal Jair Maldonado Marcos, a sus compañeros y a todos los que están de luto: la Ciudad de Nueva York comparte su duelo y honra a los jóvenes que perdieron la vida sirviendo a su país.

En los días previos al accidente, cientos de neoyorquinos acudieron a visitar el Cuauhtémoc cuando estaba atracado en el South Street Seaport. Rápidamente nos dimos cuenta de que este buque era algo más que un barco. Para el pueblo mexicano, la comunidad inmigrante de Nueva York y los jóvenes cadetes y marineros a bordo, es un símbolo flotante de orgullo nacional, paz y buena voluntad.
La visita del buque a nuestro puerto fue un gesto de amistad entre nuestras naciones, así como entre México y la Ciudad de Nueva York, y fue una oportunidad para que los mexicano-estadounidenses de nuestra ciudad se conectaran con un poderoso símbolo de su herencia.
Para muchos neoyorquinos de origen mexicano, ver al Cuauhtémoc navegar hacia nuestro puerto fue un momento de orgullo y emoción. Conectó sus vidas aquí con sus raíces. Se reflejaba en la alegría de las familias que acudieron al Seaport para tomarse fotos con el buque y compartirlas con orgullo en las redes sociales.
En mi calidad de comisionado, y como el mexicano-estadounidense de más alto rango en el gobierno de nuestra ciudad, tuve el honor de visitar el buque con otros funcionarios de la ciudad pocos días antes del incidente. La tripulación nos dio una calurosa bienvenida. Los cadetes, algunos tan solo un poco mayores que los graduados de nuestras escuelas de secundaria, estaban llenos de curiosidad y entusiasmo por visitar Nueva York. Me preguntaron por mi propio recorrido, por la vida de las familias mexicanas aquí y por lo que esta ciudad significa para nuestra comunidad.
En mi calidad de alcalde, cuando me enteré del accidente el sábado por la noche, mis primeros pensamientos fueron sobre la seguridad de los miembros de la tripulación y cómo se debían estar sintiendo sus seres queridos. Cuando estuve en el lugar del accidente, vi cómo se manifestaba la comunidad mexicana para alentar a los supervivientes y a los equipos de primeros auxilios, que se esforzaban por poner a todos a salvo.
En un momento de caos, el sábado por la noche, el Departamento de Bomberos, el Departamento de Policía, la agencia de Gestión de Emergencias y el Departamento de Transporte de la Ciudad de Nueva York junto con la Guardia Costera demostraron lo que es una respuesta de emergencia rápida y eficaz. Los guardacostas incluso señalaron que, gracias a la rápida intervención de los organismos de nuestra ciudad, no tuvieron que preocuparse por prestar una asistencia significativa en las labores de recuperación, como suelen tener que hacer en otras ciudades.
Aunque este incidente ha ensombrecido a nuestra ciudad, nuestros equipos hicieron todo lo posible para atender la emergencia y socorrer a los heridos. También colaboramos en el regreso a casa de los miembros de la tripulación desde el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy.
Justo ayer, unimos nuestras manos con los miembros de la comunidad y lloramos juntos en una vigilia en el lugar del accidente en Brooklyn, mientras honrábamos las vidas de las dos almas que perdimos y rezábamos por sus familias.
Y mientras las banderas en los edificios de nuestra ciudad ondeaban a media asta durante todo el día, recordamos a los neoyorquinos que nos solidarizamos con todos los seres queridos de las víctimas, así como con las personas que siguen recibiendo atención médica tras el accidente. Continuamos rezando por su pronta recuperación.
Los momentos que hemos compartido desde el sábado nos recuerdan lo que hace tan especial a la Ciudad de Nueva York: somos una ciudad donde las culturas de todo el mundo pueden reunirse y apoyarse mutuamente. Esto es especialmente importante para nuestras comunidades de inmigrantes y para las generaciones de neoyorquinos descendientes de inmigrantes de todo el mundo.
En nuestra calidad de alcalde de la Ciudad de Nueva York y de comisionado de la Oficina para Asuntos del Inmigrante, y como líderes de una ciudad con una de las comunidades mexicanas más grandes fuera de México, lamentamos profundamente lo sucedido y acompañamos en su dolor a las familias, a los compañeros de los fallecidos y al pueblo de México.
(*) Eric Adams es el alcalde de la Ciudad de Nueva York, y Manuel Castro es Comisionado de la Oficina de la Alcaldía para Asuntos del Inmigrante.
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