Caso de enfermeros asesinos desata denuncias
Tras horrorizar a Uruguay, una asociación recibió 250 reportes similares.
Montevideo.- Tras horrorizar a Uruguay y al mundo, el caso de los dos enfermeros acusados de matar a 15 pacientes en dos hospitales uruguayos, amenaza con abrir una caja de pandora en el país suramericano, después de que una asociación de usuarios anunciara ayer la recepción de 250 denuncias similares.
Primero fue el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, al admitir el martes que puede haber más casos de muertes provocadas en los hospitales uruguayos por el personal de enfermería y que algunos se pueden remontar a “siete años atrás”.
Ayer, en segunda instancia, fue el Movimiento Salud para Todos el que acabó de sembrar el pánico al anunciar que, tras difundir el martes los teléfonos de la organización en los medios de comunicación, le han llovido en pocas horas cientos de llamadas y cuenta ya con un volumen de información “impresionante”
Además de las 250 historias clínicas que están en revisión, lo más preocupante es que las potenciales víctimas de enfermeros no se circunscribirían solamente a Montevideo, sino también a otros puntos de Uruguay, y se desconoce todavía desde cuándo eso sucede en el país, según esa entidad.
El presidente de la organización, Ruben Bouvier, indicó ayer a Efe que ha enviado un escrito al juez Rolando Vomero, que lleva el caso de los dos enfermeros asesinos, Ariel Acevedo, de 46 años, y Marcelo Pereira, de 39 años, para que cite a la organización en la causa, algo que el magistrado les anticipó que hará en los próximos días.
Ante el juez, pretende presentar además una denuncia que él ya realizó en 2008, a través de otra organización de usuarios, por “la muerte sospechosa de seis personas adultas durante tres noches consecutivas en un hospital del interior del país”, sobre la que no quiso dar más detalles pero que nunca llegó a la opinión pública.
Precisamente, el juez Vomero dictaminó en horas de la tarde hacer una pericia sicológica a los dos enfermeros asesinos, según el auto de procesamiento distribuido a las partes del proceso, donde aclaró también que se les acusa de 15 muertes y no de 16 como el magistrado indicó al principio.
En su resolución, el juez descartó que los homicidios que cometieron los enfermeros fueran “piadosos”, como señalaron ambos en sus declaraciones, al tiempo que identificó plenamente a las víctimas.
Del auto se desprende también que ambos enfermeros fueron incapaces de indicar con exactitud cuánto tiempo llevaban quitándoles la vida a los pacientes y que sus acciones pudieron haberse llevado a cabo a lo largo de dos años.
Otra de las novedades del auto es que la tercera persona detenida, Andrea Fabiana Acosta, colega de ambos, fue procesada finalmente “por complicidad”.
Acevedo así enfrenta una acusación por diez crímenes en la mutua privada Asociación Española, donde también trabajaba Pereira, aunque este último es señalado por cinco muertes en el Hospital Maciel, de titularidad pública y donde ejercía igualmente de enfermero.
El primero inyectaba aire en las venas a sus pacientes y el segundo les suministraba por vía intravenosa potentes drogas como morfina, fenergan o dormicum.
Contactado por Efe, uno de los denunciantes dijo ayer que su cuñada, Blanca Estela Bentancourt, de 61 años, murió el 21 de julio de 2010 en Melo, en el departamento de Cerro Largo, tras recibir el alta médica.
“Era diabética y fue internada para que le hicieran una transfusión”, pero “dijeron que murió del corazón y también que tenía leucemia, cuando nunca antes los médicos le habían dicho nada de eso a ella ni a la familia”, agregó.
Ante el incremento de las especulaciones y de la alarma social, el Ministerio de Salud anunció ayer que realizará un centenar de inspecciones en unidades de cuidados intensivos del país, al margen de las investigaciones que ya realiza en la Española y el Maciel.
La abogada de Acevedo, que ya ha anunciado que no apelará, indicó ayer en una entrevista con Efe que los enfermeros no estaban confabulados pero que cada uno sabía lo que hacía el otro y sus compañeros sospechaban que algo pasaba.
El letrado de Pereira, Santiago Clavijo, anunció después que dejará de defender a su cliente cuando comience el sumario, toda vez que “al encontrarle culpable el juez” el sindicato al que estaba afiliado el enfermero y que pagaba su defensa ha decidido “tomar distancia”.