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¿Qué es la sarcopenia? y cómo afecta a los adultos mayores

Estudios indican que el 5-13% de estadounidenses mayores de 60 años viven con sarcopenia, lo que implica mayor riesgo de discapacidad y pérdida de independencia

Sarcopenia EEUU

Según los especialistas, los individuos con sarcopenia tienen un riesgo un 58% mayor de fractura Crédito: Pexels

El envejecimiento nos toca a todos. Ocurre gradualmente, casi en silencio, pero siempre llega. Con el tiempo, el cuerpo habla y la capacidad física disminuye. Según la evidencia disponible, la pérdida de masa muscular comienza a partir de los 30 años y se acelera con la edad

En personas mayores de 60 años, perder masa muscular de forma acelerada lejos de ser solo un síntoma común de la vejez, es indicio de una condición clínica más grave: la sarcopenia, enfermedad que provoca el deterioro progresivo del músculo esquelético, comprometiendo su fuerza y funciones físicas. 

Una carga para el sistema de salud 

En Estados Unidos, la sarcopenia es una preocupación significativa. Especialistas agrupados en la Alianza para la Investigación del Envejecimiento  (Alliance for Aging Research), afirman que esta condición “impone una carga sustancial en el sistema de salud estadounidense debido a su alta prevalencia y complicaciones asociadas”. 

La prevalencia de la sarcopenia en EE.UU., varía según la edad y los criterios diagnósticos.  Datos de  la Alianza para la Investigación del Envejecimiento indican que: 

  • Entre el 5% y el 13% de los estadounidenses mayores de 60 años, se ven afectados por esta condición.  
  •  En personas mayores de 80 años, la prevalencia de la sarcopenia puede oscilar entre el 11% y el 50%.
  • En entornos hospitalarios, la prevalencia es aún mayor, afectando hasta al 23-24% de pacientes hospitalizados y al 31-51% en hogares de ancianos.

¿Cómo se diagnostica la sarcopenia?

Para diagnosticar la sarcopenia, las guías actuales, como las del Grupo de Trabajo Europeo sobre Sarcopenia en Personas Mayores (EWGSOP2), se basan en un protocolo de cuatro pasos secuenciales con pruebas específicas para cada fase. Las etapas y sus mecanismos de diagnóstico son las siguientes: 

  1. Detección de riesgo (cribado):
  • Cuestionario SARC-F: unas simples preguntas sobre tu capacidad para realizar tareas diarias. Una puntuación de 4 o más sugiere riesgo.
  • Circunferencia de la pantorrilla: una circunferencia menor a 31 cm puede indicar baja masa muscular.

2.Medición de la Fuerza Muscular:

  • Fuerza de prensión palmar: se mide con un dinamómetro. Valores por debajo de 27 kg en hombres y 16 kg en mujeres son indicativos de debilidad.
  • Prueba de levantarse de la silla: si tardas más de 15 segundos en levantarte y sentarte cinco veces sin usar los brazos, indica debilidad en las piernas.

3.Evaluación de la masa muscular:

  • Ecografía muscular: una técnica prometedora que puede medir el grosor y la calidad del músculo de forma portátil.

4.Evaluación del rendimiento físico:

  • Velocidad de la marcha: caminar 4 metros. Una velocidad menor a 0.8 metros por segundo es señal de bajo rendimiento.
  • Batería corta de rendimiento físico: evalúa equilibrio, velocidad de marcha y la prueba de levantarse de la silla.
  • Test Timed Up and Go: si tardas más de 10-12 segundos en levantarte, caminar 3 metros y volver a sentarte, indica menor funcionalidad.

Así afecta la pérdida de masa muscular a los adultos mayores  

La sarcopenia implica diversas complicaciones y dificultades que disminuyen tanto la salud física como la calidad de vida de quienes viven con esta condición. 

  • Discapacidad y pérdida de independencia: la pérdida de funciones físicas dificulta actividades diarias básicas como caminar o levantarse de una silla, lo que lleva a la dependencia. Según estudios, la sarcopenia aumenta el riesgo de discapacidad funcional en 1.5 a 4.6 veces.
  • Mayor riesgo de caídas y fracturas: la debilidad muscular y el desequilibrio son factores clave. Según los especialistas, los individuos con sarcopenia tienen un riesgo un 58% mayor de fractura. Las fracturas, especialmente las de cadera, son una causa importante de discapacidad y mortalidad en adultos mayores en EE. UU.
  • Mayor fragilidad: la sarcopenia es un componente central del síndrome de fragilidad, aumentando la vulnerabilidad a los estresores de salud y a resultados adversos.
  • Empeora  enfermedades crónicas: agrava el manejo y el pronóstico de condiciones preexistentes.
  • Aislamiento: contribuye a la reducción de la participación social, el aislamiento, la depresión y la disminución general del bienestar.
  • Mayor riesgo de hospitalizaciones y mortalidad: la evidencia sugiere que  las personas con sarcopenia son el doble de propensas a ser hospitalizadas. Además, de acuerdo a un estudio publicado en 2021 la tasa de mortalidad es un 41% mayor en adultos mayores con sarcopenia.

Las enfermedades que vienen con la sarcopenia

El deterioro progresivo del músculo esquelético es tanto un factor de riesgo como un agravante para diversas enfermedades. Entre las más comunes podemos destacar:

  • Diabetes tipo II y resistencia a la insulina: “El músculo esquelético es un órgano endocrino y metabólico crucial. La pérdida de su masa y función en la sarcopenia conduce a una disminución de la sensibilidad a la insulina, contribuyendo directamente al desarrollo y empeoramiento de la diabetes tipo II y el síndrome metabólico”, explica el doctor Robert R. Wolfe, director del Centro de Investigación Traslacional en Envejecimiento y Longevidad de la Universidad de Arkansas para Ciencias Médicas (UAMS) y una autoridad mundial en el metabolismo muscular en su artículo The Underappreciated Role of Muscle in Health and Disease (El papel subestimado del músculo en la salud y la enfermedad), publicado en The American Journal of Clinical Nutrition.
  • Síndrome metabólico y obesidad sarcopénica: La reducción del gasto energético y la acumulación de grasa ectópica (en órganos no adiposos) agravan el síndrome metabólico y la obesidad, aumentando el riesgo cardiovascular.
  • Inflamación crónica: la sarcopenia contribuye a un estado de inflamación sistémica crónica de bajo grado, conocido como “inflammaging”, que acelera el envejecimiento biológico y contribuye a la patogénesis de múltiples enfermedades crónicas como las enfermedades cardiovasculares y las neurodegenerativas.
  • Mayor susceptibilidad a infecciones: la sarcopenia puede agravar la inmunosenescencia, disminuyendo la capacidad de respuesta inmune.
  • Insuficiencia Cardíaca: La sarcopenia es común en pacientes con insuficiencia cardíaca, contribuyendo a la fatiga, menor tolerancia al ejercicio y un peor pronóstico.
  • Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC): La debilidad de los músculos respiratorios y periféricos en la EPOC se ve exacerbada por la sarcopenia, lo que lleva a más disnea y peores resultados.
  • Cáncer y caquexia: la sarcopenia es un componente crítico de la caquexia asociada al cáncer, un síndrome de desgaste que empeora la respuesta al tratamiento (quimioterapia, radioterapia) y reduce la supervivencia. Estudios recientes, indican que la sarcopenia al diagnóstico del cáncer se asocia con mayor riesgo de complicaciones postquirúrgicas, estancias hospitalarias prolongadas y menor supervivencia.
  • Enfermedad Renal Crónica (ERC): la sarcopenia es común en pacientes con ERC y se asocia con peores resultados.En enfermedades reumáticas como la artritis reumatoide, la inflamación crónica y los tratamientos contribuyen a la pérdida muscular, exacerbando la enfermedad (MDPI, 2024).

Ejercicio y nutrición adecuada: Los tratamientos más eficaces 

El tratamiento de la sarcopenia es multifactorial y se centra en ralentizar su progresión, mejorar la fuerza de la función y en  prevenir complicaciones. En ese sentido, los especialistas y la evidencia, subrayan que   es fundamental controlar y tratar las condiciones médicas crónicas asociadas a esta condición.  

La prevención y la intervención temprana, a través de un estilo de vida activo y una nutrición óptima, son las estrategias más sólidas y respaldadas por la evidencia para mitigar el impacto de la sarcopenia.

“El entrenamiento de fuerza (resistencia) es, hasta la fecha, la intervención más efectiva y probada para prevenir y revertir la pérdida de masa, fuerza y función muscular en adultos mayores. Su prescripción debe ser una prioridad en cualquier estrategia de manejo de la sarcopenia.”, destaca el Colegio Americano de Medicina del Deporte.

Otras  estrategias respaldadas en evidencia, que han demostrado ser efectivas para tratar la sarcopenia son las siguientes: 

  • Ejercicio multimodal: según estudios, la combinación de ejercicios de fuerza, aeróbicos, equilibrio y flexibilidad es la estrategia más beneficiosa 
  • Nutrición adecuada: expertos coinciden en que la ingesta de proteínas es fundamental para contrarrestar la “resistencia anabólica” del músculo envejecido, por lo que se  recomienda una ingesta diaria de proteínas de al menos 1.0 a 1.2 gramos por kilogramo de peso corporal al día para adultos mayores.
  • Suplementos de vitamina D: son importantes en caso de deficiencias, pues la vitamina D desempeña un papel crucial en la función muscular, la fuerza y el rendimiento físico. Existen receptores de vitamina D en el tejido muscular esquelético, y esta vitamina es esencial para la síntesis de proteínas musculares, la contracción y el mantenimiento de la fibra muscular.
  •  Otros suplementos: se investiga el beneficio de la creatina y el beta-hidroxi-beta-metilbutirato (HMB), aunque se necesita más evidencia.
  • Tratamientos  farmacológicos en Investigación: hasta el momento, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos)  no ha aprobado ningún medicamento específico para la sarcopenia. Sin embargo,se están explorando agentes como los moduladores selectivos de los receptores de andrógenos (SARMs) e inhibidores de la miostatina, que buscan promover el crecimiento muscular.
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