Hallan arma usada en masacre de Oakland
El número de serie coincide con el de una comprada por One Goh, a quien se le imputan los hechos
OAKLAND, California, EE. UU. — La policía dijo que halló una pistola supuestamente utilizada por un individuo que mató a siete personas e hirió a tres en una pequeña universidad cristiana en California.
La policía de Oakland estuvo revisando el área desde el lunes, cuando un pistolero entró a los tiros en la pequeña Universidad Oikos donde desencadenó una carnicería.
One Goh se rindió a las autoridades y fue acusado de siete cargos de asesinato y tres de intento de asesinato, que podrían hacerlo candidato a la pena de muerte.
Los investigadores dijeron que Goh colaboró inicialmente con ellos al relatar lo que había ocurrido y los motivos posibles, pero agregaron que no reveló dónde había dejado la pistola semiautomática calibre 45 que utilizó.
La pistola fue descubierta en las aguas poco profundas de un tributario de la bahía San Leandro, a unos 800 metros (media milla) del establecimiento de enseñanza.
Su número de serie coincide con el de un arma comprada por Goh, agregó la policía.
Los estudiantes del colegio cristiano aguardaban el desarrollo de la investigación policial para volver a clases.
La vocera policial de Oakland, Johnna Watson, dijo en un correo electrónico el jueves por la noche que el colegio era escena del crimen y que la policía no podía asegurar cuándo concluiría su investigación.
Varios estudiantes y docentes fueron autorizados a volver al colegio el jueves por primera vez desde el tiroteo del lunes y la policía los escoltaba uno por uno cuando iban a retirar sus pertenencias.
Al aguardar su turno, Tenzin Topchen, de 26 años, estaba visiblemente inquieto. “Estoy nervioso, muy nervioso”, dijo Topchen antes de recoger rápidamente sus cosas para después irse en su automóvil Toyota Camry, que estuvo estacionado detrás del colegio durante tres días.
Dechen Yangdon, de 27, también esperaba nerviosa antes de que dos investigadoras la escoltaran para recoger lo suyo. Algunos compañeros la consideran una heroína por haber cerrado con candado la puerta de su aula y haber apagado las luces en cuanto escuchó disparos. El atacante trató de abrir la puerta a puntapiés y después le disparó. Ninguno de los alumnos en esa aula resultó herido.